El primer Resident Evil de 1996 se trató de una excelente aventura de terror en la que teníamos que explorar una mansión resolviendo puzles y matando algunos zombis y otros enemigos con cierto cuidado, ya que las balas escaseaban, llevándonos algún que otro susto y siempre jugando con mucha tensión, en una ambientación terrorífica. Su éxito fue colosal, y a lo largo de los años llegaron multitud de nuevas entregas, cada vez más orientadas a la acción, y más lejos del concepto original.
Fue con Resident Evil 4 en 2005 y sobre todo con Resident Evil 5 en 2009, cuando la serie principal dejó de lado la tensión, los sustos y los acertijos, optando por la acción más frenética, pasando de ser una aventura de terror a un juego de acción en tercera persona.
Esto no quiere decir las dos últimas entregas hayan sido malos juegos, ni mucho menos, pero sí que han disgustado un poco -aunque incluso los disfrutaran- a los aficionados de la serie que se engancharon desde la primera entrega.
Junto con la presentación en el E3 del 2010 de Nintendo 3DS, se anunció Resident Evil: Revelations, un juego que de momento, y hasta que se diga lo contrario, será exclusivo de la consola de Nintendo. Una entrega que retoma los elementos que dieron fama a la saga, volviendo al género del survival horror. Hemos podido jugar a la demo del E3 2011, no muy larga, pero sí bastante más que la incluida a modo de extra en el reciente Resident Evil: The Mercenaries 3D, y os contamos qué nos ha parecido.
Comenzamos con Jill Valentine tumbada en una cama, sin saber muy bien el motivo, y aunque esta demostración no nos dé pistas sobre ello, suponemos que estamos en el barco en el que transcurrirá el grueso del juego, aunque esta habitación bien podría pertenecer a la de una mansión. La historia tendrá lugar en 2005, entre los acontecimientos de Resident Evil 4 y 5, con Jill Valentine como protagonista, miembro de la organización BSAA, y su compañero Parker Luciani, un nuevo personaje en la saga. Ambientado en un barco de cruceros abandonado en el Mediterráneo, Jill y Parker deberán buscar al desaparecido Chris Redfield, cuya última posición conocida le sitúa allí.
Tras levantarnos de la cama exploramos un poco la habitación, y abrimos la única puerta disponible. Esta da acceso a un cuarto de baño, en el que hay una bañera que vaciamos, descubriendo un destornillador. Después de hacer esto escuchamos un golpe que viene de fuera, lo que nos pone en alerta. Volvemos al cuarto y de un armario sale nuestro primer enemigo. Estos no son los clásicos zombis, más bien unos enemigos deformes, como una masa de carne poco definida y sin rostro, más similares a una criatura de la saga Silent Hill que de los Resident Evil. No se desplazan muy deprisa, aunque al movernos por espacios tan reducidos no nos podemos despistar.
Disparamos en primera persona, sin poder movernos, y como no seamos rápidos abatiendo estos monstruos, que necesitan unas cuantas balas, se nos echarán encima con facilidad. El sistema de combate no nos convence mucho la verdad, es rígido y hace los momentos de acción muy poco dinámicos, torpes. Además, los enemigos tienen una falta de personalidad enorme, echando un poco de menos a los zombis, y cuando los derrotas se derriten como si estuvieran compuestos de ácido. Lo bueno es que, a diferencia de las últimas entregas de la saga, no parece que el componente más importante de la jugabilidad vaya a ser la acción, y vuelve claramente al concepto clásico de los survival horror, lo que nos encanta.
Tras vencer a este primer enemigo nos dirigimos a la puerta para salir de la habitación, en la que usamos el destornillador y nos enfrentamos a un acertijo. Primero tenemos que desatornillar la tapa de un panel en la pantalla táctil, quitando los cuatro tornillos, accediendo a un pequeño puzle en el que tenemos que unir unos puntos de energía, bastante sencillo, pero que sospechamos se irá repitiendo a lo largo de la aventura con una dificultad creciente. Salimos y exploramos otras estancias, recogiendo objetos como hierbas, munición, granadas y una escopeta. Nos gusta mucho que se han agilizado acciones como cambiar de arma, ya sea pulsando en la pantalla táctil o en la cruceta digital, y por ejemplo al recoger ítems ya no nos hacen la clásica pregunta de si queremos cogerlos o no –es obvio que siempre queremos…-.
Pasamos por un almacén, venciendo a un par de monstruos con la poderosa escopeta, y en un pasillo tuvimos nuestro primer sobresalto… ¡por fin! No nos acordábamos de hace cuantos años no nos llevábamos un susto jugando a un Resident Evil, pero bienvenidos sean. Con un recurso tan fácil como tirarnos un monstruo del techo nos sorprendieron, y demuestra que esta entrega quiere volver a los orígenes de la saga. Una buena ambientación, oscuridad, con música que cumple muy bien su labor de crear tensión, sin duda vuelve el terror a Resident Evil.
Llegamos a un salón bastante grande, y en uno de los cuartos contiguos recogemos un escáner. Este sirve para explorar el entorno en una cámara en primera persona y encontrar objetos escondidos debajo de las mesas y otros elementos del mobiliario. Solemos encontrar munición y le da un punto de investigación a la jugabilidad que nos parece muy interesante, además, el efecto 3D cuando usamos este accesorio está muy conseguido. Avanzamos unas cuantas estancias más encontrándonos con nuestro compañero de aventuras, Parker Luciani, justo en el momento en el que se acaba la demo.
Los gráficos están bastante bien, con un buen modelado de nuestra protagonista –no así de los enemigos- y de los escenarios, aunque el efecto 3D no nos parece que esté muy logrado ni impresione, solo se hace notar cuando usamos el escáner. Pese a ser correcto técnicamente, lo cierto es que no deslumbra, hemos visto juegos más impresionantes en 3DS, y esto decepciona un poco, ya que cuando se presentó el año pasado junto a la consola lucía bastante mejor, es como si hubiera dado un bajón gráfico. Cuenta con una buena ambientación, tanto visual como sonora, y cumple su cometido de meternos de lleno en una aventura de terror.
Nos encanta que Resident Evil vuelva al género que si no creo, sí al menos puso de moda. No tenemos nada en contra las últimas entregas, pero es que llevábamos casi diez años (Resident Evil Zero de 2002) sin jugar un Resident con las señas de identidad que vieron nacer a la saga. Exploración, puzles, terror y pequeñas dosis de acción, posiblemente este último elemento el que menos nos convence de Revelations, con una cámara en primera persona en pequeñas habitaciones que nos hace perder la perspectiva de la acción constantemente y no resulta cómoda, al tener que movernos cuando tenemos los enemigos cerca, pasando de primera a tercera persona de manera poco natural. Una elección cuanto menos discutible, y algo que debe pulir Capcom de cara a un lanzamiento sin fecha determinada.
Por lo demás nos parece la mejor manera de celebrar el 15 aniversario de la serie, volviendo al survival horror, y es sin duda uno de los juegos más prometedores que están por llegar para Nintendo 3DS. Mientras Capcom se decide qué hacer con la saga, y si con la sexta entrega dejan de lado la acción pura y dura y vuelven a la aventura, los fans podrán disfrutar de Revelations, un Resident de los de antes.