Ska Studios nos sorprendió en 2016 con Salt and Sanctuary, un soulslike muy interesante que se atrevió a trasladar la exitosa fórmula de los juegos de FromSoftware a una aventura 2D de desarrollo lateral. El resultado fue un título muy divertido, completo y bien diseñado que nos dio un buen número de horas de diversión mientras explorábamos su mundo e intentábamos superar todos los peligros que se interponían en nuestro camino. Ahora, este pequeño estudio independiente vuelve a la carga con su secuela, Salt and Sacrifice, una obra de la que hoy os traemos nuestras primeras impresiones tras haber probado su beta cerrada.
Una propuesta familiar
Así pues, volveremos a adentrarnos en una aventura de rol y acción con algo de "plataformeo" en la que deberemos explorar unos mapas de tamaño considerable abriendo atajos, luchando contra todo tipo de enemigos, derrotando grandes jefes, encontrando tesoros y piezas de equipo, y subiendo de nivel a nuestro héroe. En líneas generales se trata de un título muy conservador que sigue paso por paso las enseñanzas de su predecesor, manteniendo unas mecánicas casi idénticas y la imprescindible gestión de nuestra barra de resistencia para realizar acciones como atacar, bloquear o esquivar rodando.
Como podréis suponer, la clase que escojamos al crear a nuestro personaje determinará nuestro equipo inicial y nuestros atributos base, aunque a medida que avancemos y subamos de nivel dispondremos de un enorme y complejo árbol de habilidades con el que podremos desarrollar a nuestro héroe de la forma que queramos. Apenas hemos podido tantearlo, pero viendo la cantidad de cosas que podemos desbloquear ya nos ha dejado claro que la personalización de nuestro avatar será muy profunda y estará repleta de posibilidades.
Algo que nos ha llamado mucho la atención es la nueva estructura que se le ha dado a la aventura. En vez de tener un único mapa interconectado, esta vez contaremos con una base principal desde la que podremos acceder a todo tipo de servicios, como la herrería, varias tiendas o el altar donde invertiremos nuestra experiencia para subir de nivel. Además, en ella también encontraremos un arco de piedra que podremos usar para teletransportarnos a otros lugares, siempre y cuando sepamos la combinación de runas adecuada para ella.
Como podréis suponer, nuestro viaje como tal se desarrolla en las zonas a las que llegamos desde este dispositivo mágico y una vez en ellas tendremos libertad total para ir hacia donde queramos mientras sorteamos todo tipo de obstáculos, abrimos nuevos caminos, activamos puntos de control donde descansar y recargar nuestras pociones (a cambio de que los enemigos que hayamos eliminado reaparezcan, claro). Por supuesto, la dificultad es bastante alta y hasta el enemigo más aparentemente inofensivo tiene la capacidad de acabar con nosotros en unos pocos golpes, obligándonos a jugar con mucho cuidado y a gestionar nuestra estamina con sumo cuidado. Y sí, los jefes son bien duros desde el mismo principio, por lo que no nos hemos podido despistar ni un solo segundo y hemos tenido que echar mano de todas nuestras herramientas para acabar con ellos.
La porción de mapa disponible en esta versión de prueba es muy pequeña y no hemos parado de encontrarnos con caminos bloqueados que sí estarán disponibles en la versión final, por lo que nos resulta muy difícil hablaros sobre su diseño de niveles. Eso sí, ya hemos visto cómo conecta de formas muy inteligentes ciertas secciones y cómo el escenario se va abriendo a medida que nuestras posibilidades de desplazamiento aumentan. Sin irnos muy lejos, al poco de empezar acabamos encontrando un gancho que pudimos usar en ciertos sitios para impulsarnos hacia lugares a los que en un principio no podíamos ir o para tomar atajos, por lo que también tendrá un toque de "metroidvania" que apunta a ser más acusado que en Salt & Sanctuary.
Caza de brujos
Otra de sus novedades más destacadas la tenemos en las cacerías. A nivel argumental, nuestro personaje es un inquisidor que se dedica a dar caza a temibles hechiceros, por lo que nuestro objetivo principal será dar con ellos para liquidarlos. A diferencia del resto de jefes, estos magos se ocultan tras unos portales muy concretos a los que solo podremos acceder si damos con la combinación adecuada de runas para el arco de piedra del campamento principal.
Una vez las encontremos explorando cada región, podremos iniciar una cacería teletransportándonos hasta su localización, donde nos tocará perseguir a nuestra presa hasta acabar con ella. Lo interesante de este sistema es que permite un desarrollo algo diferente al que nos suelen tener acostumbrados este tipo de juegos, como bien demuestra el primer hechicero al que hicimos frente. En vez de simplemente llegar hasta su arena de combate, este iba apareciendo en diferentes lugares, obligándonos a luchar contra él para que, tras varios golpes, huyera hasta otro sitio distinto, algo que tuvimos que repetir unas cuantas veces hasta terminar de acorralarlo para que empezara el auténtico combate. Eso sí, gracias a nuestros escarceos anteriores, solo tuvimos que bajarle la mitad de la vida llegados a este punto, aunque incluso así presentó una buena batalla.
Si a esta idea consiguen sacarle partido en la versión final y crear cacerías muy distintas y con mecánicas originales, probablemente estemos hablando del que puede ser uno de los grandes puntos fuertes del juego, por lo que tenemos muchas ganas de ver cómo evolucionan y qué ideas se les ocurren con ellas a sus diseñadores.
A nivel gráfico sigue la misma línea estética vista en la primera entrega sin grandes mejoras aparentes, manteniendo un estilo 2D muy sobrio y sin grandes alardes que de momento no sorprende, al menos en lo que a escenarios y personajes se refiere, mientras que ya nos han avisado de que la banda sonora que hemos escuchado es provisional, por lo que no tiene mucho sentido valorarla ahora mismo.
Como veis, Salt & Sacrifice pinta realmente bien tanto para los fans del primer juego como del género en general. Sí, es más de lo mismo, pero eso no tiene por qué ser necesariamente malo si el sistema de progresión, el diseño de niveles y los combates acompañan. Además, algunas novedades como las cacerías prometen mucho y en líneas generales nos ha dejado con ganas de más, así que habrá que esperar pacientemente hasta que se lance de manera oficial para poder comprobar hasta dónde será capaz de llegar. Mientras tanto, no lo perdáis de vista.
Hemos escrito estas impresiones tras jugar a la beta en PS5 con un código que nos ha proporcionado Stride PR.