Una de las apuestas más importantes de Microsoft para Xbox 360 de cara a la inminente campaña navideña es el regreso de Banjo y Kazooie, la clásica pareja de personajes creados por Rare en Nintendo 64 que regresarán al mercado tras un largo período de ausencia. Con un lanzamiento previsto para el próximo mes de noviembre, esta entrañable pareja volverá a enfrentarse a la malvada bruja Gruntilda, quien intentará a toda costa que estos héroes no superen los desafíos que El Señor de los Juegos, responsable de haber creado todos los videojuegos del mundo, ha planteado como enfrentamiento final para este longevo conflicto.
Desafíos y más desafíos
Si durante el pasado E3 de Los Ángeles destacamos las enormes posibilidades de acción que ofrecerá este Banjo-Kazooie: Baches y Cachivaches gracias al completísimo editor de vehículos con el que nos encontraremos, durante la Games Convention de Leipzig Rare nos mostró una nueva serie de retos dentro del inmenso estadio deportivo Jiggoseum.
Antes de adentrarnos en este mundo, sin embargo, un miembro de Rare nos mostró la gran zona central que nos dará acceso a los diferentes mundos que tendremos que ir superando para completar la aventura principal. En esta región, que englobaba la gran ciudad ya vista hasta la fecha, y otras regiones como una zona portuaria, deberemos aprovechar todas las habilidades –en este caso, nuevos ingenios mecánicos- adquiridas a lo largo de nuestro periplo para localizar las diferentes llaves que nos darán acceso a todos los desafíos del juego.
En este sentido, en dicha zona portuaria, vimos como Banjo, a bordo de un coche que gracias a las hélices situadas justo encima de sus ruedas también funcionaba como lancha motora, transportaba de una punta del escenario a otra un objeto especial que le permitiría activar unos mecanismos que a su vez, harían que el oso y su compañera pudieran alcanzar una de las zonas más elevadas del escenario –resulta espectacular ver la distancia de dibujado en los entornos cuando se alcanzan este tipo de zonas-, donde precisamente se encontraba una de las llaves del juego. Una vez activada, en esta región se abrirán una serie de puertas que nos transportarán a los diferentes desafíos que propone el juego, aunque en algunos casos, para acceder a estos mundos, antes tendremos que haber conseguido un número determinado de Jiggis –había puertas que se abrieron, pero otras requerían, por ejemplo, más de 80 Jiggis-.
Estas puertas nos transportaron al escenario antes conocido como El Mundo de los Deportes, y que ahora se llama Jiggoseum. En este espectacular entorno, realmente grande y plagado de elementos móviles situados a alturas sorprendentes, nos encontramos con un entrañable personaje con el que debíamos hablar para que nos planteara nuestros retos –habrá unos 17 pruebas distintas solo en este entorno-. El primero de ellos, consistía en saltar lo más lejos posible haciendo uso de una gran rampa similar a la usada en las pruebas deportivas de esquí. Precisamente, el vehículo que usamos para sortear este reto tenía forma de esquiador, aunque en sus esquís se integraron dos reactores con los que tomar impulso. El siguiente desafío resultó mucho más interesante e ingenioso. Debíamos tumbar todas las piezas de dominó que se encontraban sobre una plataforma con un solo movimiento, algo realmente complicado si tenemos en cuenta la gran cantidad de fichas que había en la zona.
Como vehículo, el desarrollador de Rare escogió una especie de helicóptero con cuatro turbinas con el que se situó justo en el centro de todas las fichas. En ese punto, accedió al editor de vehículos con suma facilidad y modificó la dirección de las turbinas, que se colocaron de forma horizontal. Tras esto, activó el vehículo y éste, en vez de alzarse como lo hizo anteriormente, comenzó a girar a gran velocidad por la plataforma. Gracias al potente motor de físicas del que hace gala el juego, todas las piezas de dominó comenzaron a tumbarse de forma realista, superando así el reto.
En este punto, los miembros de Rare esperan que este sistema de retos motive a los jugadores para que intenten superar una y otra vez sus mejores marcas, ya que todas las puntuaciones quedarán reflejadas en Xbox Live. Por otro lado, no hay que olvidar que el juego permitirá que los usuarios superen algunos de estos desafíos junto a un amigo más, amén de contar con diferentes opciones de juego multijugador competitivo, o la posibilidad de compartir nuestras creaciones con otros jugadores.
Como una película
Sin duda, Baches y Cachivaches es un juego que a nivel técnico resulta muy llamativo. Por un lado, los inmensos y coloristas entornos por los que podremos movernos resultan fantásticos, con una distancia de dibujado sorprendente, y un variado y divertido elenco de personajes que nos harán sonreír en más de una ocasión por las acciones que realizarán. En este caso, por ejemplo, pudimos comprobar cómo los habitantes de la ciudad se apartaban de nuestro camino saltando cuando avanzábamos peligrosamente hacia ellos con nuestros originales vehículos, o cómo soltaban chistes cada vez que hablábamos con ellos.
Por otro lado, como ya os hemos comentado en otras ocasiones, el editor de vehículos es todo un logro de diseño, ya que dependiendo del tipo de vehículo que hayamos creado, los desafíos que nos plantearán se resolverán de una u otra forma. Por lo tanto, una vez superados, siempre podremos volver a repetirlos para intentar mejorar nuestras puntuaciones con otras opciones, o añadir pequeñas mejoras a un vehículo ya creado por nosotros para perfeccionar la técnica.
Todo lo que puedas imaginar podrá construirse. Con este lema, Banjo-Kazooie: Baches y Cachivaches se trata de uno de los títulos más prometedores del año, y posiblemente uno de los juegos más originales y frescos de los últimos años. Todavía quedan por pulir determinados fallos como las ralentizaciones que aparecieron durante la presentación del juego –que Rare promete eliminar-, pero visto lo visto, no hay dudas de que Rare tiene entre manos un diamante en bruto que esperamos cumpla todo lo que promete.
