El 20 de noviembre de este año volverá el Agente 47 en su quinta entrega, un regreso que se ha hecho esperar más de lo deseado para los seguidores de la saga, pero que por lo que hemos podido ver y probar parece que la espera merecerá la pena. Hemos jugado la demo que estará disponible en el E3 que comienza dentro de unos días, y la superamos varias veces de diferentes maneras, una de las claves de este título.
La rejugabilidad será altísima y casi obligatoria para disfrutar la experiencia al completo, ya que cada misión se puede resolver de múltiples maneras, tantas que abruma un poco, dando al jugador una libertad total para cumplir los objetivos. Traicionado por aquellos en quien confiaba, tras verse obligado a acabar con la vida de una persona muy especial, el Agente 47 será perseguido por la policía y se verá envuelto en una oscura conspiración, en un viaje personal que le pondrá al límite de sus posibilidades.
Jugamos la segunda misión de la aventura, que transcurría en Chinatown, el famoso barrio neoyorkino, donde debíamos matar al Rey de Chinatown, un mafioso local muy poderoso. Un nivel con el que el Glacier 2 TM, el nuevo motor gráfico de este Hitman, demuestra todo su músculo, al mostrar en pantalla a decenas de personajes a la vez con un alto nivel de detalle, algo que pocas veces hemos visto tan bien recreado en la actual generación de consolas. Cerca de 500 personas distintas se mueven a su libre albedrío en el escenario de esta misión, pero ya nos han dicho que habrá fases con hasta más de mil personas diferentes moviéndose a su antojo, lo que es francamente espectacular.
Esto unido al nivel de detalle que proporciona el Glacier 2 TM, y sus grandes físicas, hacen que el impacto visual sea muy grande la primera vez que ves el juego en movimiento en uno de estos escenarios con tantas personas. No solo vale con llenar un lugar con decenas de personajes, sino que además Chinatown parecía vivo, con gente comprando, comiendo, charlando, trabajando, en definitiva haciendo sus quehaceres diarios, por lo que es muy meritorio el ver a tantas personas a la vez moverse y además hacerlo de manera lógica y coherente. Y jugamos a la versión de Xbox 360, sin que la tasa de imágenes por segundo se inmutara en ningún momento por más personas que mostrara en pantalla, lo que es todavía más meritorio.
Observar lo que nos rodea, cada elemento del escenario, las personas que andan por él, los objetos que nos pueden ser útiles, será primordial, y para facilitar esto tenemos el Modo instinto. Una visión especial que se activa pulsando un botón y que nos permite ver de manera clara el camino que va a seguir un enemigo, vías de escape, atajos y armas entre otras cosas. Algo similar a la vista del águila de la saga Assassin's Creed pero que facilita todavía más las cosas, dando muchas pistas sobre con qué elementos del escenario podemos interactuar y qué es lo siguiente que podemos hacer.
Esto a los más puristas y los seguidores de la saga les sonará un poco mal, poniéndonos las cosas demasiado fáciles, pero tenéis que saber que antes de empezar a jugar tendremos hasta cinco niveles de dificultad para elegir, que se adaptan a las exigencias de todo tipo de jugadores, teniendo más o menos ayudas, un mayor o menor número de enemigos, una inteligencia artificial de estos variable, o poder desactivar el Modo instinto. En cada misión conseguimos puntos por cada acción que realicemos, y habrá marcadores en línea, por lo que además de realizar todos los desafíos de cada misión –una especie de logros internos-, nos podremos picar a completar una misión varias veces hasta conseguir la mejor puntuación posible.
Lo que primero que hay que hacer al llegar a un nuevo escenario es localizar a nuestro objetivo, en este caso un mafioso local en mitad de Chinatown, en medio de la multitud, imposible de matar a la vista de todos, al estar rodeados de policías y miembros de seguridad privada. De hecho una de las veces, por probar, nos fuimos directos a él y le pegamos un tiro, pero se montó un revuelo enorme, los policías de los alrededores se acercaron y se pusieron a dispararnos, y nos duramos ni un suspiro en pie.
Caminamos por el escenario intentando no llamar la atención, por supuesto con la pistola enfundada, ya que si alguien te ve con ella puede dar la voz de alarma y descubrirte, y hay tantas personas que conviene hacer movimientos "extraños" –pese a que una de las veces nos dio por coger una botella de cristal y tirársela a la gente, lo que no gustó mucho a la policía cercana...- Pasamos cerca de una pescadería y cogemos un cuchillo, teniendo cuidado claro de que el dependiente no nos vea cogerlo, y cerca vemos una grúa con un palet, que bien podría servirnos para tirárselo sobre la cabeza si nuestro objetivo se acercara por allí, pero finalmente pusimos nuestra atención sobre un camello del lugar, amigo del Rey de Chinatown.
Le seguimos hasta un callejón y allí a solas, con el cuchillo de pescado, acabamos con su vida, aunque también podríamos haberle estrangulado con el cable de acero que siempre lleva consigo Hitman. Le quitamos la ropa, nos la pusimos, y el cuerpo lo escondimos en un contenedor de basura cercano. He aquí dos elementos claves de la jugabilidad, los disfraces, pudiendo ponernos la ropa de cualquier victima intentarnos hacer pasar por ella, y esconder los cuerpos de los enemigos, muy importante para que no nos descubran.
Ya vestidos como el traficante, pudimos acceder a un edificio al que antes no nos dejaban ni acercarnos a la puerta. Subiendo unas escaleras llegamos a la oficina del camello, que tiene todo tipo de herramientas y armas lo que nos abre un enorme abanico de posibilidades. Como una sustancia con la que podríamos envenenar la droga y dársela a nuestro objetivo, unos explosivos, y un rifle francotirador, opción con la que probamos en dos ocasiones. La primera vez desde una ventana matamos al objetivo, pero alguien nos vio asomados, ya que tardamos un poco en escondernos, y rápidamente el lugar se vio envuelto en un caos y la policía vino hacia nuestro edificio, y tras tener un tiroteo con ellos nos eliminaron y fracasamos en la misión.
Una segunda vez hicimos lo mismo pero tras disparar con el rifle francotirador a nuestra presa, nos escondimos rápidamente dentro del apartamento y nadie nos vio. Dejamos el rifle, nos cambiamos de ropa, y salimos tranquilamente del escenario sin que nadie nos descubriera. Este es otro elemento importante de las misiones, no solo hay que asesinar al objetivo, sino que además hay que huir del escenario del crimen sin ser descubiertos. Pero coger el rifle francotirador y disparar desde la ventana es una de las opciones fáciles, que no daba muchos puntos, y había otras alternativas más elaboradas y divertidas.
Por ejemplo si cogías los explosivos, te podías dirigir al coche del objetivo y colocarlos, no sin antes matar a su chofer y esconderlo en el maletero. Para acercar al Rey de Chinatown hasta su vehículo bastó con pegarle un golpe y que sonara la alarma, y una vez se acercó a ver qué pasaba, activamos el detonador y todo voló por los aires, una finalización que daba muchos puntos. Cuanto más enrevesadas, sutiles o maquiavélicas sean nuestras acciones, más puntos y desafíos conseguiremos. Al detonar el coche por ejemplo, cumplimos con uno de los logros de esa misión.
Hay tantas resoluciones posibles en una misma misión –en esta en apenas 30 minutos descubrimos al menos 5 o 6 maneras de acabar con el objetivo-, que es imposible que después de haberlo conseguido una vez no te apetezca volver a repetir y actuar de una manera diferente. Esto es algo que lo va a diferenciar de otros títulos de acción con toques de sigilo, y es que su jugabilidad invita muchísimo a rejugar las misiones, gracias a diversos mecanismos como la consecución de desafíos y la obtención de puntos para ascender en los marcadores en línea, o la simple curiosidad que tengamos por ver diferentes muertes.
Además de los puntos que conseguimos tras realizar ciertas acciones durante la misión, al superarla se nos da una valoración sobre qué tal lo hemos hecho como asesino, teniendo en cuenta factores como la infiltración o la profesionalidad. El escenario tiene multitud de objetos y elementos con los que interactuar, cada persona reacciona de una manera diferente a nuestras acciones, y no nos cansamos de jugar la misma misión varias veces ya que cada partida era siempre distinta a la anterior.
Tiene un gran acabado gráfico y sonoro –llegará completamente doblado al castellano-, su historia parece interesante, y su planteamiento jugable nos encanta, con total libertad de elección, algo similar a lo que vimos el año pasado en el genial Deus Ex: Human Revolution, pero mucho más bestia. Estamos en una generación plagada de títulos de acción lineales y pasilleros, que no dan al jugador ninguna posibilidad de elección, y encontrar un juego como Hitman Absolution que deja obrar con tanta libertad al jugador, se siente como todo un soplo de aire fresco.
Estamos ante una aventura en la que prima el sigilo, la observación del entorno, el realizar estrategias y retorcidos planes para acabar con nuestras víctimas, y la acción, los tiroteos directos, serán testimoniales. Por tanto quienes busquen un juego de acción clásico que se vayan olvidando, Hitman Absolution es mucho más, y en esto radica su grandeza, ya que no recordamos un título semejante en la actual generación de consolas. Llegará en noviembre a PlayStation 3, Xbox 360 y PC, y a quienes os llame la atención su propuesta esperarlo con ganas, ya que estamos ante uno de los títulos más prometedores de estas Navidades.