Han pasado más de seis meses desde la última vez que os hablamos de Smite, un nuevo y ambicioso MOBA obra de Hi-Rez Studios, quienes se han hecho especialmente populares tras el éxito de Tribes: Ascend. Por suerte para todos, el equipo de desarrollo no se ha dormido en los laureles durante todo este tiempo y ha introducido una gran cantidad de mejoras de cara al reciente lanzamiento de su beta abierta.
En un género prácticamente dominado por League of Legends y DOTA, para abrirse un hueco en el mercado no basta con copiar lo mismo por muy bien que se haga, también hacen falta nuevas ideas diferenciadoras. Esto es algo que los chicos de Hi-Rez Studios saben bien y en vez de limitarse a traernos el mismo juego pero con distinto nombre, han decidido revolucionar el género desde sus mismas bases a través de una batalla de dioses mitológicos.
En vez de mantener la clásica perspectiva aérea típica de un juego de estrategia y una jugabilidad basada en clicks sobre el mapa, Smite apuesta por una cámara en tercera persona situada detrás de nuestro personaje y por unos controles más propios de un MMORPG, con las teclas W, A, S, D para movernos y el 1, 2, 3 y 4 para realizar nuestras habilidades, mientras que con el botón izquierdo del ratón hacemos ataques básicos. Gracias a esto tendremos que apuntar para acertar sobre el enemigo y movernos directamente para esquivar sus ofensivas, haciendo que su jugabilidad sea mucho más directa e inmersiva.
Pero todo esto ya os lo comentamos en nuestras anteriores impresiones, así que ¿cuáles son las novedades? Para empezar, se han dividido los modos de juegos competitivos de los casuales. Los primeros son puntuados e iremos ganando y perdiendo puntos según ganemos o perdamos partidas. Además, los jugadores tendrán que escoger sus personajes uno a uno, viendo los que escoge el contrario, sin poder repetir y pudiendo prohibir los dioses que crean más convenientes. Para acceder a ellos necesitaremos llegar al nivel 30 (el máximo actual) y todos ellos son en la modalidad Conquest, es decir, el clásico mapa con tres calles en las que hay que ir derribando torres hasta llegar a la base del rival y acabar con su minotauro guardián.
En cambio, en la selección de modos casuales nos encontraremos con más opciones además de Conquest (aquí sí se puede repetir dios, no veremos los del rival hasta empezar la partida y se permitirá que cada equipo prohíba un dios), como Arena o Domination. Arena nos llevará a un coliseo romano para enfrentarnos a otro equipo de cinco jugadores. Ambos comienzan con 500 puntos y para ganar tendremos que reducir los puntos del contrario a cero. Cada vez que matemos a un rival les quitaremos cinco puntos, pero esta no será la única forma de mermar la puntuación de nuestros enemigos. Cada cierto tiempo irán saliendo oleadas de soldados de ambos bandos cuyo único objetivo será llegar al portal de la base rival. Cada soldado que atraviese el portal restará un punto, aunque si matamos a los soldados rivales también les haremos perder un punto por cada uno de ellos.
En definitiva, se trata de un modo de juego perfecto para partidas rápidas y donde el tiempo para renacer es mínimo, por lo que estaremos constantemente peleando sin cuartel y presionando para que nuestros soldados lleguen al portal de nuestros rivales. Al igual que en Conquest y en el resto de modos, iremos ganando oro para comprar objetos y experiencia para subir de nivel, aunque todo será mucho más rápido. De hecho comenzaremos a nivel 3.
Por otra parte, en Domination el objetivo vuelve a ser reducir los puntos del equipo rival a cero, aunque para ello tendremos que conquistar bases. Si controlamos al menos dos de las tres que hay haremos que nuestros rivales pierdan puntos, aunque matando enemigos también les quitaremos puntos. Para hacernos con el dominio de una base tendremos que derrotar primero a su guardián de arena y asegurarnos de que no haya dentro de ella ningún jugador contrario.
Pero las modalidades casuales no acaban aquí, ya que también tendremos las Justas y las Partidas del día. Las primeras son un enfrentamiento uno contra uno en un mapa con ambientación medieval con el mismo objetivo que Conquest, con la única diferencia de que solo hay una calle. Por otra parte, las Partidas del día son enfrentamientos cuyas reglas cambian cada día. Por ejemplo, puede tratarse de una Arena o una Conquest en el que solo podamos escoger uno o dos personajes concretos, o simplemente una partida con todos los dioses desbloqueados, comenzando a nivel 20 y con 12.000 de oro inicial.
Lo bueno de que haya tantos modos, además de aportar más variedad, es que todos nos reportarán Favor extra (la moneda del juego) por realizar nuestra primera victoria diaria en cada uno de ellos, permitiéndonos desbloquear nuevos dioses más rápidamente. También tenemos que destacar la inclusión del Goodwill, un nuevo sistema para recompensar a los jugadores que terminan las partidas.
Cada vez que terminemos una, nos recompensarán con un determinado porcentaje de Goodwill, así hasta que alcancemos el 100%. Mientras más tengamos, mayor será el bonus de Favor que recibiremos al final de la partida. Además, esto permitirá al sistema emparejarnos con gente con una cantidad de Goodwill similar a la nuestra, por lo que las probabilidades de encontrarnos con jugadores que se salgan de la partida serán menores (aunque siempre existirá ese riesgo). Como era de esperar, si por algún casual abandonamos la batalla antes de que acabe, nuestro porcentaje se reducirá a cero.
Gráficamente también ha mejorado bastante respecto a lo visto meses atrás, las texturas tanto de escenarios como de personajes ahora son mucho mejores, las animaciones están más pulidas y a nivel general el juego va mucho más fluido que antes. Tenemos que destacar especialmente el lavado de cara que ha recibido la interfaz general, mucho más intuitiva, cómoda y agradable a la vista, así como el nuevo aspecto que presenta el mapa del modo Conquest, donde se han rehecho prácticamente todos los elementos del escenario, como las bases, la "jungla", los fondos, las torres, etcétera.
Por otro lado, el sonido sigue más o menos igual, con una banda sonora sin demasiada presencia, aunque se agradecen algunos de los nuevos efectos de sonido, como los gritos del público en el modo Arena cuando se producen muertes de jugadores. Todavía sigue sin existir chat de voz integrado, aunque los comandos de chat rápido que se incluyen nos ayudarán a comunicarnos sin problemas con nuestro equipo, tanto para organizar estrategias como para avisar de posibles peligros.
Terminando estas impresiones, solo nos queda decir que Smite tiene una pinta realmente prometedora y sabe diferenciarse del resto de juegos de su género con muy buenas ideas, por lo que cualquier fan de los MOBAs haría bien en no perderle la pista, ya que puede convertirse en una de las grandes sorpresas del año. Todavía quedan ciertos detalles que mejorar y pulir, como el desequilibrio existente entre algunos dioses, la velocidad de ciertos menús como los de las estadísticas de los jugadores, la necesidad de integrar un sistema de streaming y repeticiones (esto está ya en fase de pruebas y se integrará en el juego próximamente) y algún que otro fallo menor.
Actualmente cuenta con más de 900.000 jugadores registrados y al encontrarse en fase de beta abierta ya lo podéis descargar y comenzar a jugar. Puede que no tenga tantos personajes como DOTA 2 o LoL (tampoco lleva tanto tiempo y ni siquiera se ha lanzado oficialmente, por lo que es normal), pero de momento no le faltan argumentos para convencer a los jugadores y plantarles cara en un futuro no muy lejano.
