Cuando Ubisoft cogió el testigo de la saga de Far Cry con la segunda parte, trajo el mundo abierto a la serie, localizándose en África. Aunque el planteamiento era interesante, el juego pecaba de ser algo repetitivo, un aspecto que la nueva entrega trata de resolver. En la Gamescom de este año hemos podido probar el mundo abierto del juego y comprobar las posibilidades que tendrá.
La partida comenzaba en una pequeña aldea que será nuestra base en el juego, ya que en ella estará nuestra casa, donde podremos teletransportarnos siempre que queramos, además de una tienda para conseguir nuevo armamento. Según comenzamos nos dábamos cuenta de que teníamos el mapa oculto, algo que ocurría porque los piratas habían tomado la zona y habían puesto un inhibidor en una torre cercana, por lo que ese sería nuestro primer objetivo. Tras un corto paseo, llegábamos hasta ella y podíamos treparla para poder desconectar el dispositivo colocado por los enemigos. Gracias a esto la señal volvía a funcionar y teníamos el mapa disponible.
Lo primero es acabar con las bases enemigas
Al abrirlo nos encontramos indicada la localización del campamento enemigo de la zona. Tomarlo fue lo siguiente que hicimos, pues mientras esté en sus manos, toda la zona les pertenecerá, por lo que podremos encontrarnos con enemigos por los alrededores, lo que será sin duda una desagradable sorpresa. Así pues nos dirigimos hacia allí en inspeccionamos bien la zona antes de entrar. Algo útil será uno de los objetos que tendremos, la cámara de fotos, que permitirá destacar a los enemigos de forma que podamos tenerlos controlados. También tendremos que tener cuidado con la alarma, presente en todos los campamentos, pues si uno de los hombres la activa, llegarán refuerzos que nos pondrán las cosas francamente difíciles.

A la hora de entrar en el campamento tenemos la opción de hacerlo de modo directo, disparando a diestro y siniestro, aunque esa opción no será la más recomendable, ya que no aguantaremos una gran cantidad de daño antes de morir (aunque siempre podremos curarnos). Una alternativa más recomendable es acabar con los enemigos (y con la alarma) de forma sigilosa, algo para lo que nos vendrá estupendamente el arco, que no hará ningún ruido, aunque no será fácil de manejar, ya que tendremos que calcular la fuerza del tiro y la trayectoria de la flecha.