Hace mucho tiempo, allá por comienzos de la década de los 90, el género de moda en lo que eran los eSports de entonces (que eran los salones recreativas), eran los juegos de lucha. A pesar de que la empresa que los popularizó fue Capcom, gracias a Street Fighter 2, si hay una empresa, y consola, que fueron considerados entonces como el pináculo en este género, fueron SNK y Neo Geo. Tanto es así, que muchas veces se cree que SNK y Neo Geo sólo han tenido juegos de lucha, cuando nada más lejos de la realidad.
Así, Neo Geo cuenta en su catálogo con juegos como las sagas de lucha Fatal Fury, Samurai Shodown, World Heroes, The Last Blade, Art of Fighting y muchos juegos separados del segmento de lucha de uno contra uno que valen la pena, como 3 Count Bout, Kabuki Klash, Rage of Dragons o Waku Waku 7, por poneros unos ejemplos. Pero entre todas esas sagas, hay una que consiguió aglutinar lo mejor de Neo Geo, y además subir el listón en apartados como los personajes, la música, los gráficos y el control. Hablamos de The King of Fighters, cuya primera entrega ya fue una declaración de intenciones, pero que desde entonces hasta 1997 fue una verdadera demostración de saber hacer en todas las dimensiones por parte de la empresa de Osaka.
Recientemente la saga ha atravesado un periodo complicado. Si bien la última entrega, King of Fighters XIII, es muy decente, con un apartado artístico espectacular y un listado de personajes aceptable, su relevancia se ha quedado muy lejos de la que tuvo a finales de los 90, y sin duda alguna la competencia le ha dejado atrás a varias millas de distancia.
Tal vez por eso los nuevos dueños de SNK han decidido, viendo la relevancia que tienen los eSports, apostar por intentar hacer las cosas como en los últimos Street Fighter, pero a su manera. Sólo así podemos entender que dejen de lado un apartado gráfico en dos dimensiones y con una resolución y tamaño de personajes notable, en lugar de aprovecharlos para la edición de este año.
Por suerte, una vez hemos probado el juego, podemos decir que el nuevo apartado estético no molesta lo más mínimo. Es posible que si somos unos fanáticos del uso de las últimas tecnologías, en lugar de ser capaces de disfrutar de un juego nos pongamos a pensar que gráficos así ya hemos podido probar hace una… o dos generaciones. Y tal vez sea cierto, pero en un título como este el apartado visual tiene que estar al servicio de la experiencia de juego y no al revés.
The King of Fighters XIV se juega muy parecido a como se podía jugar a The King of Fighters 98, que por si alguien está despistado era una especie de unión de todos los The King of Fighters anteriores, que a la postre es lo más granado que ha tenido esta saga, pero centrado en el versus, dejando de lado modos historia u otras opciones. Así, volvemos al esquema de cuatro botones, con la posibilidad de cargar la barra de energía para ataques especiales apretando tres de ellos, y con un añadido en forma de un combo fácil apretando en múltiples ocasiones el botón cuadrado. Éste último sistema, si bien queda un poco de novatos, lo cierto es que no parece demasiado abusivo, aunque ya veremos como resulta en la versión final.
Y sí, sin llegar a los extremos de juegos como Guilty Gear, la jugabilidad de The King of Fighters sigue siendo rápida, certera y precisa. Hemos podido probarlo tanto con el Dual Shock de PlayStation 4, de la que es exclusivo a día de hoy, como con un arcade stick creado para su uso, y en ambos casos se alcanza un buen resultado, aunque diste un poco del que se pudo hacer en su momento gracias a mandos como el de Saturn (el cual es compatible en su versión Capcom de Street Fighter IV y similares con PlayStation 4).
Uno de los aspectos que más impresiona de este nuevo The King of Fighters es su elenco de luchadores. 50 personajes, donde nos encontramos desde clásicos imprescindibles de la saga como el equipo de Japón (Kyo Kusanagi , Benimaru Koreda o Goro Daimon) hasta personajes venidos de mundos distintos, como Nakaroru, que viene de Samurai Shodown, Mui Mui, de un juego de pachinko llamado Dragon Gal, o Love Heart, otra protagonista de otro juego de pachinko llamado Sky Love, y así hasta 50 mezclando personajes conocidos con otros no tanto. Y lo cierto es que a pesar de la gran cantidad de personajes todos parecen interesantes, lo que implica que ya son un montón de horas probando todos los personajes.
Destaca, por cierto, la dedicación que han tenido los creadores del juego con Latinoamérica, con no uno, sino dos equipos dedicados. Uno de ellos a México, y otro a Sudamérica en general, lo que demuestra no sólo el compromiso que tienen los creadores con ese área geográfica, sino el tirón que tiene allí esta saga, mucho mayor que en otras zonas del mundo.
Tras jugarlo tal vez sea un poco pronto para que esta entrega sea la definitiva para que The King of Fighters recupere su espacio en el mundo de los eSports, pero sin duda alguna es un inicio más que interesante que esperemos que siga mejorando conforme pasen los años. El juego aparece en todo el mundo en agosto en exclusiva para PlayStation 4, y para entonces esperamos poder jugarlo, y juzgarlo en condiciones.
Jugamos a The King of Fighters XIV en el stand de Atlus en el E3 2016.
