Trials of Mana (o Seiken Densetsu 3, como lo conocíamos hasta hace nada) es una de las últimas grandes joyas que nos dejó Super Famicom. Todo un juegazo que en Occidente disfrutamos por primera vez el pasado mes de junio con el lanzamiento del recopilatorio de Collection of Mana para Nintendo Switch.
Sin embargo, en Square Enix no se han querido conformar con rescatar la versión original de este clásico y ya se encuentran trabajando en un remake para PC, PS4 y Switch que hemos tenido la oportunidad de probar durante la celebración de la Gamescom 2019. ¿La buena noticia? Nos ha encantado.
Gameplay comentado
Toda una lección de cómo hacer un buen remake
La saga Mana nunca se ha llevado demasiado bien con los remakes de sus primeras entregas, y ya sea por un motivo u otro, los responsables de reimaginar estos juegos tan queridos nunca han conseguido terminar de dar con la tecla, ofreciéndonos productos muy inferiores a los originales. Y como muestra, no hay más que echarle un vistazo a lo sucedido el año pasado con Secret of Mana para entender esto que decimos.
Por suerte, esta vez la historia es muy distinta y Trials of Mana apunta a convertirse en todo un ejemplo de cómo debe ser un buen remake, ya que no se limita únicamente a modernizar sus gráficos, sino que también es capaz de hacer lo propio con su jugabilidad al mismo tiempo que mantiene toda la esencia del original, algo nada sencillo y que tiene un mérito inmenso. Pero vayamos por partes.
Lo primero que tenemos que decir es que nos encontramos ante un juego de rol con combates en tiempo real en el que tendremos que escoger a los que serán nuestros tres protagonistas entre seis personajes distintos, todos ellos con sus propias tramas que se van cruzando de una manera u otra según la decisión inicial que tomemos.
Para este remake se ha apostado por abandonar la cámara aérea del original en favor de ofrecernos un detallado mundo modelado completamente en 3D, por lo que podremos disfrutar de su escala "real" y mover la cámara libremente.
En esta demo nos permitieron jugar el que es el comienzo de la aventura en el caso de seleccionar a Duran, el guerrero, como nuestro primer personaje, aunque al avanzar un poco también se nos acabarían uniendo Riesz y Charlotte.
Así pues, empezamos explorando una ciudad y familiarizándonos con los controles y sorprendiéndonos por el nivel de detalle que se ha puesto en recrear lo más fielmente posible las localizaciones que ya conocemos, aunque la nueva cámara y la escala a la que se ha reproducido todo nos ayudan a sumergirnos muchísimo más en este universo.
Tras explorar un poco y hacer algunas compras, descubrimos que el mejor momento para escabullirnos de la ciudad era por la noche, así que pasamos el resto del día durmiendo en la posada hasta que se puso el sol, instante que aprovechamos para atravesar las puertas que daban al exterior.
Por supuesto, no tardamos en encontrarnos con nuestros primeros enemigos tras abandonar los muros, momento en el que pudimos descubrir lo muchísimo que se han mejorado las batallas. En esencia, la premisa sigue siendo la misma: golpear a nuestros rivales para rellenar una barra de energía con la que podremos desatar devastadoras técnicas especiales, aunque se han hecho multitud de cambios y ajustes para hacerlas mucho más actuales y satisfactorias.
Un buen ejemplo de esto lo tenemos en el hecho de que ahora el mencionado medidor para usar las habilidades no se recarga simplemente golpeando, sino que tendremos que recoger unos cristales que sueltan los enemigos al morir y al ser golpeados con ataques cargados. Además, al finalizar una batalla nos darán unas bonificaciones según lo bien que lo hagamos, las cuales también sumarán a nuestra barra de energía.
Otra novedad la tenemos en la posibilidad de saltar, permitiendo realizar combos aéreos e introduciendo nuevas mecánicas a la hora de luchar contra monstruos voladores, a los que tendremos que intentar bajar a tierra para que resulten más vulnerables y menos molestos.
Evidentemente, también podremos rodar para evitar las ofensivas enemigas, y la acción tiene un ritmo genial y muy bien estudiado, favoreciendo batallas ágiles y muy dinámicas que no prescinden de un toque táctico muy apetecible. Además, ahora podemos fijar blancos y la detección de impactos funciona de maravilla, por lo que resulta muy fácil calcular y medir las distancias con nuestros adversarios para disfrutar de unos intercambios de golpes realmente satisfactorios y en los que no se producen errores de ningún tipo.
Esto, sumado a un diseño de mapas muy bueno y fiel que aprovecha la posibilidad de saltar para aportar algo más de verticalidad, a una interfaz infinitas veces más limpia, intuitiva y cómoda, y a un desarrollo argumental entretenidísimo, acaban dando como resultado una mezcla maravillosa entre lo antiguo y lo bueno que se siente fresca y familiar al mismo tiempo, algo a lo que deberían aspirar todos los remakes.
También tuvimos la oportunidad de enfrentarnos a un jefe, un monstruo gigante de seis patas al que debíamos golpear en la cara para maximizar nuestro daño y destruir sus ojos, es decir, la misma estrategia que tuvimos que usar contra él en el original. La batalla nos pareció muy divertida y fiel a lo que vimos en Super Famicom, aunque al ser de las primeras no entrañaba mucha dificultad.
La belleza de Mana
A todas las virtudes jugables que hemos comentado también tenemos que sumarle un apartado gráfico muy conseguido y con una dirección artística cuidadísima y extremadamente respetuosa con la obra original, mostrándonos un mundo lleno de color, personajes con grandes diseños y enemigos muy llamativos. Eso sí, tampoco es que sea ningún prodigio técnico y en algunas cosas se notan sus limitaciones, como en los modelados de algunos NPC y su falta de expresividad, pero todo se ve tan bonito que no creemos que le haga falta mucho más.
El sonido tampoco se queda atrás, ya que vuelve a utilizar los mismos y maravillosos temas que escuchamos en el original, aunque se han realizado infinidad de arreglos, instrumentalizándolos con mucho gusto y manteniendo su esencia intacta. Finalmente, decir que los efectos son muy reconocibles y variados, aunque hemos echado de menos voces para los diálogos.
Vuelve la magia de Mana
Trials of Mana consigue lo que muy pocos remakes son capaces: hacer que la aventura se sienta tan nueva y fresca como familiar y conocida. Es extremadamente fiel al original, pero no se olvida de incluir multitud de novedades de todo tipo para mejorarlo y actualizarlo, elevando a un nuevo nivel al que ya es de por sí todo un clasicazo. Mentiríamos si os dijésemos que no le tenemos unas ganas enormes tras este primer contacto, así que os recomendamos no perderle la pista a poco que os guste el género y la serie, ya que apunta a convertirse en una de las sorpresas más agradables del año que viene.
Hemos realizado estas impresiones tras probar una demo de la versión de PS4 en Gamescom 2019.