La beta multijugador de Battlefield: Bad Company ya lleva un día entre nosotros, que hemos aprovechado para darle un buen repaso en unas extensas sesiones de juego. Para ello, hemos lidiado con muchos enemigos, jugado en varios bandos, afrontado los momentos de mayor tráfico en los servidores de Electronic Arts y nos hemos reído con algunos de esos bugs (errores) tan simpáticos que –por suerte, y de manera habitual- sólo se pueden ver en las betas, es decir, en las versiones preliminares destinadas a jugarlas con fallos para, precisamente, localizarlos y corregirlos.
Empezaremos por lo anecdótico: el juego de DICE tiene mucho camino por recorrer en cuanto a perfilar varios aspectos. Hemos visto barriles flotantes, puertas que explotan con un gran fogonazo al romperlas con el cuchillo y otras cosas por ese estilo que no nos han afectado lo más mínimo durante las partidas.
De hecho, tenemos que decir que salvo por la restricción en modos de juego de la beta y estas cosas simpáticas, no nos habríamos dado cuenta de que estamos ante una versión preliminar del juego, lo que muestra que fuera de esas anécdotas resulta muy consistente y bien planteado.
El título nos ha parecido destinado muy especialmente a los aficionados a la sga Battlefield, con un muy amplio rango de vehículos disponibles en los dos escenarios que se incluyen (Oasis y Ascensión). El que más nos ha gustado es el tanque... no podemos evitarlo, somos unos clásicos. Coger el tanque, avanzar destruyendo el escenario disparando a todo lo que se mueva (intentando que no sean de nuestro bando, claro) nos ofrece una experiencia muy satisfactoria de atravesar con impunidad las líneas enemigas, al menos hasta que el equipo rival hace acto de presencia con helicópteros, otros tanques, o equipamiento específico contra los acorazados. Desde luego, lo que hemos visto es que incluso con un uso intensivo de vehículos, el juego mantiene una buena balanza para igualar las tornas.
Sin embargo, tenemos que decir que el modo de juego disponible es bastante estratégico, más allá de lo que se podría pensar un primer momento. En esencia, es tan simple como conquistar la base enemiga (o defenderla, según el bando que nos toque), pero para hacerlo hay que localizar los depósitos de oro. Para lograrlo, no basta con llegar hasta el punto objetivo, o buscar una buena posición y usar torretas y rifles de francotirador para defenderlo, pues todo es modificable. Es decir, el entorno del juego se puede destruir de manera dinámica (hablaremos de esto más adelante) si usamos armamento pesado o somos lo suficientemente insistentes. Esto es importante, porque si usamos un mortero a larga distancia podemos allanar el camino o incluso destruir de entrada edificaciones enteras.
El control nos ha parecido muy acertado una vez nos hemos hecho con él, adaptándose muy bien al mando de Xbox 360, y esperamos que la respuesta sea igual de buena en el caso de PlayStation 3. Nos ha parecido un poco tosco a la hora de mover vehículos, todo sea dicho, y hemos echado en falta la presencia de información dinámica en pantalla con más asiduidad, teniendo que suponer varias cosas. Estamos seguros de que el juego final mejorará esto y, en todo caso, ahí estarán las instrucciones para solventar las primeras torpezas. Además, lo más probable es que en el modo campaña se presenten todos los tutoriales necesarios, por lo que estaría de más sobrecargar de información el modo multijugador. En cualquier caso, la sensación lograda a la hora de llevar vehículos diferentes es también diferente, lo que es de agradecer al dotar al juego de mayor verosimilitud, sobre todo teniendo en cuenta que podemos esperar que los vehículos, en todas sus formas, sean de gran importancia.
La integración del jugador en el desarrollo de la guerra va a verse potenciada también por el uso inteligente del sonido. Los gritos, y efectos especiales, responden muy bien cuando jugamos con los altavoces del televisor, pero si activamos un equipo de sonido envolvente, nos encontramos con una sensación de estar completamente inmersos muy consistente. Es en esos momentos cuando se hace patente el eco de las explosiones, y escuchamos bien cómo las diferentes armas hacen ruidos diferentes al dispararlas, algo que por suerte se ha convertido ya en un elemento estándar del género y que da mucha verosimilitud a la acción. sin embargo, tenemos que reconcoer que por el momento hemos experimentado diversos problemas con el chat de voz, todo sea dicho, por lo que en ese sentido está claro que la experiencia multijugador se ha visto perjudicada, pero no es menos cierto que se nos advertía de que EA estaba trabajando en esos momentos para mejorar el rendimiento de los servidores, así que lo atribuimos a trabajos de mantenimiento.
Nuestro escenario favorito ha sido el ambientado en pleno desierto (bueno, no tanto, que hay un riachuelo y algunas palmeras), en una ozna indeterminada de Oriente, un ambiente que hoy en día asociamos ineludiblemente con conflictos bélicos. Su realización es de gran calidad, aunque es donde hemos presenciado la mayor cantidad de cosas raras en pantalla, como los barriles flotantes de los que hablábamos al principio. Además, nos hemos montado en tanques, hemos derribado un helicóptero, asaltado en equipo usando jeeps y nos hemos fijado también en que el río tiene unas lanchas a nuestra disposición muy tentadoras. Su estilo abierto, desértico, nos ha forzado a llevar una política agresiva en nuestra actuación.
Sin embargo, Ascensión no le va a la zaga, pero se ha mostrado como un entorno mucho más estratégico, con edificios elevados que son ideales para facilitar la tarea de defensa si somos hábiles con las herramientas propias de un francotirador. Con un diseño más enrevesado, lo cierto es que no daba espacio para usar y abusar de vehículos, por lo que el avance tenía que hacerse de manera más cautelosa al ir al descubierto sabiendo que los enemigos estarían apostados en zonas superiores con buenos rifles dispuestos a darnos de pleno. En los planos cortos, este escenario resulta mucho más impactante y variado a nivel técnico.
A nivel gráfico está claro que luce muy bien, pese a haber cosas por pulir. Pero el mayor defecto surge de que todavía no deben de haber concluido con el sistema de daños dinámicos, y es evidente en ocasiones. Cuando usamos el tanque, por ejemplo, y disparamos a una pared, se rompe por zonas predeterminadas en realidad, logrando un efecto que da el pego las primeras veces, pero el jugador que pase sus buenas horas acabará dándose cuenta. Y es que el sistema de detección de colisiones parece no funcionar muy bien, al romperse a veces otras zonas, o no funcionar simplemente de manera lógica. Consideramos que esto entra en la vertiente de fallos propios de un diseño no finalizado, y esperamos que se solvente de manera satisfactoria en la versión final del juego, pues la destrucción dinámica de los entornos es una de las grandes bazas de Battlefield: Bad Company.
En el terreno jugable, ya hemos dicho que el sistema de control se ha mostrado como eficiente, pero ya en las partidas el balance del juego no está muy logrado. Parece que en función de si estamos defendiendo o atacando nuestra resistencia a las balas es muy dispar, lo que hace que cuando atacamos nos puedan matar con un par de tiros. Del mismo modo, hemos experimentado bastante lag en todas nuestras partidas, lo que claramente juega muy en contra de la diversión. Entendemos que es uno de los puntos más importantes para esta beta multijugador, y confiamos en que DICE sepa optimizar el juego para minimizar los problemas. De hecho, el registro de muertes y logros (como la puntuación por abatir varios enemigos seguidos, colaborar en la eliminación de uno de ellos, etc.) llevaba siempre un poco de retraso con respecto a lo que iba sucediendo en pantalla. También hemos echado en falta el poder acceder a las listas de amigos, y tener un buen campo de opciones a la hora de configurar las partidas, pero Electronic Arts ha confirmado que la versión final del juego contará con todos esos elementos, así que no hay que preocuparse por ellos.
Lo que nos hemos encontrado en esta beta es, por tanto, un prometedor multijugador en el que el uso de vehículos brilla con luz propia y garantiza que la esencia Battlefield va a permanecer inalterada. Está claro que Bad Company tiene todavía camino por recorrer para mejorar y corregir cosas aquí y allá, pero las bases se notan asentadas y bien presentes en lo que hemos podido jugar. Intenso y bien construido, creemos que todos los defectos que hemos observado se corregirán de cara al lanzamiento, ofreciendo un título bélico de gran intensidad con un multijugador que, a falta de probar más escenarios y modos de juego, nos ha dejado satisfechos. Está claro que el juego final puede dar el campanazo y convertirse en uno de los grandes del género bélico.