Una de las sagas con más renombre dentro del mundo de los videojuegos es sin duda Final Fantasy, la serie de la compañía japonesa Square Enix que en cada entrega nos lleva a un mundo de fantasía. Largo es el que camino de esta franquicia, que cuenta con numerosas entregas, algunas dentro de la serie numerada y otras en forma de spin offs. Aunque la calidad de la saga está presente desde sus orígenes, sin duda dio un gran salto con Final Fantasy VII, juego que supuso la llegada de la serie a Europa y que revolucionó el género desde el punto de vista técnico.
Desde entonces, cada serie ha tratado de poner cada vez el listón más alto en el apartado visual, y con la llegada de las consolas de nueva generación, muchos se preguntaban que mostraría Square Enix.
Su respuesta ha sido Final Fantasy XIII, un título que ha salido hace poco en Japón y que recientemente pudimos ver en la presentación del juego que tuvo lugar en Madrid. Mucho se está hablando del juego y con nuestras primeras impresiones queremos verter un poco de luz sobre alguna de las dudas generadas.
La historia del juego nos pone en un mundo donde habitan dos planetas enfrentados, el Nido y Paals. El primero es el hogar de una avanzada civilización que vive con toda clase de comodidades protegida por sus dioses, los Fal’Cie. Para sus habitantes, el planeta Paals es el hogar de monstruos y cosas indeseables, por lo que cuando aparece un Fal’Cie de ese lugar, todo comienza a desmoronarse. La parte que jugamos pertenecía a un momento muy avanzado del juego, concretamente en el capítulo once, momento en el que nuestros personajes se trasladan a Paals y tenemos el mundo entero para poder descubrir. En ese momento el juego se desarrolla por misiones, dándonos bastante libertad a la hora de avanzar, ya que podremos elegir si seguir la historia o centrarnos en la historia.
Elige como comportarte
La partida comenzó con los personajes en mitad de una zona llena de monstruos que parecían ir a su ritmo. Primero se nos enseñó las posibilidades de los personajes, los cuales tendrán que elegir un rol. Cada uno de estos roles determina su comportamiento (fundamental para la inteligencia artificial del juego) así como las habilidades que podremos ir aprendiendo según subimos de nivel ese rol. Los roles disponibles para cada personaje son seis (tres principales y tres secundarios): castigador, que se centra en el daño físico, fulminador, en el daño mágico, protector, que tiene gran defensa y puede proteger al resto del grupo, obstructor, que entorpece a los enemigos, inspirador, que ayuda a los aliados y sanador, que se encarga de curar. Estos roles repercutirán en la forma de jugar de los personajes controlados por la máquina, y es que nosotros sólo manejaremos directamente a un personaje, no teniendo ningún tipo de control sobre el resto.
A la hora de aprender técnicas, cada personaje tendrá su propio árbol de habilidades que irá desbloqueando según consiga puntos de experiencia. En este juego los personajes en sí no tienen nivel, sino que este pertenece a los roles y las armas. De estas últimas hablaremos más adelante, pero de los roles podemos decir que según tengamos seleccionado uno y otro, nos situaremos en una parte diferente del árbol de habilidades y tendremos a nuestro alcance desbloquear unas u otras. El nivel máximo de los roles principales es 4, y el de los secundarios 3, por lo que parece que la evolución se centrará más en las habilidades a aprender que no en el aumento de fuerza y potencia de los personajes.
Las armas que manejemos en el juego también subirán de nivel si vamos a un taller y empleamos ciertos materiales. Según las mejoremos irán siendo más efectivas, además de ganar nuevas características, pero todas tendrán un nivel máximo del que no pondrán pasar. Una vez lo alcancemos, si usamos sobre el arma en cuestión un objeto concreto, podremos transformar el arma en otra y así llevarla de nuevo a nivel 1, de forma que podamos seguir subiéndola. Cada personaje tendrá su propia arma, y aunque podrá conseguir nuevas, siempre serán del mismo tipo, por lo que no serán intercambiables entre los distintos personajes. Para conseguir estos materiales, además de derrotar a enemigos, podremos ir de compras, algo que haremos desde los puntos de guardado, donde además de salvar la partida, podremos tener acceso a las tiendas.
Cuando combatimos, como hemos dicho antes, nosotros solo manejaremos a uno de los personajes, el líder, mientras que los otros dos son controlados por la máquina en función del rol que tengan (rol que se podrá cambiar en cualquier momento durante el combate). A la hora de combatir, tendremos una barra que representará nuestro turno y que se irá llenando según marquemos acciones a realizar. El tiempo dentro del turno que consumen cada acción o ataque varía, por lo que tendremos que combinarlas lo mejor que podamos para aprovechar el turno al máximo. Los ataques o acciones que hagamos seleccionarán de una vez, y luego veremos como el personaje las hace del tirón, produciendo escenas muy espectaculares. Lo único que no nos ha gustado es que en ningún momento, por lo que se nos explicó, podremos dar una orden directa a los otros personajes que nos acompañen, por lo que si el líder muere, la pelea habrá acabado (aunque si esto ocurre, el juego nos devolverá justo antes del momento en que entramos al combate).
Yo te invoco a ti
En uno de los combates que vimos, tuvimos la oportunidad de apreciar una de las invocaciones, en concreto Shiva. Con ella se nos explicó el funcionamiento de las mismas, ya que constan de dos fases: en la primera la invocación aparece y lucha a nuestro lado (de un modo muy efectivo) mientras se va llenando la barra de empatía. Cuando se llene esta barra, podremos entrar en el modo empatía, momento en el que la invocación hará su ataque especial, desapareciendo después de haber producido una gran cantidad de daño en el enemigo. Tendremos que decidir bien cuando entrar en modo empatía, ya que cuanto más tardemos (a partir del momento de que se llene la barra), menos efectivo será el ataque final de la invocación.
Desde el punto de vista gráfico, el juego luce muy bien. En la parte que vimos, los personajes se encontraban en una zona de campo abierto de gran tamaño, por lo que podían moverse libremente. Este escenario estaba plagado de todo tipo de criaturas, muchas de ellas similares a los dinosaurios, destacando un monstruo enorme que llenaba prácticamente toda la pantalla y que campaba a sus anchas. El escenario que vimos era bastante grande y la distancia de dibujado era bastante grande, por lo que el resultado es muy espectacular. La única pega que le vimos es que el mapa parecía bastante grande, por lo que avanzar por él puede resultar un poco tedioso hasta conseguir el famoso chocobo.
Los modelos de los personajes lucían muy bien, con un acabado muy alto. Sus movimientos eran muy suaves, algo que hace que los combates prometan ser muy espectaculares. Por otra parte, los enemigos que vimos tenían también una gran calidad y en algunos momentos incluso veremos a las criaturas seguir su vida normal, como dormir en manada o jugar entre ellos. En general el apartado gráfico nos gustó mucho, aunque habrá que ver como es el resto del juego, pues por lo que se nos dijo, hasta el capítulo 11 no se abre el mundo y por tanto, no sabemos si los escenarios estarán igual de trabajados.
Este Final Fantasy XIII nos ha dejado un poco divididos. Por una parte el planteamiento nos parece interesante y su acabado técnico es espectacular, pero creemos que por el camino se han simplificado demasiado ciertos aspectos, como el hecho de manejar a un solo personaje o un sistema de roles que no es tan complejo como nos gustaría. Aún así, no será hasta que lo probemos a fondo cuando podamos ver la profundidad del sistema de combate, pues si está bien planteado, puede ser muy interesante a pesar de las limitaciones. Por lo demás, y a falta de meternos de lleno en su argumento, nos parece que el juego tendrá un gran nivel y ofrecerá bastantes posibilidades, aunque sea cuando hayamos avanzado bastante en la historia.