En 2009 los norteamericanos 5th Cell sorprendieron a todos con Scribblenauts para Nintendo DS, su tercer trabajo para la portátil que llamó la atención por lo original de su propuesta. Una aventura de rompecabezas en la que bastaba escribir el nombre de un objeto, alimento, animal o persona para que se materializara en pantalla, teniendo que usar todo nuestro ingenio y creatividad para superar los múltiples retos que nos planteaba.
Un juego que cumplía con lo que prometía, por increíble que pareciera, aunque contaba con unos cuantos defectos que le alejaban de la excelencia, que fueron solventados en gran medida en su secuela, Super Scribblenauts, lanzado un año después. Mejoras en el control y la cámara, un editor de niveles y la interesante posibilidad de usar adjetivos, lo que hacía la experiencia mucho más compleja y profunda. Con una versión para iPhone en 2011, este 2013 que acaba de comenzar va a ver estrenarse la saga en tres plataformas: Nintendo 3DS, Wii U y PC.
Mientras que la versión para las consolas de Nintendo llegará el 8 de febrero en castellano, la versión de PC tiene un lanzamiento programado en Steam para el 15 de febrero, y de momento, íntegramente en inglés. Hemos tenido la oportunidad de jugar a la versión de PC, que será prácticamente idéntica a la versión de Wii U, con la diferencia esta última de contar con dos pantallas, el televisor y la pantalla táctil del mando, además de personajes míticos de la compañía nipona, extraídos de títulos como Zelda y Super Mario, lo que es un contenido exclusivo muy a tener en cuenta. La versión de Nintendo 3DS todavía no la hemos podido probar, aunque por lo que parece, será prácticamente idéntica, salvando las diferencias técnicas, el modo multijugador local para cuatro jugadores y los personajes de Nintendo.
Al comenzar la aventura nos cuentan el origen del protagonista de la saga, Maxwell, y su numerosa familia, y cómo consiguió el cuaderno mágico y por qué se enfrasca en la búsqueda de las Starites. Animados por sus padres, Maxwell y su hermana Lily se van a recorrer mundo, y al toparse con un anciano que tiene hambre, como broma, le dan una manzana podrida. Este no se toma muy bien la gracia y maldice a Lily, destinada a convertirse en piedra poco a poco. La manera de parar la maldición será recolectando las 51 Starites que esconde el juego.
Una de las primeras grandes diferencias respecto a las anteriores entregas de la saga, aunque con matices, es que nos encontramos ante un mundo abierto, cuyas zonas tendremos que ir desbloqueando poco a poco consiguiendo Starites. Empezamos en la granja de Edwin, uno de los muchos hermanos de Maxwell, un lugar que nos sirve para dar nuestros primeros pasos, a modo de tutorial. Tenemos que conseguir que un cerdito de Edwin gane un concurso, y lo primero será lavarlo. Ya sabéis, toca escribir lo que se nos pase por la cabeza, una esponja, un cepillo, jabón, detergente… y usarlo con el cerdo. Luego nos piden que le demos un adjetivo al cerdo para que crezca, gordo, grande, enorme, alto, y luego nos piden que creemos unas alas para que vuele.
Como es costumbre en la serie, y una de sus mayores gracias, es que cada acertijo tiene diferentes soluciones, menos en casos muy puntuales, por lo que permite ser al jugador muy creativo. Una vez hayamos logrado que el cerdo de Edwin se proclame ganador del concurso, conseguiremos nuestra primera Starite, y seremos libres de explorar mundo. Aunque el objetivo principal es conseguir las 51 Starite, que pueden parecer pocas, también existen los fragmentos de Starite, ya que con diez de estos pedazos conseguimos una entera, por lo que podéis imaginar que el camino para llegar al objetivo final no es precisamente corto. Ya que los escenarios son bastante amplios y están llenos de elementos, contamos con la visión de Starite, que oscurece todos los elementos en pantalla menos aquellos que nos pueden dar una Starite o un fragmento, marcados en dorado, lo que ayuda mucho a ir rápidamente a por nuestros objetivos.
A veces dos objetivos en un mismo escenario entran en conflicto. Por ejemplo en un bosque para conseguir un fragmento de Starite tenemos que ayudar a un leñador a talar un árbol, pero otro personaje nos pide que le ayudemos a proteger el nido que se encuentra encima del árbol. Si realizamos uno de los dos encargos, inmediatamente se imposibilita realizar el otro. Para esto contamos con la opción de restablecer el nivel, devolviendo las cosas a su estado original, aunque manteniendo las Starite y los fragmentos conseguidos, por lo que a veces habrá que rebobinar lo realizado y volver a experimentar.
Primero podemos viajar a la capital, con múltiples retos, como entretener a un chico aburrido, apartar un coche que está entorpeciendo el paso, y suministrar un vehículo marítimo a un anciano que se quiere largar de allí. Todo esto nos sirve para conseguir fragmentos de Starite, ya que para conseguir una entera tenemos que superar pruebas más complejas y largas, con varios objetivos consecutivos. Por ejemplo un juego de feria en el que a distancia primero tenemos que acabar con unos vasos de cristal, luego con unos globos, y finalmente tirar a un tipo a un tanque con agua, teniendo cuidado de no destruir la instalación.
Desde la ciudad podremos acceder a sitios como el museo, el hospital, la estación de metro, un restaurante, la estación de bomberos, o un apacible parque, cada uno de estos lugares con sus propios retos. Dar de comer a unos peculiares comensales, rellenar los cuadros vacíos del museo al gusto de varios artistas, curar a una sucesión de heridos, o ayudar a un tipo en una cita muy especial con su novia. Primero a que se vista bien, luego proporcionarle un vehículo, un obsequio para empezar bien la cita, mejorar la atmósfera para que el ambiente sea más romántico, etcétera, muy, muy divertido y simpático.
Básicamente ahora todo consiste en ayudar a todas las personas que nos encontramos con los escenarios, y los retos son un poco menos abstractos que en anteriores entregas, y por ello, la dificultad en general nos ha parecido más fácil. Hay multitud de localizaciones muy variadas, que vamos desbloqueando cada cierto número de Starites, y además tenemos una especie de 217 desafíos para cumplir de los más curiosos, divididos en categorías –vivo, comida, vehículo, música, tecnología, armas, ropas, varios-, y que consisten en experimentar con el vocabulario y con los escenarios. Por ejemplo "Paradoja caídas, combina un objeto que siempre cae por el lado de la mantequilla con otro que siempre cae de pie", o "la vieja adivinanza, ¿qué es blanco, negro y diario?", como veis nos dan pistas suficientes para resolverlos.
Una de las novedades más importantes de esta entrega es el editor de objetos, y si ya de por sí el juego cuenta con un vocabulario sorprendentemente extenso, además podemos editar y crear objetos a nuestro antojo, modificando el tamaño, color, textura, y uniendo diferentes partes. ¿Quieres hacer un dinosaurio con ruedas? Puedes, cualquier cosa es posible, así como editar a los avatares y poder imitar a cualquier personaje real, de cómic o videojuego, lo que puede dar mucho juego, ya que todas estas creaciones se pueden compartir por internet.
Otras de las novedades, ya exclusivas de la versión de Wii U, es un divertido modo cooperativo para cuatro jugadores, desde la misma consola. También como ya hemos comentado la inclusión de personajes de Nintendo, podremos invocar a Mario, Luigi, Peach, Yoshi, Link, Epona, Ganondorf, o incluso objetos como la Espada maestra. La versión para Nintendo 3DS tendrá como principal hándicap el no contar con el editor de objetos, ni tampoco los personajes de Nintendo, algo que no entendemos demasiado, pero por lo demás será prácticamente igual.
Respecto al control, la versión de PC, que es la que hemos jugado, con su combinación de teclado y ratón se juega fenomenal. Con el teclado movemos y saltamos con Maxwell, con el ratón interactuamos con el entorno, y claro con el teclado escribimos rápidamente las palabras, lo que da un gran dinamismo a las partidas, mucho más que ir tocando letra por letra en una pantalla táctil como la de 3DS o el GamePad de Wii U. Parece una tontería, pero poder escribir tan rápido afecta a la jugabilidad muy positivamente, y hace que sea más divertido y ágil, por mucha maña que tengamos con los teclados virtuales, aunque seguro que en Wii U tampoco se juega nada mal, solo que seremos más lentos al introducir palabras.
A los gráficos les ha sentado muy bien el salto a la alta definición, y aunque no son ninguna maravilla y todo está hecho con trazos simples y minimalistas, el colorido y simpatía de los diseños hacen que sea un juego muy agradable de ver, y cumplen de sobra con su cometido. De esos títulos a los que el HD les ha sentado estupendamente, como al nuevo New Super Mario Bros. U.
Un juego fresco y único
Si ya has jugado a las dos entregas anteriores de Nintendo DS está claro que no te va a sorprender, y te va a parecer continuista y más de lo mismo, aunque mejor y más bonito. Si no has probado nunca esta saga seguro que te sorprende, y celebramos con entusiasmo su llegada a una consola de sobremesa como Wii U y ordenadores, ya que este salto a un formato mayor le ha sentado genial. Tan divertido como lo sea nuestra propia imaginación, crear todo aquello que se nos pase por la cabeza y verlo plasmado en la pantalla, resolviendo acertijos o simplemente experimentando y echándonos unas risas. Una saga que pese a estar en su tercera entrega, nos sigue pareciendo muy original y fresca. En febrero podremos disfrutarlo.
