Para los aficionados a pasar miedo, recorrer angostos pasillos donde nuestra linterna es lo único que nos separa de la más absoluta oscuridad puede ser sinónimo de un peculiar divertimento. Firmes en la intención de elevar nuestros niveles de adrenalina, en enero de este año Tecmo hacía oficial el anuncio de una cuarta entrega de su claustrofóbica serie Project Zero, bajo la coletilla de Mask of the Lunar Eclipse. Al instante, la noticia disparaba la expectación entre los jugadores de la comunidad Nintendo, quienes dispuestos a experimentar el horror a los mandos de Wii, recibían el anuncio con los brazos abiertos.
Tras su reciente salida en Japón, la cuenta atrás para su llegada al mercado europeo sigue su curso, y aún sin una fecha concreta de lanzamiento para el mismo, las pesquisas de la joven Ruka Minazuki se suceden para visitar a la isla de Rogetsu como objetivo.
Oculta en la penumbra, la verdad puede llegar a ser desagradable.
Fantasmas del pasado
Como una pesadilla recurrente, las desgracias en Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse ya darán comienzo mucho antes de que nosotros entremos en juego. De este modo, la historia nos remontará diez años atrás, donde un grupo de cinco jóvenes muchachas serán violentamente secuestradas a manos de un completo desconocido. El individuo, de intenciones macabras a la par que desconcertantes, verá frustrados sus planes gracias a la intervención del inspector Kirishima, quien conseguirá poner fin al calvario en Rogetsu salvando a las cinco chicas lejos de los peligros de aquella siniestra mansión.
Transcurrida una década, dos de las chicas de aquel poco agraciado suceso han sido brutalmente asesinadas, de modo que dos de las restantes, Misaki Asou y Tsukimori, decidirán investigar lo sucedido adentrándose de nuevo en aquella isla maldita. Pero como si el mal volviera a llamar a sus puertas, ambas desaparecerán en Rogetsu al poco de sus averiguaciones, por lo que Ruka Minazuki, nuestra protagonista y última integrante de aquel trágico grupo, pondrá rumbo al mismo lugar con el temor de correr su misma suerte (y algún que otro problema de pérdida de memoria respecto a lo sucedido), pero decidida a destapar lo que por maléfico que sea, esté ocurriendo en ese lugar.
Luz en la penumbra
El principio de la supervivencia correrá a cargo de las dos chicas desaparecidas, protagonizando así una fase inicial que nos ayudará a adaptarnos con la mecánica y observar cómo responden los controles a los mandos de Wii. Por supuesto, la idea de esta entrega nos enfrentará de nuevo a numerosos puzles y acertijos que pondrán a prueba nuestra capacidad de investigación al igual que la recolección de datos. La marcada y lúgubre atmósfera nos obligará a valernos de una preciada linterna, la cual facilitará el abrirnos paso entre las sombras y entrever el peligro a escasos metros de nuestra posición. Huelga decir que dicha linterna no siempre supondrá un alivio frente a nuestra adrenalina, puesto que desempeñará momentos donde los ángulos de cámara y los pocos resquicios de luz serán capaces de darnos más de un sobresalto de órdago.
Es por esto que durante el mayor transcurso de la aventura no cesaremos de explorar estrechos pasillos donde el compendio de oscuridad, crujidos y sonidos extraños, así como un mobiliario algo siniestro y desgastado, se traducirá en una inquietud permanente. No obstante, las penumbras de la mansión serán capaces de albergar otras amenazas mucho más peligrosas para nuestra integridad física, desvelándose en este punto la única arma que nos acompañará en nuestros hallazgos. De esta forma, la veterana Camera Obscura volverá a hacer acto de presencia, permitiéndonos fotografiar a los entes que acechen a nuestro alrededor e hiriéndolos con el disparo de luz para finalmente acabar con ellos. Estos momentos serán especialmente espeluznantes, puesto que las cámaras y la luz nos darán poco margen de reacción a la hora de cambiar la vista a primera persona y fundir al fantasma con el objetivo de nuestro flash.
Vital para continuar con vida, la Camera Obscura también nos permitirá fotografiar el entorno de la mansión en busca de pistas e información que nos ayuden tanto a proseguir nuestra marcha, como a esclarecer que es lo que verdaderamente ha sucedido en el interior de esas paredes.
Estancia inquietante
Sin lugar a dudas, una de las mayores virtudes en Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse consiste en jugar con la oscuridad y el miedo para dar como resultado situaciones de lo más agobiantes. Es por ello que la genial ambientación descansará sobre unos escenarios tétricos y hostiles, perfectamente representados, y con multitud de detalles en su haber a la espera de ser alumbrados. El aspecto desaliñado de los decorados compartirá cartel con unos modelados en nuestros protagonistas visiblemente mejorados respecto al anterior capítulo de la serie.
Las animaciones, bastante más suaves en esta ocasión, dotarán al título de un mayor realismo junto a un inteligente uso de la luz y los efectos sonoros, consiguiendo una experiencia taquicárdica y aterradora. Por si fuera poco, el apartado sonoro contará de nuevo con la voz de Tsukiko Amano, cantante y celebridad japonesa que ya tuvo el placer de deleitarnos musicalmente hablando en los anteriores juegos del universo Project Zero. Así, la participación de esta estrella y alguna que otra artista más se fundirá con una atmósfera sonora asfixiante, repleta de efectos perturbadores y alaridos esperando tras cualquier fría esquina.
Project Zero: Mask of the Lunar Eclipse continua una trayectoria donde lo verdaderamente importante es mantener en todo momento una buena atmósfera de tensión y sobresaltos magistralmente coordinados. Unido a un atractivo por lo paranormal junto a un guión que se desgrana en función de nuestros descubrimientos, el terror visita Wii con otro candidato donde los fantasmas y asesinos del pasado no encuentran su paz eterna.
Y para más de uno, esta nueva oportunidad de indagar en la isla de Rogetsu es un caramelo terrorífico difícil de obviar.