Análisis de Naruto: The Broken Bond (Xbox 360)

Una de las series japonesas más de moda, y al mismo tiempo veterana, es Naruto. Como es habitual, la llegada a mercados ajenos al nipón de la serie animada, el manga y los videojuegos se hace esperar bastante en múltiples casos, en ocasiones porque algunos de los videojuegos basados en este universo siguen el ritmo nipón, sustancialmente más adelantado que el occidental. La situación parece que va mejorando, pues no sólo va a llegar Naruto por primera vez a PlayStation 3, sino que es el momento de su gran regreso a Xbox 360 con Naruto: The Broken Bond.

La historia de este juego enlaza exactamente donde terminó el anterior título, Rise of a Ninja, lanzado ahora hace ya un año y que cubría los primeros 80 capítulos de la serie. Así que los aficionados ya saben por dónde va a empezar el cotarro y los neófitos deben saber que se puede disfrutar sin problemas. En esencia, el Hokage de la aldea ha sacrificado su vida para salvarles de la peligrosa amenaza que se cernía sobre ellos, y a partir de ese punto (que funciona como un tutorial perfectamente integrado) se desarrollarán los hechos.

Por supuesto, vamos a contar con la presencia de Naruto, Sasuke, Shikamaru y compañía, y no sólo ellos, pues la cantidad de personajes que aparecerán, y los que podremos controlar, será relativamente elevada. Todo ello a través de una estructura muy aventurera, con sus puntitos de exploración, un poco de plataformeo, conversación e investigación, e incluso un poquito de rol... y lucha, mucha lucha. El resultado es una combinación de elementos diversos bien conjugados capaces de transmitir la fuerza narrativa de las historias protagonizadas por Naruto al tiempo que se integran combates bien planteados y bastante espectaculares, mejorando muy especialmente en el nivel más elevado de dificultad.

Es importante señalar eso porque en fácil (Genin) el juego es demasiado fácil, y el nivel normal (Chunin) nos permite avanzar sin muchos problemas a poco que nos defendamos con algo de habilidad y sepamos enlazar los combos básicos. La auténtica salsa del juego está precisamente en ese nivel más elevado de dificultad (Jonin) y en la aplicación de los ataques especiales, los sellos, que en ocasiones desatarán escenas y secuencias de gran puesta en pantalla en las que tendremos que pulsar los botones y marcar las direcciones que se nos indiquen en pantalla. Eso permite interactuar durante los ataques mágicos extraídos directamente de la serie de animación, respetando la estética con gran fidelidad.

Parte esencial del juego es todo ese modo Historia que, poco a poco, nos va enseñando todos los elementos del sistema de lucha y, también, nos narra la historia del juego con fuertes elementos de aventura y exploración. Pero no sería e extrañar que parte importante del público vea en su modo de Lucha la chicha del juego.

En esa vertiente, lo que se nos ofrece un juego de lucha en un concepto mucho más canónico. Tiene treinta personajes, la mayoría de ellos bloqueados al principio, un par de modos de juegos con un buen multijugador, posibilidad de luchar con uno o dos personajes por bando, y una dificultad más elevada. Por supuesto, cuando pasamos al multijugador en línea, éste se centra en la vertiente de lucha. En cualquier caso, debemos saber que podemos configurar tanto un torneo como disfrutar de un dojo en el que entrar con diferentes personajes para dominar sus movimientos, combos y técnicas. Del mismo modo, hay unas opciones más que suficientes para ajustar número de rondas, duración del combate, y los niveles de dificultad al jugar contra la máquina, que vuelven a ser tres.

Los personajes iniciales son Naruto, Sasuke, Sakura, Kakashi, Haku, Neji, Kiba, Shikamaru, Ghoji, Sarutobi, Jiraiya, Orochimaru y Zabuza. Los demás no están escondidos, pues en la selección de personajes salen sus rostros en las casillas para escogerlos, así que no se esconden muchas sorpresas para los aficionados que sabrán reconocer rápidamente qué se esconde tras las treinta casillas, incluyendo las diferentes presentaciones de algunos personajes que tienen varias entradas en el plantel.

De esta manera, los jugadores se ven más o menos obligados a pasar por el modo Historia para ir desbloqueando personajes en el otro. Esto no significa que empecemos con pocos personajes, pues el cartel inicial ya ofrece más luchadores que algunos exponentes del género, pero lo cierto es que es evidente que algunos de los personajes más jugosos se reservan para más adelante. Pese a todo, creemos que el desarrollo ha dado prioridad al modo Historia, pues si bien no es tan extensa como lo que hubiese dado de sí un juego de rol, lo cierto es que sus componentes aventureros, evolución de personajes y exploración de entornos pueden dar mucho más que las diez horas estimadas de juego para esa vertiente.

Luego, claro, todo el aspecto de lucha es de una rejugabilidad endiablada, como es de esperar en los buenos títulos del género. Esto se consigue gracias a que los movimientos especiales de los personajes tienen un buen nivel de diversidad, alejándose en la medida de lo posible de los personajes clónicos y afines. Es cierto que los combos son muy similares, y la manera de invocar los sellos tampoco es muy diversa, pero su puesta en escena y efecto sí son diferentes.

A la hora de luchar, tenemos que tener en cuenta que aunque muchas combinaciones son similares, la lista de combos es amplia y así, por ejemplo, contamos con más de quince movimientos entre ataques en el aire, presas, ataques a distancia y demás. A esos movimientos combinados hay que sumar las tres técnicas especiales de cada uno, que pueden aportar desarrollos en secuencias jugables bajo estructura de minijuegos diversas. Es ahí donde radica la espectacularidad y diversidad de este juego.

Para los sellos hay que mantener pulsado el gatillo izquierdo y marcar direcciones en las palancas analógicas (sí, en las dos, al mismo tiempo). Se hacen en dos tiempos, es decir, que hay que marcar dos direcciones diferentes y mantener pulsado un rato más el gatillo izquierdo, hasta que se desata el ataque. Luego, como os hemos dicho antes, es más que posible que en algunos de esos ataques especiales tengamos que pulsar alguna serie de botones para poder completarlos con éxito (y lo mismo a la defensiva), todo ello en secuencias interactivas.

Las diferencias entre personajes se notan también en el modo Historia, pues poco a poco iremos formando un equipo de personajes (cambiamos entre ellos usando la cruceta digital), y es importante incluso usarlos en ocasiones por separado para resolver algunos pequeños puzles o ir cambiando el líder del grupo para, precisamente, aprovechar sus habilidades específicas. Por ejemplo, Neji es capaz de indicarnos por dónde están los peligros, lo que es útil en zonas determinadas, o Naruto puede desplazarse con más posibilidades que otros personajes al salvar abismos construyendo un puente con sus clones. Esto nos lleva a situaciones donde controlaremos a personajes específicos, y algunas sorpresas relacionadas con Sasuke.

En realidad, todo el modo historia se nota mucho más trabajado, sobre todo a la hora de expandir y consolidar los diferentes entornos abiertos por los que nos movemos. Hay más caminos, los bifucarciones y los pasos cerrados están mejor planteados (se nota menos cuando seguimos el caminito), los puzles ambientales son un pelín más ingeniosos a veces... Y luego se han integrado mejor las aventuras secundarias y los personajes no jugables que pululan por el mundo. Son menos estáticos, hacen sus cosas, tienen algo que decir... Y no sólo eso, veremos cómo el mundo cambia y es menos estático según progresemos

Lo cierto es que es sorprendente cómo se ha conseguido mucha más garra visual en este título que en otras adaptaciones de series similares que, a priori ofrecen más chicha audiovisual. Entre el juego de cámaras, la aparición de textos onomatopéyicos (y otros que no, pero siempre en japonés, claro), y los ataques especiales basados en secuencias interactivas se consigue una consistencia visual logradísima.

El uso de la técnica gráfica del cel-shading vuelve a mostrar sus notables cualidades a la hora de plasmar en pantalla el estilo de dibujos con una fidelidad notable, y es evidente que los sistemas de nueva generación se benefician de la mayor resolución y calidad de las texturas. Tenemos personajes de buen tamaño, que pueden llegar a ser enormes en pantalla sin defectos visuales, una tasa de imágenes por segundo estabilísima incluso con varios elementos en pantalla...

A eso hay que añadir una concepción muy cinemática de la narración. En múltiples momentos a lo largo el modo Historia se nos intercalan secuencias de vídeo, hechas con el motor del juego, que reproducen fragmentos de la serie y del manga, y esto tiene especial relevancia a la hora de plantarle cara a los enemigos finales. En esas situaciones las secuencias de vídeo serán más habituales, sobre todo para enlazar rondas en esos combates intensos.

Los escenarios resultan coloridos, bien construidos, en el mundo del modo Historia, y los rings donde luchamos en Lucha son igualmente amplios y bien diseñados. Todo el juego resulta vistoso, y se aprecia una producción cuidadísima, aunque el avance desde la anterior entrega en este campo es un tanto escaso. El apartado sonoro es también igual de bueno que en la anterior entrega, con la diferencia de que en esta ocasión las voces japonesas vienen en el disco y no será necesario descargarlas por separado como sucedió en la anterior entrega. La otra opción sonora es el inglés, y en todos los casos tendremos buenos subtítulos en español, con una traducción de gran calidad. La música, como sucedió también hace un año, es la serie de animación, adaptándose a los diferentes momentos del juego, mientras que los efectos de sonido son muy variados y cómicos.

No podemos, sin embargo, obviar que se ha dado un paso atrás imperdonable y absolutamente injustificable. Si en Rise of a Ninja se podían descargar voces en español, la localización del doblaje a nuestro idioma no se ha contemplado. Ni en el disco, ni de manera descargable. Por un lado, es mejor que el juego incluya de serie el doblaje japonés, pero no entendemos que se dé un paso atrás de este calibre. Los usuarios más jóvenes (y no sólo ellos) sin duda alguna preferirían jugarlo en su idioma, sin problemas de ningún tipo.

Conclusiones

Con Naruto: The Broken Bond Ubisoft ha confirmado que la entrega del año pasado no fue algo más que un experimento o un caso aislado. Si entonces ya nos parecía una de las mejores adaptaciones del manga al videojuego, está claro que repetir la fórmula y depurarla en diversos aspectos sólo podía asegurar cosas buenas. Su combinación de aventuras y lucha conforma un producto poco habitual, sobre todo en nuestras tierras, y que confirma que las productoras occidentales están más que preparadas para abordar licencias japonesas de alto nivel, con resultados incluso por encima de la media.