Bounty Star es uno de esos juegos que llegan sin hacer mucho ruido, pero que esconden un concepto jugable de lo más llamativo. Hemos tenido ocasión de probarlo en una corta pero interesante demo que nos ha permitido comprender su planteamiento: un shooter en tercera persona con mechas, mucha personalización, algo de crafteo y la gestión de nuestra propia base de operaciones. Así dicho parece una combinación extraña, y precisamente por eso nos hemos quedado con ganas de seguir jugándolo.
En el título desarrollado por la estadounidense DINOGOD, nos ponemos en el lugar de Clem, una exsoldado y veterana de guerra que destaca por ser una auténtica experta en el pilotaje de robots. La acción nos sitúa en el suroeste de EEUU, pero no en el que conocemos actualmente, sino en una versión postapocalíptica que está plagada de violentos criminales y peligrosas bestias.
El gobierno es incapaz de poner orden entre tanto caos, y por ello nos encomienda una misión que de paso servirá para que nuestra protagonista se redima por un pasado del que no se siente especialmente orgullosa.
La acción de Armored Core con la tranquilidad de Stardew Valley
La demostración que jugamos nos situaba en nuestra propia base manejando a la protagonista mientras íbamos de un lado para otro consultando el correo, fabricando munición, obteniendo agua y, en definitiva, poniendo a punto la maquinaría antes de entrar de lleno en los trabajos de cazarrecompensas. La gestión y preparación antes de ponernos a luchar es una parte importante de la jugabilidad de Bounty Star, y eso es un elemento de distinción muy importante.
Podemos acudir a una tienda para obtener nuevas piezas para nuestro mecha, siendo posible personalizarlo con nuevas armas, escudos, regeneradores de energía… El repertorio ya era variado en esta primera toma de contacto, e intuimos que será uno de los mayores reclamos de un título que se apoya mucho en la idea de recolectar elementos para craftearlos y dar lugar a recursos como munición y combustible.
Una vez todo esté preparado, podemos ponernos manos a la obra y acudir a las regiones en que se requiere nuestra ayuda. Pilotamos el Desert Raptor MKII, un robot vehicular con la capacidad de atacar cuerpo a cuerpo, descargar munición, lanzar misiles y esquivar mediante un impulso, además de activar escudos e incluso repararse automáticamente. Todo esto depende de los módulos que instalemos, pero también de un indicador de sobrecalentamiento que nos avisa en todo momento de la temperatura de funcionamiento.
Por lo que hemos visto, el juego parece dividirse en distintas misiones de cazarrecompensas que nos trasladan a regiones cerradas y delimitadas, pero con cierta libertad de movimiento. Allí nos encontraremos con diversas de fuerzas que tratan de dificultar nuestra tarea, incluyendo mercenarios, drones y por supuesto mechas que como nosotros están equipados con una variedad de sistemas ofensivos y defensivos.
Podemos fijar objetivo, movernos, disparar, recargar y así hasta que la barra de escudo y vida de nuestros rivales caiga por completo. Y no solo se trata de atacar a distancia, sino que son muy importantes los golpes melee, con combos de lo más devastadores que pueden cambiar su efectividad dependiendo del módulo que llevemos equipado (como un puñal o incluso un contundente bate de béisbol).
Vencer a otros mechas, obtener dinero, recolectar recursos y hacernos con nuevas partes se convierte en la dinámica central de un videojuego que, no obstante, aún tiene mucho que demostrar. ¿Tendrá la suficiente variedad? ¿La jugabilidad es lo suficientemente interesante? ¿Los combates con mechas gozan de profundidad? ¿La gestión de la base de operaciones será lo suficientemente atractiva? Son muchos los interrogantes, a los que se suman las dudas sobre la calidad final de la propuesta.
Lo que hemos jugado por el momento hace gala de un acabado competente, con un apartado gráfico nada sorprendente, pero que da la talla y goza de su propia personalidad. Lo distribuye Annapurna y llegará a PC, PlayStation 5 y Xbox Series (estará disponible en Game Pass) el próximo 23 de octubre.
Hemos realizado estas impresiones tras probar el juego mediante una versión preliminar para Steam que nos ha proporcionado Annapurna.
























