Análisis de Amped 2 (Xbox)

Comentábamos en Vandal no hace mucho, en la review del juego de GCN 1080º Avalanche que el snowboarding es una disciplina deportiva, dentro de los deportes extremos, que se ha puesto muy de moda en las consolas. De un modo u otro, SSX con sus sucesivas entregas (tan al estilo EA) se ha convertido en un referente obligado en el género, pese a todos los defectos que le achacan sus detractores. Sea como fuere, veamos qué nos ofrece Amped 2 con respecto a sus competidores en el género.

Fame! I wanna life forever

Ese será el grito de guerra del personaje que manejemos, y es que, como en la anterior entrega, el modo Carrera será uno de los principales atractivos del juego, y en él deberemos convertir a nuestro aficionado en un deportista sponsorizado. Naturalmente, también podremos disfrutar de hasta doce snowboarders profesionales y escenarios basados en localizaciones reales.

Pero, como hemos dicho, el modo principal será convertir a nuestro Juan Nadie particular en toda una estrella de este deporte consiguiendo contratos con marcas para nuestra ropa, por ejemplo, y, finalmente, derrotar a los profesionales para pasar a ser uno de ellos. Ésta era una de las principales novedades de su predecesor, y, por supuesto, aquí nos encontramos un sistema mejorado y con muchas más posibilidades y secretos por desbloquear que alargarán, más si cabe, la vida del videojuego.

Vemos, por lo tanto, que el modo principal ofrece grandes posibilidades de simulador, pero, ¿es Amped 2 un simulador? En todo caso, lo que está claro, es que no es SSX 3 y no podremos dar saltos kilométricos a cientos de metros de altura mientras hacemos giros que le romperían el cuello al piloto de un F-16; pero no, el juego no es un simulador, como tampoco lo era su predecesor y como tampoco lo es la creación de NST para la consola de Nintendo. Amped 2 es un juego dinámico, divertido, muy ágil, y con un apego a la realidad que evitará que la falta de atmósfera provoque la explosión de nuestros globos oculares, pero no por eso da la espalda a lo espectacular y a la diversión pura y dura; es sólo que, al igual que los otros dos videojuegos, nos ofrece su propia visión de este deporte. Y de qué manera.

El sistema de control sigue la estela marcada por Amped, lo que lo hace, en consecuencia, totalmente diferente de otros videojuegos similares. El stick analógico izquierdo servirá para mover a nuestro personaje y el derecho, por su parte, nos permitirá hacer trucos en función de la dirección. Los demás botones se usan para tareas específicas, como por ejemplo, deslizarnos por bordes o barandillas con el botón B. La opción de usar el botón A para acelerar y saltar es, sin embargo, poco acertada. Como vemos, el sistema es bastante peculiar, y el jugador neófito requerirá un tiempo para acostumbrarse, e incluso los habituales de SSX 3 se sentirán tentados a cometer el error fatal de tacharlo de injugable tras su primera caída. Tal vez a esa impresión influya el tener en mente el sistema de juego del título de EA Big, pero, una vez más, estamos cayendo en un error de proporciones descomunales, pero más habitual de lo que pensamos; y es que, por si alguien no se ha dado cuenta, cualquier parecido en los objetivos de ambos títulos es pura coincidencia, de tal modo que en Amped 2 no necesitamos enlazar acrobacias como churros en la búsqueda del combo perfecto de quince minutos, sino, por el contrario, conseguir una ejecución llena de estilo. Para que lo entendamos de una manera sencilla, debemos tener en cuenta que, por ejemplo, un único salto realizado con maestría nos dará más puntos que cualquier intento de simular un ataque epiléptico en pleno vuelo. Esto no impide, por supuesto, el que podamos enlazar movimientos que dispararán nuestra puntuación de manera increíble, y, al poco tiempo, estaremos totalmente acomodados al sistema de control. Amped presentaba en ocasiones pequeños errores en algunos momentos, especialmente por una respuesta del control que no siempre parecía lo más apropiado, pero en esta ocasión estos problemas se han solucionado casi por completo, haciéndolo mucho más suave y satisfactorio. Puestos a pedir, todavía podría depurarse más, puesto que en algunos momentos se nos quedará cara de tontos ante una reacción inesperada producida la física del juego, pero la evolución es más que notoria. Por otro lado, es una pena que el concepto de "estilo" no se plasme claramente en la pantalla, pero la idea es, como hemos dicho, más que buena y su influencia en el modo de jugar es algo muy de agradecer.

Como es de esperar, Amped 2 se aprovecha de las posibilidades de Xbox a través del sistema Live para el juego on-line, con todas las opciones características de éste, así como la opción XSN. Con este sistema, podremos enfrentarnos con hasta ocho jugadores a un único circuito, y nuestros récords se reflejarán en un ranking. Hay, por supuesto, modos específicos, como High Score, donde ganará el que más puntos consiga; Best Trick, donde contará la mejor acrobacia, King of the Mountain, donde deberemos superar obstáculos determinados con la mayor puntuación posible y, finalmente, Trick Race, una carrera donde gana el más rápido, pero con el requisito de recoger objetos determinados que influirán sobre el desarrollo de la partida. Por supuesto, cada una de estas pruebas presenta parámetros definibles por el usuario, que van desde el tipo de tabla (snowboard o snowskate, una novedad que veremos a continuación) hasta el límite de tiempo... y es que el modo on-line de Amped 2 está cuidadísimo, ofreciendo gran variedad de modos de juego (solucionando así algunas de las carencias típicas de los modos versus). Las otras posibilidades multijugador se centran en la pantalla partida, aunque si estamos en ese modo, no podremos competir on-line. El soporte para Xbox Live es, en definitiva, no sólo su mayor novedad, sino también, su mayor virtud.

El rey del snowskating

Amped 2 presenta una interesantísima novedad, y es que refleja una tendencia que se da ahora en el mundo de los deportes de invierno, concretamente en el snowboarding, y que consiste en prescindir de la sujeción a la tabla, de manera que esta queda libre, como en el caso del skateboarding. Esta variación se llama "snowskating" y está reflejada perfectamente en este juego. El hecho de no tener la tabla enganchada a nuestros pies le da un nuevo giro al deporte, y al videojuego, influyendo en el control y la reacción de nuestro personaje. Algunas de las implicaciones obvias de esta modalidad es que deberemos realizar siempre que saltemos un agarre para no acabar estrellados en el suelo y la tabla a unos diez metros. Asimismo, esto nos ofrece la posibilidad de hacer figuras con las piernas, de manera que podremos reproducir algunas de las habilidades de los juegos de monopatines, como Tony Hawk. Esta posibilidad le da una gran frescura al juego, y nos abre muchísimas posibilidades, tantas, que casi nos dará la sensación de estar ante dos retos diferentes.

El juego, además, nos ofrece unos escenarios enormes, solucionando, así, uno de los aspectos más criticados de Amped. El aspecto técnico, por supuesto, también ha sido mejorado, aumentando más si cabe la distancia de dibujado del horizonte, haciéndolo virtualmente inexistente, sin niebla ni popping. El diseño de los personajes es bueno, y las texturas aplicadas a la nieve y demás objetos resultan también consistentes y bien escogidas, aunque, pese al uso del bump-mapping sobre la nieve, algunas veces parece demasiado plana, y en ocasiones, algunos objetos perderán bastante calidad al acercarnos en exceso. El conjunto no es espectacular por definición, pero sí destacable y dotado de una belleza y diseño dignos de mención, destacando una iluminación que refleja el momento del día con un gran calidad. Las animaciones, sin embargo, aunque suaves, a veces resultan extrañas en el paso de un movimiento a otro, pero sólo en momentos muy concretos y en ningún caso llega a ser molesto, ni reprochable. Como es de esperar, el framerate es estable, algo que en este tipo de juegos es más que obligatorio, aunque, sin embargo, no del todo suave, lo que, unido a un acabado gráfico notable, le dota de un aspecto visual muy agradecido que complacerá al jugador.

La banda sonora del juego sigue la tendencia actual y opta por música licenciada, si bien en esta ocasión se ha escogido a una cantidad ingente de pequeñas bandas alternativas junto con algunos temas más populares. El conjunto es de una gran calidad, con canciones que se adaptan en buena medida a lo que sucede en pantalla. Habrá quien prefiera los temas de indie-rock que presiden la selección musical de 1080º Avalanche, pero Amped 2 presenta muchísimos más grupos que ofrecen, en consecuencia, una posibilidad de elección mucho mayor, con varios estilos representados entre los grupos que componen la banda sonora, con temas que van desde el hardcore hasta el reggae, ampliando, en definitiva, las posibilidades desde su predecesor. El simple hecho de poder escoger entre un espectro tan amplio, unido a la intachable calidad de los grupos seleccionados, hace de ésta una banda sonora digna de mención y que complacerá a todos. Y si a alguien no le gusta, podrá hacer uso y disfrute de su propia música, y componer así su propia banda sonora para el juego. Sobra decir que la calidad de los efectos de sonido está fuera de toda duda... golpes, saltos, gruñidos, sonido ambiental... todo está recreado con gran estilo, hasta tal punto que quitar toda música y desplazarnos por los circuitos sólo con esos "sonidos naturales" será un placer. El juego incluye, además, una cantidad enorme de voces de otros corredores y de fotógrafos que están salpicados por la pista... una cantidad tan enorme que a algunos les puede resultar molesta, aunque, para eso, está la posibilidad de eliminarla en las opciones del juego.

Conclusiones

Microsoft ha creado en Amped 2 al sucesor natural y digno del juego que ya disfrutamos hace tiempo, otorgándole de las novedades necesarias para hacer su compra atractiva a los que ya poseen el original, pero centrándolas casi todas en el soporte para juego on-line, descuidando, en este sentido, la inclusión de más novedades en los modos de juego tradicionales, como darle un nuevo giro al modo Carrera, que en su momento fue muy revolucionario pero que se ha quedado totalmente estancado en lo esencial.

No cabe duda, pese a todo, de que se ha hecho un gran trabajo con el título; mejorable, sí, pero como todo. Le podríamos pedir muchas cosas, pero esto es consecuencia directa del hecho de ser consciente de que estamos ante uno de los grandes y de que el hecho de que sea un gran juego no es suficiente. El esquema de control requiere un tiempo de adaptación, pero cuando nos hemos hecho a él nos da muchas alegrías; el modo de juego principal, pese a no haber evolucionado tanto como hubiésemos querido, sigue siendo de lo mejor que nos podemos encontrar; y el soporte para juego on-line es completísimo, con muchas posibilidades, y el único juego de snowboard que ofrece algo similar en Xbox.

Pese a sus defectos (que no ensombrecen sus múltiples virtudes), Amped 2 es tal vez el mejor juego de su género que se puede jugar hoy por hoy en la consola de Microsoft, pero sus intenciones son tan diferentes a SSX 3 que el toque más realista, casi desprendido por completo de todo lo fantasioso que llena el juego de EA, que caracteriza al videojuego que nos ocupa echará atrás a parte del público potencial que, sin embargo, debería darle una oportunidad, dedicarle al menos los veinte minutos de rigor para hacerse con los controles básicos y un mínimo de soltura, y deslizarse montaña abajo a través de los árboles mientras intenta ejecutar –sin estampar su culo con el frío suelo– un salto lleno de estilo. Quizás descubran que Amped 2 les ofrece otra manera de vivir este deporte y que, tal vez, ésta sea más divertida.