A estas alturas poco podemos deciros ya que no sepáis o que no hayáis leído sobre Final Fantasy XIII, una de las entregas de esta veterana saga que más polémicas ha levantado entre sus fans. Bajo un apartado audiovisual impecable y una historia muy interesante, se escondía un juego tremendamente lineal y pasillero que limitaba al jugador hasta niveles insospechados, algo que hasta ese momento resultaba impensable en un juego de rol. Aunque este no fue su único pecado, ya que ciertos aspectos de su jugabilidad no terminaron de convencer al gran público, como el hecho de que solo pudiéramos manejar a un personaje en batalla y que si este moría nos llevara automáticamente a la pantalla de Game Over, independientemente de si el resto del grupo seguía en pie no.
Aun con todo, fue un juego muy notable que muchos supimos disfrutar, aunque se quedaba lejos de la grandeza a la que la saga nos tenía habituados. Sin embargo, y contra todo pronóstico, en Square Enix estaban convencidos del potencial de la decimotercera entrega y decidieron apostar por el desarrollo de una secuela, con la cual se intentaron solucionar muchos de los problemas presentes en la primera aventura de Lightning.
Si bien Final Fantasy XIII-2 mejoró a nivel jugable casi todos los aspectos de Final Fantasy XIII, otros apartados como la música, la historia y los personajes (Serah y Noel son de los peores protagonistas que nos ha dado la saga, lo cual con precedentes como Vaan y Penelo de Final Fantasy XII no es decir poco). Pero este no sería el final de esta subsaga, ya que tal y como se podía predecir por el final de XIII-2, Square Enix todavía se guardaba bajo la manga una tercera parte, con la cual están decididos a concluir de una vez por todas la historia de Lightning.
Con estos precedentes, no es de extrañar que nos mostráramos algo recelosos cuando entramos en el stand de Lightning Returns: Final Fantasy XIII en el Tokyo Game Show. Por eso, cuando pulsamos el botón Start para comenzar la demo y nos vimos en mitad de un enorme campo cuyo final se perdía en el horizonte, necesitamos algo de tiempo para asimilar lo que estábamos viendo.
Abrimos rápidamente el mapa para comprobar su tamaño, y desde luego, pequeño no nos pareció, además de que por lo poco que pudimos ver estaba cargado de actividades para realizar y áreas para explorar. Incluso había pueblos y asentamientos donde pasar el rato hablando con sus habitantes, aceptando encargos y recopilando información (aunque estando en japonés no nos enteramos demasiado de lo que nos decían). Nada de un enorme pasillo camuflado para aparentar, se trataba de una auténtica zona de mundo abierto, de esas que tanto echábamos de menos en los dos juegos anteriores.
Así pues, y tras merodear un poco por los alrededores del pueblo en el que empezábamos, nos dispusimos a seguir una flecha que teníamos en el minimapa, la cual supusimos que nos indicaba el camino. No tardamos en encontrarnos con el primer enemigo, los cuales se muestran claramente en el mapa del juego. Para iniciar la batalla o bien podíamos pegarles un espadazo o dejar que nos golpearan. Si iniciábamos de la primera forma, los rivales comenzarían con un 10% de vida menos, mientras que si era de la segunda, nosotros perderíamos un 5% de nuestra salud total.
Una vez empezaba el combate se nos trasladaba a la pantalla de batalla, donde podíamos movernos de forma más o menos libre (el movimiento se realizaba de forma bastante lenta). Olvidaros de lo visto en las dos primeras entregas de Final Fantasy XIII, porque el sistema de combate ha sido rehecho totalmente y ahora no tiene casi nada que ver con aquel. Ahora todo tiene lugar en tiempo real, por lo que no tendremos que esperar turnos ni a que una barra se rellene para movernos, defender o atacar, aunque claro, esto no quiere decir que todo nos vaya a salir gratis, pero vayamos por partes.
En esta entrega solo controlaremos a Lightning, por lo que no tendremos a un grupo como tal al que dar órdenes durante la batalla. Las habilidades de nuestra heroína dependerán del traje que lleve puesto, los cuales serán uno de los elementos más importantes de su jugabilidad. Habrá más de 80 diferentes y cada uno de ellos nos proporcionará una serie de ventajas diferentes, aunque en un mismo combate solo podremos tener tres equipados.
Cada uno de ellos tiene una barra de usos que se irá consumiendo con cada acción que realicemos. Cuando gastemos dicha barra nos bastará con pulsar uno de los gatillos para cambiar al siguiente traje. Mientras hagamos uso de un vestido distinto, los que no están activos se recargarán rápidamente, de forma que para cuando hayamos terminado de gastar los usos del actual, el anterior ya se habrá regenerado totalmente.
Esto nos invita a que busquemos la mejor configuración de trajes y habilidades posible para optimizar nuestras posibilidades en cada enfrentamiento, aunque solo podremos hacerlo fuera de combate, lo que nos deja con la duda de si la técnica del ensayo y el error cobrará protagonismo a la hora de enfrentarnos contra los grandes jefes, ya que se nos impide adaptar nuestra estrategia durante la batalla.
Por lo que hemos podido ver en la demo, parece ser que todos los trajes incluirán un botón de defensa, el cual nos permitirá bloquear parte del daño recibido. Además, si lo pulsamos en el momento justo en el que Lightning vaya a ser golpeada, realizaremos una esquiva (aunque no siempre nos evitará recibir daño), algo que ofrece cierto dinamismo a los combates y que nos ha parecido un buen añadido.
Para rematar el abanico de posibilidades de nuestra protagonista tendremos un medidor dividido en cinco porciones que nos permitirá realizar un Overclock. Al ejecutar esta técnica, ralentizaremos el tiempo de los enemigos, lo que nos permitirá no solo movernos a velocidad normal mientras les golpeamos a placer, sino también realizar algunos de los ataques más devastadores de nuestro arsenal.
A todo esto también hay que añadir que podremos realizar combos si conseguimos ejecutar una misma técnica varias veces seguidas, lo que nos permitirá castigar a los enemigos con diversos estados alterados o reducir sus estadísticas para ganar ventaja. Por último, comentar que se ha mantenido el sistema para aturdir enemigos, lo que nos permitirá golpearles a placer durante unos segundos.
Gráficamente Lightning Returns es un título realmente conseguido, con unos buenos modelados de personajes (aunque los secundarios son muy mejorables), una animaciones de batalla muy logradas y unos escenarios muy bellos. Eso sí, al tener que mostrar ahora zonas tan grandes y abiertas se ha perdido algo de detalle y ya no encontraremos tantísimos elementos decorando y recargando las localizaciones que visitemos. Otro aspecto que nos ha parecido mejorable es la tasa de imágenes por segundo, la cual dudamos seriamente que consiga alcanzar los 30 fps, al menos en Xbox 360, que fue la versión a la que tuvimos acceso.
A nivel general podemos decir que esta demo nos ha dejado con un buen sabor de boca. Tiene detalles muy buenos y no se conforma con ofrecer un más de lo mismo, por lo que está repleto de novedades que ya veremos si en el producto final acaban cuajando como deben o no. Al igual que con Final Fantasy XIII, estamos seguros que va a dar mucho que hablar, ya que algunos de sus cambios no serán del gusto de todos (por ejemplo, se han eliminado los niveles para ceder protagonismo al equipo como medio para escalar las estadísticas de nuestro personaje), pero promete mucha exploración y un sistema de combate dinámico y divertido que tras un aparente manto de sencillez esconde un gran abanico de posibilidades. Pero no será hasta febrero cuando podamos comprobar definitivamente si la fantasía final de Lightning estará a la altura o no, por lo que ya solo queda esperar un poco más para hacernos con ella.
