Hay una sensación particular que se produce cuando se empieza a jugar con Candle, y es que el juego pretende alcanzar grandes objetivos. Su estilo visual, dibujado a mano, no es de esos que sorprenden a los jugadores y sirven para crear espectaculares vídeos promocionales… para los estándares un tanto cerrados de una industria. Pero el usuario atento ve que hay algo en sus espacios y personajes dibujados a mano que se transmite también mediante la animación clásica, realizada fotograma a fotograma.
Está claro que esa sensación que produce Candle ante el jugador está vinculada con la percepción artística y nos lleva a pensar en referentes que están mucho más próximos a las tradiciones estrictamente artísticas que a las del videojuego puro y duro.
Eso sí, no hay nada que temer: el juego no se esconde tras una experiencia estética o artística para caer en la negligencia de lo que importa en un videojuego.
Hemos tenido la oportunidad de probar a fondo este juego, que está siendo desarrollado en España por Teku Studios, en su versión para Windows. Hemos visto que hay cosas que todavía deben pulirse (por ejemplo, hay elementos al configurar el idioma que siguen en inglés aunque juguemos en español), pero estas son cuestiones técnicas que a buen seguro se van a corregir en la recta final del desarrollo de este título.
El estilo de juego que nos hemos encontrado es muy pausado. En casi todos los aspectos nos hemos encontrado con un título que es invita al jugador a la reflexión con muchos elementos que son puzles. El equilibrio en su conjunto de elementos hace que quizá la balanza se incline un poco más hacia la experiencia estética que a la jugable en la medida en que sí nos parece que sus creadores han puesto una especial atención a todo el componente artístico. En este sentido, podemos decir que nuestras impresiones nos llevan a pensar que el juego está algo más en la órbita de los títulos de Amanita Design que otras aventuras. Pensamos en esa combinación de componente estético, aventura y puzles que caracteriza a los títulos del equipo checo y que podemos rastrear también en el trabajo de estos españoles.
En nuestra experiencia, además, el juego va a ser poco exigente con la máquina del usuario. La versión para Windows hemos logrado usarla con normalidad en un ordenador con procesador Intel Atom; los tiempos de carga han sido algo largos, pero al pasar a un sistema más potente la cuestión se corrige muy evidentemente. Con esto esperamos que el juego no suponga un problema para el usuario con independencia de su máquina. En ambos casos era un ordenador con Windows 7 y hemos experimentado muy pocos problemas técnicos, pero no hay que perder la perspectiva: el juego está en beta, es decir, en pruebas. Los desarrolladores tienen por delante todo el trabajo de depuración y corrección de problemas, así como la labor de perfilar sus elementos jugables. Con todo, transmite una madurez encomiable que algunos no tienen cuando llegan al mercado.
Estos requisitos tan modestos son en parte consecuencia de su propia propuesta: en Candle controlamos directamente a nuestro personaje (es decir, no es una aventura gráfica de pinchar con el ratón) en un sistema que nos puede recordar, por ejemplo, a Machinarium y otros títulos afines. El personaje no es muy rápido en sus movimientos, así que en este sentido el ritmo de la partida es muy tranquilo. A nosotros nos gustaría poder acelerar el ritmo en este aspecto, pero debemos admitir que el ritmo resulta natural para los personajes. No están las tensiones de un plataformas ni se intenta inyectar su ritmo (más bien al contrario), por lo que el ritmo un tanto pausado le sienta bien nos hace saber que la experiencia será reflexiva.
Uno de los elementos que pueden resultar más sencillos en el juego es la gestión de ítems ya que se ha descartado toda combinatoria posible para crear nuevos objetos a partir de los que ya tengamos. Esto no implica que el juego sea más fácil, aunque la verdad es una característica muy clásica que algunos usuarios quizá echen en falta. Nos ha parecido que los puzles están bien diseñados e implican poner la mente a trabajar desde el primer momento. Por su diseño, de hecho, la cuestión no está en combinar una cosa con otra, sino localizar con qué hay que interactuar en el escenario y, muchas veces, cómo llegar hasta ellos.
Del mismo modo, un foco muy claro para los desarrolladores ha sido explotar la mecánica de juego de las velas que, por supuesto, dan nombre al videojuego. El fuego va a ser un componente importante en el juego que usamos para resolver puzles y también para sortear peligros. De hecho, vale la pena comentar que -a diferencia de lo que sucede en algunas aventuras de este tipo- los enemigos sí pueden causarnos daño. El fuego nos permite, por ejemplo, asustarlos pero hay otras interacciones que vamos descubriendo poco a poco y que marcan cómo progresar con el juego. Así pues, hay que enfrentarse a los enemigos y superarlos. Según avanzamos en el juego hay múltiples puntos de control (en forma de hogueras) de manera que si somos derrotados la penalización no es excesiva.
Otro elemento diferencial es que Candle propone una estructura de mundo unificado que quizá nos recuerde más a juegos tipo Metroid (es decir, exploratorios y bidimensionales) que a la construcción de escenas de una aventura gráfica. Para agilizar la exploración iremos encontrando portales con los que ir de una zona a otra sin tener que deshacer el camino. Así, aunque los puzles y el ritmo pausado, junto con un fuerte marcado componente narrativo, sitúan al juego en una esfera muy próxima a las aventuras, la exploración y la acción que suponen los enemigos (no abundante, pero sí presente) lo aproximan a los títulos explorativos.
El juego contará con la voz del actor Pepe Mediavilla como narrador. Esta actor nos suena en España porque dobla a actores como Morgan Freeman, por lo que la calidad de la producción va a transmitir unas sensaciones muy notables al jugador desde el primer contacto. El resto de personajes del juego no tienen doblaje, en la medida en que hablan en el idioma inventado de este universo y debemos leer las líneas de diálogo. Para mejorar el ritmo sería conveniente que en la versión final se introduzca la posibilidad de saltar los diálogos que ya hemos visto en caso de que, por error, volvamos a iniciarlos para mejorar la sensación de ritmo de la partida.
Esta opción, nos parece, ayudaría al juego a ofrecer un ritmo mejor. Durante la partida su estilo algo pausado -que contrasta, es cierto, con la tensión que pueden provocar determinados obstáculos a superar- resulta coherente con la experiencia global, pero si estamos buscando una solución y acabamos viendo una y otra vez el mismo diálogo completo esto puede ser un poco cansado.
Entendemos que esta mecánica puede estar en la lista de elementos a incorporar por parte de los desarrolladores y vale la pena recordar, de nuevo, que hemos probado una versión preliminar en la que hay todavía trabajo por hacer. Esto lo olvidamos en ocasiones porque la experiencia ha estado, por lo general, ausente de (grandes) errores, cuelgues, etc., pero no queremos que se pierda la perspectiva: el juego está todavía en fase preliminar, beta, y tiene trabajo por delante para conseguir el juego redondo que creemos que puede ser.
Candle está, en estos momentos, todavía en estado beta. Además de las cuestiones que hemos comentado, es evidente que hemos experimentado algunos errores y hay cosas de su diseño (menús, por ejemplo) que son todavía toscos. Se trata de cuestiones que, entendemos, es normal que se dejen para cuando llegue el momento de pulir el juego.
Pese a esto, nuestra sensación es que el juego está muy maduro y sus desarrolladores van a lanzar un producto que no se convierta en un infierno para sus compradores, algo que pasa en exceso en la industria (y, "curiosamente", más cuando mayor es la compañía). Aquí percibimos, desde ya, la sensación del trabajo bien hecho, la pasión por crear un juego con personalidad y movido por unas decisiones en su desarrollo que lo llevan a lo que promete ser un buen puerto. Confiamos, por tanto, en que la versión final confirme todas las buenas sensaciones que nos ha transmitido y que brille con luz propia no solo en Windows, sino también en Mac y Linux así como, por supuesto, en la versión para Wii U.
