For Honor es uno de esos juegos que por un motivo u otro consiguen captar nuestra atención con relativa facilidad. Además de la genial presentación que realizó Ubisoft cuando fue anunciado durante el E3 del año pasado, el hecho de que se trate de una nueva licencia y que busque ofrecer algo diferente y con su propia personalidad han ayudado a que no seamos pocos los que nos interesemos por su peculiar propuesta: un ambicioso juego multijugador competitivo (aunque también contará con una campaña individual) centrado en los combates cuerpo a cuerpo entre vikingos, samuráis y caballeros medievales.
Ahora, algo más de un año después desde que fuera presentado en sociedad, por fin hemos tenido la oportunidad de probarlo con calma y en profundidad, sin las presiones habituales de un evento o una feria, gracias al estreno de su alfa cerrada, lo que nos ha permitido comprobar cómo está evolucionando el proyecto y hacernos una buena idea de qué es lo que nos ofrecerá cuando se ponga a la venta.
Como hemos dicho, la jugabilidad de esta nueva apuesta de la compañía gala se basa en ofrecernos intensos duelos entre tres facciones habituadas a luchar con armas cuerpo a cuerpo, como hachas, espadas o katanas. Precisamente es en su sistema de combate donde más destaca y lo que consigue, por sí solo, que el título resulte tan divertido y entretenido.
Cuando nos enfrentamos a otro jugador (o bot controlado por la IA), si lo fijamos pasaremos automáticamente a posición de duelo. Gracias a esto podremos decidir por dónde nos queremos defender (arriba, derecha o izquierda) con tan solo inclinar el stick derecho, aunque con esto no solo bloquearemos, ya que con esto también determinaremos por dónde atacaremos a nuestros rivales utilizando para ello dos tipos de golpes: fuertes y flojos. Como era de esperar, los primeros son devastadores y hacen mucho daño, aunque son tremendamente lentos y predecibles, mientras que los segundos son todo lo contrario, rápidos, poco dañinos y perfectos para pasar a la ofensiva y agobiar a quien ose desafiarnos.
Para añadir algo más de complejidad al sistema, también dispondremos de un golpe para desestabilizar a nuestros enemigos y romper sus defensas, algo que podremos usar también para empujarlos y arrojarlos por algún precipicio que haya cerca. Tampoco nos podemos olvidar de la importancia de nuestra barra de energía, la cual se consumirá con casi cualquier acción que hagamos, ya sea bloquear, atacar o incluso esquivar, otro de los recursos de los que dispondremos cuando no veamos muy claro por dónde debemos parar.
Todo esto da como resultado unas batallas muy divertidas y tensas en las que tendremos que fijarnos constantemente en cada movimiento y gesto de nuestro rival (los personajes cambian sus posturas dependiendo de las posiciones por las que defendamos) para intentar predecir sus acciones y reaccionar en consecuencia, buscando amagar y engañar todo lo que podamos con rápidos movimientos del stick para cambiar la dirección de nuestro ataque en el último segundo.
Estas buenas sensaciones no hacen más que mejorar cuando nos damos cuenta de lo bien que se ha recreado el peso de las armas y sus físicas al impactar, consiguiendo que sintamos cada golpe que demos o paremos. Al principio puede costar un poco hacerse al timing y al funcionamiento de sus mecánicas (son muy fáciles de aprender, pero hay que tener muchas cosillas en cuenta para sacarles partido y aprovechar todo su potencial), aunque una vez que las dominamos las luchas llegan a resultar tremendamente emocionantes y hasta épicas.
De hecho, una de las cosas que más nos han gustado de la jugabilidad de For Honor es que consigue que la habilidad del jugador resulte decisiva en cada enfrentamiento, hasta el punto de que un combate entre dos usuarios de buen nivel pueda llegar a eternizarse o que si somos lo suficientemente buenos podamos aguantar defendiendo una base de dos atacantes a base de bloqueos y esquivas hasta que lleguen refuerzos.
Otra cosa que tenemos que tener muy en cuenta es que cada una de las tres facciones cuenta con sus propios personajes jugables. Esto significa que dependiendo de nuestra elección tendremos un tipo de arma u otra, lo que varía considerablemente nuestras animaciones de ataque, contundencia y rango de alcance. Además, también variarán nuestras habilidades, las cuales pueden ser tanto pasivas como activas, permitiendo que nos potenciemos, que resistamos el daño por sangrado o hasta que podamos lanzar diferentes tipos de bombas.
Aquí tenemos una de nuestras primeras dudas con el juego, ya que hemos notado que existen pequeños desequilibrios entre ellos, existiendo algunos guerreros especialmente poderosos y destructivos que pueden tener ventaja sobre otros, por lo que es un aspecto que Ubisoft debe de cuidar mucho de cara a la versión final para que no se pierda parte de ese encanto de un duelo justo y en igualdad de condiciones que quieren ofrecernos con su sistema de combate.
Algo que también nos ha generado ciertas dudas sobre el equilibrio es su sistema de progresión, basado en la obtención de equipo aleatorio tras cada partida, objetos que evidentemente modifican nuestras estadísticas. Lo mismo ocurre al subir de nivel, aunque aquí desbloquearemos desde diseños puramente estéticos hasta posibles habilidades adicionales para nuestros héroes (solo podemos tener equipadas un máximo de cuatro de ellas y están divididas por niveles).
En lo que respecta a los modos de juego, hemos tenido la ocasión de probar tres distintos: Duelo, Refriega y Dominio. Los dos primeros consisten simplemente en derrotar a nuestros enemigos en tres rondas de las cinco que hay, siendo duelo una batalla de uno contra uno y Refriega de Dos contra Dos. No son nada especial, pero vienen muy bien cuando simplemente queremos pegarnos con alguien sin mayores complicaciones. Además, son las mejores modalidades para practicar y pulir nuestra habilidad con el mando.
Con Dominio cambia mucho todo, ya que aquí nuestro objetivo será conseguir puntos conquistando zonas. Los mapas son pequeñísimos y las tres bases de cada uno de ellos están prácticamente la una al lado de la otra, por lo que aquí entra en juego la estrategia en equipo, obligándonos a colaborar y a decidir con cabeza dónde atacar y defender, apoyando a nuestros compañeros cuando se vean superados en número y atacando las áreas que estén peor defendidas.
Un detalle interesante es que la base central solo puede ser conquistada si nuestras tropas controladas por la IA se encuentran dentro de ella, obligándonos a matar soldados para facilitar el avance de las unidades aliadas, algo que da pie a combates muy espectaculares (y un tanto caóticos) cuando tenemos que luchar en dicho lugar contra otro jugador en medio de la gran batalla.
En lo que respecta a su apartado gráfico, tenemos que reconocer que se ve sorprendentemente bien, con unos modelados detalladísimos, buenas animaciones, texturas de gran calidad, efectos muy conseguidos y unos escenarios repletos de elementos. Si a esto le sumamos una gran dirección artística y un rendimiento muy sólido en consola (al menos en PS4 que es donde lo hemos jugado), tenemos un título con unos valores de producción muy altos y que entra fácilmente por los ojos.
Por su parte, la banda sonora casi no tiene presencia (apenas hemos escuchado un par de temas en los menús), aunque los efectos sí que son de mucha calidad: variados y de gran contundencia, por lo que resulta todo un gustazo escuchar el choque entre las diferentes armas.
For Honor es un juego que nos está deparando muy buenos momentos gracias a lo bien diseñado que está su sistema de combate. Sin embargo, tenemos serias dudas sobre su diversión a medio y largo plazo, ya que en apenas un fin de semana hemos empezado a sentir cierto agotamiento de la fórmula, por lo que no tenemos muy claro cuánto tiempo va a conseguir mantenernos enganchados cuando llegue a las tiendas. Evidentemente todavía quedan muchísimas cosas por ver y quizás con la implementación de todos sus mapas, personajes y modos cambien considerablemente estas sensaciones, por lo que tendremos que esperar a ello para poder valorarlo correctamente.
De momento, lo que sí podemos aseguraros es que lo nuevo de Ubisoft funciona muy bien en sus bases jugables, aportando algo diferente a una industria muy necesidad de este tipo de atrevidas propuestas alejadas de lo puramente comercial y centradas en ofrecer nuevas experiencias. No le perdáis la pista.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar en PS4 a su alfa cerrada, gracias a un código que nos ha facilitado Ubisoft.