The Rising Tide pone fin al contenido postlanzamiento de Final Fantasy XVI y resuelve algunos de los misterios en la trama de Valisthea que habían sido tratados de pasada durante la aventura principal de Clive, especialmente todo lo relacionado con el eikon perdido, Leviatán. Pero, sobre todo, se siente el tipo de expansión que pide un juego de rol –aunque sea en dosis pequeña-, una que amplíe la historia, presente nuevas localizaciones y aporte varias actividades para volver al juego con ganas.
Con esto, y a falta del lanzamiento en PC, Creative Business Unit III cierra un RPG de acción espectacular en lo visual que no ha estado exento de polémica entre los fans. Sustituir los combates por turnos por acción se tradujo en debate sobre lo que es y no un Final Fantasy, pero en Square Enix parece que están contentos con el resultado obtenido: expandir Final Fantasy a un nuevo público y empezar a rejuvenecer la media de edad de sus fans.
Un territorio oculto en Valisthea
Tras comenzar esta misión –Marea creciente-, para lo cual hay que tener la historia principal en el paso previo a su finalización y superar unas secundarias concretas, nuestros protagonistas reciben la petición de salvar al Dominante de Leviatán, el eikon que en la saga representa el elemento agua y al que no habíamos tenido oportunidad de enfrentarnos en este juego. Un momento, ¿no estaba perdido? Eso es lo que nos habían contado en Final Fantasy XVI hasta ahora, pero resulta que se escondía en algún rincón del mapa. La mera existencia de un Dominante vivo obligará al grupo a investigar, porque este poder sería deseado por cualquier nación de Valisthea.
Este encargo nos llevará a una nueva región, Mysidia, una zona frondosa escondida bajo una ilusión que ha permitido a su gente apartarse del resto del mundo durante décadas. Algo que nos ha gustado de Mysidia es que, por cuestiones de la historia, es un paisaje precioso y con mucha más alegría que las aldeas y zonas decadentes que visitamos en buena parte de Final Fantasy XVI. Incluso recuperamos el cielo azul en lugar de la permanente luz de atardecer que nos acompaña durante las misiones previas al final; es una de las zonas más bonitas de un juego que, en sus momentos más inspirados, sigue impresionando. Artísticamente, poco se le puede reprochar a este episodio de Final Fantasy.
Si bien Echoes of the Fallen se centraba en el combate puro y duro, y nos ofrecía retos con una dificultad ligeramente alta para practicar todo lo aprendido con el viaje de Clive, Jill y Joshua, sabía a poco para lo que podríamos pedir de un DLC de pago en un RPG: una mazmorra extra, con un estupendo jefe final eso sí, pero aportaba escaso trasfondo a los personajes y se podía completar en unas tres horas. No es que la historia principal de The Rising Tide sea mucho más larga –no lo es, la duración sería muy similar-, pero sí da la sensación de estar hecha con menos prisas y su contenido opcional nos entretendrá más tiempo, así que no aparcarás este DLC al resolver el objetivo que te ha llevado al lugar.
The Rising Tide vuelve a subir el nivel máximo del juego, ahora hasta 60 en modo historia/acción y a 110 en modo Final Fantasy. Lo necesitaremos para afrontar los nuevos peligros porque los enemigos de la expansión parten con nivel 50 o más, hay unos cuantos bengales –ese felino hipervitaminado rápido y resistente- e incluso una criatura icónica que ha sido rediseñada con aspecto tétrico: el tomberi, en varios tamaños. Es un oponente lento, pero su cuchillo te dejará la vitalidad tiritando con muy poco esfuerzo. Por supuesto hay unos cuantos jefes, y muy buenos, aunque diríamos que Leviatán no es el combate más entretenido del juego. Sí, el equipo se ha esforzado en hacerlo complicado, difícil y largo, pero nos divirtió más Omega de Echoes of the Fallen, era un combate "más justo"; aquí, Leviatán exige dominar a Ifrit, sus evasiones y combos durante una fase que incluye muerte instantánea.
Evitaremos profundizar en detalles jugables y de trama de The Rising Tide porque en esta ocasión esconde algunas sorpresas y es más que la sucesión de enfrentamientos en la torre de Echoes of the Fallen. Pero reiteramos, al contar con un pequeño mapa, habrá nuevos personajes, misiones secundarias, materiales únicos de la zona, piezas de equipo, rollos de música, una nueva espada y dos nuevos conjuntos de destrezas para probar estrategias diferentes. La única que mencionaremos es Leviatán, que se consigue muy pronto y está orientado a los ataques a distancia, habilidades que no abundaban con otros eikon y que por tanto podrás combinar de manera original.
Sin embargo, The Rising Tide trae otra novedad bajo la manga que es la que nos entretendrá más tiempo: el portal de Kairós en el monolito del Areté, que se desbloquea si ya tienes una partida guarda con el juego completado. Es un reto tipo Palacio sangriento que transforma la interfaz a una de Final Fantasy clásico y nos hace progresar por 20 fases de dificultad creciente mientras conseguimos puntos para mejorar habilidades y tributos, permanentes o temporales. Hay recompensas de accesorios, armas y materiales raros que podrás utilizar fuera, en el resto del juego. En definitiva, la opción más arcade y rejugable de Final Fantasy XVI, e ideal para poner en práctica el último conjunto de destrezas que se consigue en el juego.
Viene acompañado de una nueva actualización
Merece la pena recordar que junto con la expansión de pago se ha lanzado una actualización gratuita, la 1.31. Incluye –además de diversos equilibrios y correcciones- los siguientes cambios, muchos de comodidad que nos harán la vida más fácil, sea nuestra primera partida, una nueva o para completar todas esas misiones que habíamos dejado incompletas:
- La función Desplazamiento rápido en misiones para viajar inmediatamente al lugar en que está el PNJ que te ha asignado la misión. Esta es una de las mejoras más útiles cuando estés limpiando tu lista de encargos.
- Iconos actualizados para las misiones de personajes importantes.
- Una nueva función que permite guardar hasta cinco conjuntos de habilidades.
- Ajustes en las habilidades y accesorios para que resulten más fáciles de usar.
- La opción de personalizar la configuración de los controles del mando.
- La incorporación de corrección de color, filtros y otras opciones en el modo Foto.
- Nuevos rollos de orquestrión adicionales.
En principio, y salvo posibles parches de corrección de bugs que aparezcan en The Rising Tide, esta sería la última actualización importante para Final Fantasy XVI. Aunque hay motivos para pensar que este año recibirá algún tipo de mejoras visuales para PS5 Pro, el modelo de PlayStation 5 que todavía no ha sido anunciado de manera oficial. De esta manera –o con la versión de PC- se corregiría uno de los puntos débiles del juego, y es que su rendimiento no está tan pulido como desearíamos: los 60 fps no son estables y la resolución tiene un recorte drástico, y el modo gráfico a 30 fps no es el ideal para un juego de acción.
El adiós definitivo a Clive
The Rising Tide no cambiará drásticamente la opinión que tengas de Final Fantasy XVI. Si has disfrutado de la aventura original, aquí tienes una última oportunidad para ver a sus personajes en plena acción –y al actor Ben Starr, que ha sido uno de los descubrimientos de 2023-, exprimir un poco más el sistema de combate con interesantes habilidades en un modo expresamente creado para desatar toda tu energía, escuchar nuevas melodías de Masayoshi Soken y sorprenderte con algunos imponentes jefes en la preciosa Mysidia.
Por otra parte, los aspectos que se criticaron del original se mantienen intactos por lo que ya deberías tener claro si las expansiones son justo lo que necesitas. El pase tiene un precio conjunto de 24,99 euros, aunque también puedes adquirir Echoes of the Fallen por 9,99 euros y The Rising Tide por 19,99 euros.
Hemos realizado estas impresiones con un código proporcionado por Plaion.