Tras su adaptación a la gran pantalla en 2013, World War Z, la exitosa novela de Max Brooks, se dispone a llegar al mundo de los videojuegos con un título de acción cooperativo al más puro estilo Left 4 Dead, aunque cambiando la cámara en primera persona por una en tercera. Si bien su estreno tendrá lugar este mismo martes 16 de abril, ya hemos tenido la oportunidad de probar uno de sus niveles y su vertiente PvP, lo que nos ha permitido hacernos una idea aproximada de lo que nos vamos a encontrar cuando llegue a las tiendas.
Un detalle que nos ha llamado la atención es que se inspira tanto en la película como en el libro, de modo que la presentación en pantalla de las hordas de zombis será muy similar a lo visto en el film, mientras que la historia se desarrolla en diferentes ciudades del mundo y con distintos grupos de supervivientes en un intento por emular la estructura de la obra original.
Zombis en Moscú
En nuestro caso viajamos a Moscú para jugar su primer nivel. Tras seleccionar a nuestro personaje, armas y equipo, comenzamos la partida en compañía de otros dos compañeros de prensa y uno de sus desarrolladores, quien nos fue guiando y enseñando las diferentes posibilidades que ofrece su jugabilidad.
Al igual que otros títulos similares, nuestro objetivo no es otro que el de intentar llegar al final del nivel abriéndonos camino a tiros y colaborando con nuestros compañeros. Tal y como suele ser habitual en el género, la disposición de enemigos, zombis especiales, armas y cajas de munición varía en cada partida para incentivar su rejugabilidad.
Por supuesto, en nuestro avance se darán ciertas situaciones que buscan aportar algo de variedad, como quedarnos encerrados en un sitio y tener que aguantar la posición mientras esperamos que se abran las puertas o buscamos el interruptor que nos permita continuar, aunque en esta misión no hemos visto nada especialmente llamativo ni original.
Un detalle que no nos ha convencido nada es su "gunplay". Como en otros tantos títulos, podemos llevar un arma principal, otra secundaria y otra pesada, aunque disparar con ellas es de todo menos satisfactorio, ya que el control de una a otra apenas varía, les falta peso y contundencia y, en definitiva, no consiguen transmitir buenas sensaciones al liarnos a tiros con las hordas de nomuertos, algo que nos parece básico en un juego de estas características.
De hecho, ocurre algo parecido al impactar en nuestros enemigos, cuyas físicas no están demasiado logradas y la implementación del gore a la hora de desmembrarlos o volarles la cabeza es un tanto extraña, como si estuviésemos disparando a muñecos de papel.
Sensación constante de peligro
En cambio, lo que sí que nos ha gustado es la sensación de constante peligro que transmite la horda. Los zombis son rápidos, ágiles y letales, por lo que pueden salir prácticamente desde cualquier parte y perseguirnos para acabar con nosotros sin que los veamos venir, obligándonos a colaborar con nuestros compañeros para cubrirnos las espaldas mutuamente. Los infectados nos han sorprendido desde debajo de la nieve, saltando muros, saliendo de debajo de los coches... etcétera. En cualquier parte puede haber un enemigo esperando a hincarte el diente.
Además, no son precisamente pocos y el motor gráfico es capaz de poner a más de 100 nomuertos en pantalla, por lo que el agobio es casi constante, con muy pocos momentos de pausa para podernos relajar. Esto provoca ciertas situaciones que llegan, como poco, a impresionar ante las marabuntas que se juntan y vemos correr hacia nosotros.
Al igual que en el film, cuando estamos en una posición elevada intentarán llegar hacia nosotros apelotonándose entre ellos para facilitar la escalada, aunque este efecto está muy poco conseguido y no está bien representado. De hecho, si lanzáis granadas o algún tipo de explosivo hacia ellos cuando están realizando esta "maniobra", la explosión resultante deja muchísimo que desear, con trozos de zombis que salen disparados en todas direcciones de forma muy poco creíble y con unas animaciones que hacen gala de una tasa de imágenes por segundo totalmente ralentizada.
Obviamente, también existen infectados "especiales" que cuentan con habilidades especiales y nos pondrán las cosas un poco más complicadas de lo normal. En total hay cuatro y sus características y comportamientos ya los habéis visto en otros juegos: el mastodonte gigante y corpulento que aguanta multitud de disparos y si te atrapa se pone a golpearte contra el suelo, el típico que está escondido y cuando pasas cerca suya te salta encima, obligando a tus compañeros a matarlo para salvarte, el que gasea la zona y el que se pone a gritar para alertar y atraer más enemigos. Nada especialmente original ni diferenciador.
Finalmente, para completar el nivel teníamos que proteger un helicóptero del ataque de varias oleadas de nomuertos. Antes de que comenzara el ataque teníamos un tiempo de preparación en el que podíamos colocar torretas, lanzagranadas y minas para ayudarnos a defender la posición. La horda podía venir desde diferentes posiciones y lo cierto es verla avanzar es todo un espectáculo, sobre todo cuando esta se aproximaba desde un puente que había al fondo, mostrándonos una cascada de enemigos lanzándose desde él para llegar hasta nosotros.
No sabemos en qué nivel de dificultad nos pusieron la partida, ya que hay varios de ellos, aunque todo fue decepcionantemente fácil, así que suponemos que las cosas serán mucho más interesantes en los más altos.
Por otra parte, la partida que pudimos jugar en su vertiente competitiva era en un modo al estilo Rey de la Colina de cuatro contra cuatro, donde teníamos que conquistar la posición que nos indicasen y aguantarla para sumar puntos, con la única peculiaridad de que cuando generábamos el suficiente ruido con los tiroteos atraíamos a la horda.
Desgraciadamente, no nos gustó nada la experiencia, con un desarrollo extremadamente caótico, puntos de reaparición muy mal situados (no fueron pocas las veces que resucitamos junto a un rival), los zombis no aportaban casi nada y el diseño del mapa era de todo menos interesante. Una pena, pero casi parece como si se hubiese incluido por obligación.
A nivel gráfico tampoco hay mucho que destacar, aunque al menos el escenario de Moscú estaba conseguido y bien detallado, aunque hemos echado en falta una mayor interacción con el entorno que le diese más vida a los enfrentamientos. Los modelados no pasan de lo simplemente correcto, la variedad en los diseños de los enemigos es escasa y los efectos y la iluminación están lejos de ser un referente. Eso sí, el espectáculo de verlo todo inundado de zombis sin que esto afecte a la tasa de imágenes por segundo no nos los quita nadie.
Un primer contacto con muchas dudas
Como veis, lo que hemos jugado nos ha dejado con muchas dudas sobre la calidad del producto final, ya que las sensaciones a los mandos no han sido especialmente positivas. Tampoco es que sea un desastre, pero no ofrece nada nuevo ni consigue hacer las cosas del todo bien ni igualar la calidad de sus competidores. De todos modos, todavía nos queda mucho por jugar, así que no descartamos que el resto de misiones que incluye consigan sorprendernos y hacernos cambiar de opinión. Sea de un modo u otro, tan solo quedan unos días para descubrir hasta dónde es capaz de llegar.
Hemos escrito este artículo tras probar el juego en su versión de Xbox One X en un evento de prensa celebrado por Focus Home Interactive en París.