Un videojuego sobre "andar juntos" con un robot. Así definen desde Red Thread Games su nuevo proyecto, bastante diferente a los anteriores. Los creadores de la aventura gráfica Dreamfall Chapters y del drama interactivo Dustborn se caracterizan por sus juegos centrados en la historia, como también es el caso del misterio en primera persona Draugen.
Aunque la supervivencia pueda parecer un género poco apto para ello, Hello Sunshine integra las dinámicas de ese tipo de propuestas con una aventura donde tiene mucho peso la narrativa, ya sea directa o simbólica. En un mundo apocalíptico, donde el desierto parece extenderse hacia el infinito, controlamos en tercera persona a una protagonista que debe seguir de cerca a un gigantesco robot humanoide que avanza de manera autónoma, aprovechando su sombra para resguardarse del intenso sol.
Es un sol agobiante, que difumina las construcciones medio derruidas que encontramos por el escenario, que parece tan potente como para mover el horizonte. Es, sobre todo, peligroso. Caminar bajo su luz aumenta la sed, y si estamos totalmente sedientos, disminuirá nuestra salud.
Pero tampoco vale andar constantemente a la sombra de los lentos pasos del robot, pues conviene escudriñar el escenario para buscar agua y otros recursos. Es una dinámica de juego fantástica sobre el papel, un riesgo-recompensa constante.
Misterios en la arena
No solo buscas recursos, sino también respuestas. Las construcciones que encontramos a lo largo de esa caminata en línea recta constante pueden esconder algo que arroje luz sobre quiénes somos o qué ha pasado en el mundo. En una presentación a través de Discord, el director creativo Ragnar Tørnquist dice que Hello Sunshine es un juego que tiene "algo que decir". "Con suerte, algo interesante que decir", bromea.
Tørnquist explica que la historia se contará principalmente a través de las acciones del jugador, de las situaciones jugables que se dan y de elecciones, pero también hay objetos que conseguir y estudiar que darán más información sobre lo que ocurre y lo que ocurrió. Más avanzada la aventura, al llegar la noche, momento en el que la acción se relaja y el robot se para a recargar pilas, se establece un campamento al que acudirán varios personajes con los que charlar. El director creativo afirma orgulloso que han evitado introducir escenas cinematográficas para poner el foco en la narrativa interactiva.
Así, la historia y la partida están en constante relación. Un ejemplo de ello son los eventos. Al ver un avión aterrizar en el horizonte se motiva acudir hasta allí en búsqueda de recursos o información, pero ello supone alejarse del robot y la seguridad de su sombra. También hay desafíos: aunque permitirá evitar los combates, hay robots fuera de control de distinto tipo a los que nos podremos enfrentar, de una manera que recuerda Horizon (tanto por el uso del arco como por el diseño de las máquinas), para conseguir materiales útiles para la fabricación u objetos narrativos.
Una subversión del género: calma durante la noche, tensión bajo el sol
Muchos de esos eventos son procedimentales, y lo serán más conforme avanza la partida. Otro de ellos son las tormentas de arena, que dan más espacio a la exploración, pues permiten alejarse más del robot al tapar parcialmente el insistente sol, pero también pueden provocar que te pierdas y te alejes demasiado de tu compañero metálico si no tienes cuidado. Ese es el tira y afloja constante: querrás explorarlo todo, pero si pierdes la noción del tiempo, puedes descubrir que la máquina se ha alejado demasiado y verte sin agua suficiente para recorrer el camino hasta alcanzarlo.
Es una dinámica de juego intensa que se irá apaciguando conforme avance el día. Durante la tarde el sol es menos peligroso y se generan más sombras. La noche es el momento para relajarse, para comprobar lo que has saqueado (como el juego no se pone en pausa, durante la mañana es casi imposible revisar el inventario), planificar el día siguiente y aprovechar las impresoras 3D.
El robot avanza impasible durante el día hasta llegar a una estación en la que recargará su energía y en la que encontraremos una máquina para crear equipamiento, armas y recursos; también será este el momento en el que reparar, personalizar y mejorar ofensiva y defensivamente a nuestro compañero, que nunca controlamos directamente, pero que desarrolla una relación con la protagonista de manera paulatina. Como las noches son muy frías, conviene descansar cerca del robot, aprovechando el calor del sol que su metal ha atrapado previamente.
Evitando entrar en detalles, desde Red Thread anticipan que habrá incentivos para empezar el viaje de nuevo una vez terminado, y con sus dosis de misterio dejan entrever que al jugar en cooperativo (en local o en línea), la historia se reinterpreta y cambia: para comprender todo el argumento necesitas jugar tanto en solitario como con otro jugador, dijo en la presentación el director de juego Jonathan Nielssen.
Pero Hello Sunshine es más que desierto: el viaje hacia lo desconocido nos llevará en 2026 por una serie de entornos inspirados en el sur del continente africano, por diferentes zonas que afectarán a la manera de jugar y a la relación entre protagonista y robot. Habrá que ver si consiguen dinamizar durante toda la partida una propuesta jugable tan interesante como con riesgo de hacerse repetitiva, pero la premisa es tan potente como el sol que nos azota en ella. A todas luces, sigue la seña de identidad que el estudio de Oslo quiere impregnar a todas sus producciones: hacer "juegos con alma".
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a una presentación por Discord invitados por Dead Good Media.
