Juegos de culto
Ubisoft se ha ganado entre los aficionados al videojuego un reconocimiento notable, gracias sobre todo a la calidad y especificidad de sus creaciones. En ocasiones su buen hacer ha sido recompensado con ventas –el caso de la franquicia Prince of Persia-, mientras que en otras no ha sabido encontrar un mercado por distintas razones. (es, claro, el ejemplo del excelente Beyond Good and Evil). Quizá su juego más celebre en estos últimos años sea Assassin’s Creed, desarrollado por el equipo de Montreal y que retoma muchos de los fundamentos vistos en Splinter Cell para llevarlos a un contexto casi inédito en el género de la infiltración: el Medievo.
Con un éxito notable tanto en Xbox 360 como en PlayStation 3, nos llega ahora la conversión a PC. Ésta incorpora ciertas novedades, una mayor resolución y quizá mayor optimización visual. Aunque es todavía pronto para juzgar -estamos hablando de una beta- es bastante probable que Assassin’s Creed se convierta en una de las referencias visuales de ordenador, uniéndose a títulos como Crysis en este disputado podio.
Esto sería sólo un análisis de la superficie, pero lo cierto es que el juego es interesante sobre todo por sus nuevos tipos de misiones y su eficiente adaptación al control de ratón y teclado.
Infiltración y salto
El título de Ubisoft Montreal une en sí el clásico desarrollo abierto –sandbox- que impuso Grand Theft Auto con dosis de infiltración y habilidad. En este sentido, la cantidad de géneros que incluye obligan a distribuir las acciones a través de atajos de botones, cosa que funcionaba en ocasiones de manera mejorable en las versiones para consola. La interfaz utilizada en PC, la combinación entre el ratón y el teclado, permiten en esta beta que el manejo sea mucho más fluido y las acciones no tan confusas. Esta adaptación, que usa el ratón para mover la dirección del personaje y las teclas WASD para el movimiento en sí, se ve sólo resentida por las secciones de habilidad, que son más fluidas en consola al tener una cámara más fija. Por lo demás, esta cámara más libre permite planificar las acciones a realizar, algo realmente útil en un juego con tal énfasis en la infiltración.
Como ocurría en el juego para consolas, Assassin’s Creed juega con la interacción entre el presente y el pasado a través de los flashback que son el juego en sí. Así, en una especie de laboratorio secreto, varios científicos hacen una regresión mental –casi un viaje en el tiempo- a un asesino para conocer los secretos de sus genes a través de un antepasado suyo del Jerusalén del siglo XIII, en la Edad Media Plena. Esta excusa argumental sirve para establecer un sistema muy curioso de "sincronización" entre el avatar del pasado y el del presente, y que queda resentida al incumplir el código de los asesinos. Todo ello sigue presente en la versión PC, a la que se han añadido sin embargo nuevos tipos de misiones secundarias de cara a aportar más variedad al desarrollo.
Nuevas misiones
Establecidas dentro de los objetivos secundarios, estas misiones ofrecen una mayor duración al desarrollo y amplían un poco los tipos de jugabilidad del juego original. Son carrera en los tejados, detección de delatores, saboteo de mercaderes y asesinato de arqueros. La detección de misiones permanece del juego original, con el célebre ojo de águila, y la mayoría siguen el modelo visto anteriormente sólo que cambiando algunos objetivos. Quizá las más notables sean las de habilidad, especialmente la carrera en los tejados que recuerda irremediable al primer Prince of Persia para PlayStation 2. Por otra parte, la misión de aniquilar a los arqueros aporta un mayor reto que las anteriores, dado que se debe combinar de manera eficiente la habilidad con la infiltración. Y Assassin’s Creed no es un juego sencillo.
Puntero y exigente
El principal talón de Aquiles visto en esta beta no es la adaptación jugable, sino más bien la muy mejorable optimización. Si bien es pronto todavía para hacer cábalas sobre cómo irá en los equipos la versión final, los requisitos se nos antojan un tanto excesivos. Estamos hablando de uno de los primeros juegos en exigir un procesador de doble núcleo, dos gigas de RAM y una tarjeta gráfica de 256 megas. No es una cuestión baladí; el juego bajo esos requisitos simplemente funcionará de manera defectuosa, y aunque Asssassin’s Creed no es un juego de acción, es escasamente recomendable andar por los mercados de Acre con ordenadores que tengan más de dos años. Ahora bien, si son entendibles estos requisitos viendo el espectacular apartado visual, lo que no es tan entendible es que en esta beta bajo ese equipo mínimo el juego vaya a no más de 20 fotogramas por segundo.
Es evidente que Ubi Soft se ha querido dejar la optimización para el final, y esperamos que en la versión que se ponga a la venta el título vaya todo lo fluido que pueda con los requisitos mínimos. Más que nada porque habrá pocos ordenadores que cumplan los todavía más exigente requisitos recomendados, que ascienden a 3 gigas de RAM y una tarjeta de 512 megas. Algo, en fin, al alcance de muy pocos usuarios.
Las reglas del gremio
Como suele ser habitual en las adaptaciones a compatibles de Ubisoft, la jugabilidad está excelentemente realizada y el apartado visual no ha perdido ningún ápice de calidad. De hecho, el juego luce notablemente más claro y directo en las pantallas de cualquier monitor. Por otra parte, como hemos visto, el control ha sufrido un cambio profundo, mejorando en la accesibilidad de las acciones a realizar aún perdiendo cierta inmediatez. Eso sí, cualquier jugador novato agradecerá bastante la utilización de gran parte del teclado para realizar las acciones, algo que creemos siempre mejor que las combinaciones entre botones tan comunes en los juegos complejos para consola. Lo que queda por ver en la versión final es que grado de optimización alcanzará Ubisoft, ya que esta beta funciona un tanto justa con los requisitos mínimos, y se nos antoja un poco exigente viendo los ordenadores en el mercado recomendar tres gigas de RAM. Aunque, claro, aquellos que tengan el equipo exigido podrán ver uno de los espectáculos técnicos más notables de PC; y eso quizá sea también una baza para ampliar el ordenador.