Hay veces que un juego de un género al que no estás habituado te hace clic sea por el motivo que sea: porque estéticamente es muy llamativo, porque ofrece una experiencia original, porque se percibe ambición y buena ejecución en su propuesta… Fashion Dreamer ha sido uno de esos títulos. Cuando entramos a la presentación en gamescom 2023 no sabíamos muy bien a qué atenernos salvo por lo que habíamos leído en las páginas de Marvelous y de Nintendo, pero al final casi nos tuvieron que quitar el mando de Switch de las manos, y salimos de la cita con ganas de probar un montón de ideas que se nos habían ocurrido.
El juego que llega a la consola híbrida el 3 de noviembre se define como "una experiencia de influencer completamente nueva" basada en la moda y la comunicación. Es una propuesta que a muchos de los que estéis leyendo estas líneas les hará arquear la ceja, o directamente causar rechazo. Pero no cerréis la página todavía. Nos ha gustado mucho lo divulgativo que es, pues a poco que te interese mínimamente la moda, aunque nunca te hayas adentrado en ese mundillo, tiene algo que enseñarte sin darte la chapa, solo mostrándote ejemplos; nos ha gustado más todavía cómo te deja expresarte, con ropa, accesorios y fotografías, cómo te permite ser un tú que quizá te daría reparo ser ahí fuera, con todas las miradas prejuiciosas de la sociedad; y nos ha maravillado su experiencia social, limpia y bondadosa frente a las redes asociales y la visceralidad del internet actual.
Las Musas, Eve y los midos
Los primeros pasos en el mundo de Eve comienzan creando tu Musa, un avatar para el que podemos elegir entre dos tipos de cuerpo (aquí nos hubiera gustado ver más variedad y menos normatividad) un buen puñado de peinados, colores, rasgos faciales y maneras de caminar, opciones de personalización que podremos cambiar más adelante con un catálogo mayor que iremos desbloqueando paulatinamente.
Sin embargo, lo importante en el juego de Marvelous no es el cuerpo, sino la ropa y los accesorios: aunque de primeras no hay muchísimas opciones, en apenas unos minutos ya tendremos un vestuario amplísimo.
Eso se debe a que aquí las camisetas, las chaquetas, los pantalones, las zapatillas, las gafas, los pendientes y el resto de elementos que para algunos son simplemente ropa, y para otros son su manera de expresarse y de abrirse ante los demás, son gratuitos. Tras crear a nuestro personaje elegimos entre cuatro nidos, zonas de Eve con estéticas muy diferentes, desde una nocturna y alternativa hasta otra más brillante que parece un centro comercial gigantesco. En esas áreas en las que nos desplazamos de manera lateral (aunque el escenario está recreado en 3D) encontramos un montón de personajes a la espera de que les ayudemos con su look o que se lo copiemos.
Al interactuar con esos personajes, podemos dar un like a su vestimenta completa o a uno de sus elementos, lo que automáticamente nos desbloquea esa prenda o accesorio para utilizarlo, recomendarlo y personalizarlo. El catálogo de Fashion Dreamer es enorme, por lo que no tardaremos en tener un montón de opciones entre las que elegir. Con esta base, y al menos en los primeros compases, el juego se estructura en misiones sencillas como ayudar a cierto número de Musas con su vestuario. Te hacen sugerencias de lo que quieren, algunas más concretas, como una ropa de tono marrón o un conjunto de rareza épica (como si fuera un RPG, las prendas tienen distintos niveles) y otras que nos dejan volar la imaginación, como "algo muy vistoso". Al hacerlo, nos otorgan entre uno y tres corazones, una de las divisas del juego que, como los likes, se pueden utilizar en bingos, máquinas expendedoras y gacha que encontramos por las calles para ampliar aún más el vestuario.
Conforme cumplimos misiones vamos obteniendo acceso al resto de nidos, y por tanto, a un mogollón más de ropa, poses, peinados… Por tanto, los NPC funcionan como una suerte de maniquí andante, aunque algunos de ellos serán algo más, pues hay un sistema de amistad con rangos con el que no pudimos trastear, pero que probablemente tenga el mismo objetivo de desbloquear más vestimentas. Además, hay un editor que permite modificar y crear ropa con un montón de colores y más de 1400 patrones, por lo que deja espacio a la expresividad. Incluso podemos diseñar una boutique, una especie de escaparate dividido en cuadrículas con nuestro personaje, maniquíes y mobiliario decorativo que hayamos conseguido.
Una red social con una economía basada en likes
Si bien hay una experiencia social simplemente con los personajes no jugadores, es en el online donde más se explora la vertiente social del título, y donde más potencial hay: al fin y al cabo, los NPC que vemos en los nidos están marcados por un estilo japonés, americano y europeo, pero será muy interesante ver las creaciones de gente procedente de todo el mundo, pues hay un único servidor global. El modo en línea abre un juego sobre el papel infinito basado en una economía de los likes. Al interactuar con los avatares de otros jugadores puedes dar un me gusta a su ropa, responder a su sugerencia de vestimenta y seguir a ese usuario, por lo que hay potencial para que se creen comunidades de cierto estilo y auténticos influencers que sean reconocidos por sus recomendaciones y por su gusto al combinar. Al no haber mensajes ni otras maneras directas de contactar, puede nacer una red social, sin los aspectos negativos de la misma, centrada en la moda, como fuera Instagram en sus inicios con la fotografía.
Todo esto caería en saco roto si la estética del propio juego no acompañara, pero sí que lo hace, con un estilo a medio camino del anime y personajes de proporciones realistas que encaja de lujo con esta propuesta. Incluso los menús tienen personalidad, y por supuesto, las prendas ya creadas por los desarrolladores son variadas y detalladas. Además, aunque no nos extraña en un título que llega apadrinado por Nintendo, es destacable la traducción: hay bastantes comentarios graciosos y algún que otro juego de palabras que nos ha hecho sonreír.
La red de la moda abre sus puertas el 13 de noviembre
Fashion Dreamer atrapará a los jugadores apasionados por la moda, pero también tiene potencial para entretener a todos esos a los que les atrae el mundillo pero que no saben mucho, gracias a que permite ampliar el vestuario sin apenas esfuerzo; y a una estructura basada en misiones para que sepan por dónde tirar, estableciendo una meta y un camino hasta ella. El título que llega el 13 de noviembre a Switch se puede ver, además de como una experiencia social interminable, como una herramienta de aprendizaje, un método para desarrollar un gusto por la moda a través de los ejemplos de los NPC y las Musas de todo el mundo. Por supuesto, no es algo para todo el mundo, pero sí es un producto que sorprenderá a aquellos que se dejen.
Hemos realizado estas impresiones tras probar una versión preliminar en gamescom 2023 invitados por Nintendo.