Ocho años después desde la última vez que los coches de juguete más famosos del mundo aparecieron en consolas llegará Hot Wheels Unleashed, un arcade de conducción que tiene mucho tirón simplemente por la propiedad intelectual en la que se basa y por la variedad de posibilidades que emergen de la misma. Es, para los desarrolladores de Milestone, un proyecto muy distinto al que están acostumbrados. Sí, aquí todo va de pisar el acelerador, tomar bien las curvas y llegar el primero a la línea de meta, como los MotoGP, Monster Energy Supercross, MXGP y Ride que lanzan año sí y año también. Pero el tono, el público potencial y los pilares jugables que deben potenciar son muy distintos. "No es un juego habitual para el estudio, pero hay muchos fans de Hot Wheels dentro del estudio", nos cuenta Federico Cardini, director del proyecto, en una presentación digital a la que ha asistido Vandal.
Tras dicho evento, pudimos probar una versión prealfa para PC que se cerró en febrero; además de contar con "una cantidad muy pequeña del contenido que habrá en el juego [final]", según Cardini, aún hay un buen puñado de aristas por pulir, pues quedan más de cinco meses hasta que Unleashed llegue a las tiendas el 30 de septiembre para ordenadores, PS5, PS4, Nintendo Switch, Xbox Series X/S y Xbox One.
A pesar de eso, nos hemos podido hacer una idea bastante clara de la intención que Milestone tiene con este juego: hacer un arcade de velocidad accesible, cargado de contenido (prácticamente infinito) y con elementos jugables tanto en los coches como en los circuitos que premian el aprendizaje y la dedicación del jugador que lleva jugando decenas de horas frente al que acaba de recoger el mando.
Un garaje con 53 años de historia
Los protagonistas, por supuesto, son los coches. La conducción, en su base, es tan sencilla como se puede esperar en un arcade: los vehículos se agarran bien a las icónicas pistas naranjas, los giros se hacen con facilidad (aunque es uno de esos arcades donde conviene soltar un poco el acelerador en las curvas) y frecuentemente hay choques donde intervienen buena parte de los 12 corredores de la pista. Sin embargo, aquí hay que prestar especial atención a tres cosas. Por un lado, las físicas: por mucho que los motores rujan y los coches parezcan enormes por la perspectiva de la cámara (que no se puede poner en primera persona, por cierto), son juguetes, por lo que los aterrizajes tras una gran caída o los choques a toda velocidad contra una barrera pueden hacer la cosa un poco incontrolable.
Por otro lado, el derrape: no es complejo como en un simulador, pero tampoco esperéis un Mario Kart y ni siquiera un Forza Horizon. Lleva un tiempo hacerse a él y es frecuente darse de bruces contra los bordes del circuito, y eso cuando los hay: en más de una ocasión hemos tenido que pulsar la Y para volver a la pista tras salirnos del raíl naranja. Pero claro, conviene arriesgarse porque el derrape es necesario para llenar el turbo. Aquí cada coche tiene varias estadísticas: velocidad máxima, aceleración, derrape y cantidad de turbos.
En la prealfa había seis (Rodger Doger, Twin Mill, Dragon Blaster, Rip Rod, Sharkruiser y Night Shifter), una muestra irrisoria de los más de 60 coches que habrá en el día 1 de la versión final, donde echarán mano de los juguetes lanzados en los 53 años de historia de la marca; prometen que cada uno tendrá "un alma, una personalidad", en palabras de Cardini, pero en nuestra sesión de prueba no había demasiadas diferencias en el control entre los que tienen estadísticas similares, pero obviamente sí entre los que tenían mucho derrape o mucha velocidad máxima (por cierto, la sensación de velocidad está bien, pero nos esperábamos algo más vertiginoso). Derrapando llenaremos los bloques de turbo, muy útiles para salir de las curvas, y prácticamente imprescindibles para tomar loopings o realizar saltos a tanta altura que apenas vemos el trozo de pista en el que aterrizaremos.
Loopings, imanes y dragones escupefuego
Precisamente el trazado de las pistas es otro elemento del juego que desde Milestone prometen accesible, variado y con profundidad. Las pistas (en nuestra demo había cuatro) se dividen en distintas dificultades que tienen en cuenta las complicaciones del trazado en sí (curvas, saltos, rutas alternativas, etc.) y la cantidad de elementos interactivos en las mismas. Nos hemos encontrado secciones por las que acelerar a toda velocidad, pero que te obligaban a ir derrapando si no querías comerte el quitamiedos; loopings y secciones magnéticas que nos ponían bocabajo, y hasta dragones y arañas que nos lanzaban fuego por el que debíamos pasar a toda velocidad o nos disparaban telarañas que debíamos esquivar a riesgo de quedarnos pegados en la carretera.
Además de las rutas alternativas, en un buen arcade de velocidad no podían faltar los atajos, pero aquí están más ocultos de lo que puede parecer a simple vista. Eso se debe a que el circuito no tiene límite. Es decir, mientras que el trazado en sí está perfectamente dibujado, cuando nos salimos de la pista podemos recorrer el entorno a su alrededor y bajo ella con libertad, lo que nos incita a experimentar con el turbo para salirnos de la pista y volver a ella salvando unos segundos al cronómetro. En el momento de lanzamiento habrá seis de esos entornos (nosotros solo hemos visto el garaje, representado en las capturas de este artículo), donde habrá más de 60 circuitos y más de 20 elementos de circuito distintos (es decir, esas pistas magnéticas, secciones de turbo, arañas gigantes, etc.).
Un editor accesible con resultados profesionales
Las cuatro pistas que hemos visto no nos han parecido demasiado inspiradas, pero obviamente estamos hablando de una cantidad nimia del total. Pero aunque en el juego final el nivel sea similar, es probable que las mejores pistas no vengan de la mente de los desarrolladores. El juego incluye un completo editor (para crear carreras, no solo pruebas contrarreloj como es habitual en el género) en el que los jugadores pueden dar rienda suelta a su imaginación. Desde Milestone aseguran que todas y cada una de las pistas del juego final se han creado con las mismas herramientas que tendrán a su disposición los jugadores.
Lamentablemente, el estudio italiano ha optado por no incluir multijugador en el editor en sí (sí se podrá jugar en esas pistas con amigos y el resto de la comunidad), ya que en las pruebas demostró ser menos divertido y más complicado de lo que pretendían. Pero por supuesto, no faltarán modos con los colegas. Además de un modo carrera, partida rápida y contrarreloj habrá multijugador a pantalla partida para dos jugadores y online con otros 11 participantes, tanto en salas públicas como privadas. No nos dieron, sin embargo, muchos detalles de otro escenario en el que podremos jugar con amigos: los jugadores tendrán una suerte de base u hogar que podrán personalizar de distintas maneras y correr en él en solitario y en multijugador.
Llegará el 30 de septiembre a todas las plataformas excepto Stadia
Los fans de los arcades de velocidad, y especialmente aquellos que le tengan cariño a los juguetes de Hot Wheels, deberían prestar atención a Unleashed: en este primer contacto aún se le ven las costuras, pero las ideas puestas sobre la mesa, sin ser de ningún modo revolucionarias, sí dibujan un juego divertido, accesible, que promete recompensar al jugador dedicado, y hasta arriba de contenido que no parará de ampliarse tras un "largo tiempo", en palabras de Milestone, tras el lanzamiento.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a un evento invitados por Koch Media. Milestone nos ha proporcionado un código prealfa para PC (Steam). Lo hemos probado en un ordenador con una Nvidia RTX 3070 8 GB, un AMD Ryzen 5600 X y 32 GB de RAM.
