Análisis de Forza Motorsport 2 (Xbox 360)
Gran Turismo marcó un antes y un después en los juegos de velocidad. Hasta la llegada del título de Polyphony, la mayoría de los juegos tendían hacia el arcade, y los simuladores lograban más o menos alcanzar cierto nivel de realismo. Gran Turismo demostró no solo que se podía realizar un juego con un nivel de simulación nunca visto hasta ese momento, sino que además los jugadores lo demandaban. El simulador de Sony se convirtió rápidamente en uno de los buques insignia de PlayStation, y ejerció completamente de vendeconsolas en PlayStation 2. Por ello, Microsoft tuvo muy claro que necesitaba un título de estas características en su consola Xbox, y el proyecto Forza Motorsport nació.
Tras el éxito de la versión original de Xbox, era evidente que Xbox 360 recibiría una secuela de este desarrollo de Microsoft Game Studios, completando el tándem de juegos de conducción que forma con Project Gotham Racing.
De hecho, en Forza Motorsport 2, o más concretamente, en el juego online, se toman prestados algunos elementos de la obra de Bizarre Creations, pero más allá de eso vuelven a destacar los dos mismos factores que hicieron grande al título original: Una gran simulación de conducción, y un impresionante apartado gráfico.
Forza Motorsport 2 mantiene las líneas generales trazadas por la primera parte. Cuenta con un modo arcade, un modo carrera y un modo online. El primero nos permite correr rápidamente en uno de los circuitos que hayamos desbloqueado (los iremos abriendo uno a uno), con un coche de nuestra elección, pudiendo escoger entre una gran variedad, agrupados por clases. Competiremos, como es de esperar, contra coches de nuestra misma clase, para que las carreras sean competitivas. El sistema de clases de coches de Forza Motorsport 2 es muy apropiado, estando los coches normales divididos entre D, C, B, A y S, con una selección de cuatro clases de coches de competición (R4, R3, R2 y R1), teniendo cada coche, además de su clase, una puntuación en número que cuanto más alta sea mayor velocidad implica.
El modo arcade sirve para partidas rápidas pero, naturalmente, la chicha del juego está en el modo carrera. Aquí será donde comenzaremos desde cero, escogiendo inicialmente un país de origen, comprando un coche pequeño de gama alta como el Golf GTI o el Audi TT, y comenzando a competir, sin experiencia, en las primeras carreras de prueba. Los diversos campeonatos en los que competiremos constan de varias carreras, pero el juego nos ofrece una gran variedad a la hora de afrontarlos en un orden u otro y, dentro de ellos, para comenzarlos como queramos. Al entrar en un torneo de tres carreras no necesariamente tendremos que comenzar por la primera carrera, y no tendremos que correrlas todas seguidas, pudiendo salir para mejorar nuestro coche. De hecho tras cada carrera, el juego nos presentará un menú de fácil acceso donde decidiremos si correr la siguiente carrera, tunear nuestro coche, seleccionar otro del garaje, etc…
Esto hace mucho más fácil la "navegabilidad" por el modo carrera del juego, por llamarlo de alguna manera, aunque generalmente siempre correremos la siguiente carrera del torneo en el que estemos participando. Cada torneo tiene, eso sí, sus requisitos, fundamentalmente que tengamos un nivel mínimo y que en nuestro garaje poseamos un coche permitido para el torneo, pues muchos de ellos tienen requisitos de tipo de tracción, número de cilindros, potencia, país de origen, etc… En cualquier caso, los coches nunca serán un problema grave, pues a medida que vayamos jugando iremos acumulando una buena colección.
Nuestro nivel como piloto lo determina el dinero que hayamos ganado hasta la fecha, haciendo las veces de experiencia, y no es un sistema que dé demasiadas complicaciones, simplemente nos cierra primero la mayoría de las puertas para ir abriéndolas poco a poco después. En cualquier caso, ni los requisitos de coches ni los de nivel impiden que siempre tengamos un buen abanico de eventos disponibles para participar, lo que dice mucho de los aciertos de diseño de este modo carrera. Como decíamos, los coches no serán un problema, pues todos los campeonatos en los que participemos tienen como premio, aparte de dinero, un coche generalmente exclusivo, difícil de conseguir de otro modo.
El sistema de carrera es por lo tanto lo que se puede esperar de un juego de estas características. Podremos tunear exhaustivamente nuestros coches, ya sea comprando piezas nuevas, de todo tipo (motor transmisión, carrocería, etc…), decorarlos con gran libertad, seleccionando entre una enorme gama de colores, ya sea normales o metalizados, e incluso ponerles nuestros propios logotipos. Las mejoras que hacen que se note la diferencia son, naturalmente, las piezas, y especialmente las de motor. A medida que modifiquemos nuestro coche podremos ver cómo van evolucionando sus puntuaciones (velocidad, aceleración, frenada, conducción y rareza), y el rango que le va otorgando el juego.
Podremos comenzar comprando un Volkswagen Golf y tunearlo hasta que pueda competir de tú a tú con un Ferrari. También podremos tunear los coches que obtengamos en las carreras, y por supuesto los coches que compremos en los concesionarios. En este sentido el juego cuenta con un sistema de evolución curioso, pues no tendremos abiertos todos los coches desde el principio sino que iremos desbloqueando la opción de comprarlos a medida que vayamos jugando, ganando campeonatos, mejorando nuestra reputación como pilotos y la de nuestro coche como bólido de competición. Iremos mejorando nuestra relación tanto con los concesionarios como con los proveedores de piezas, logrando descuentos interesantes en estos últimos. Los diseñadores le han querido dar algo más de densidad, o profundidad, a lo que se ha convertido en el sistema habitual de los "modos carrera", y en parte lo consigue.
El modo carrera cuenta con dos defectos, uno de ellos subsanable, y el otro no. Por una parte, es posible ganar con facilidad las carreras una vez tengamos un coche a la altura porque, al contrario que en el modo arcade, donde tenemos oponentes a nuestra altura, en cada carrera de los campeonatos los adversarios están predefinidos, por lo que una vez tengamos un coche a un nivel B, por poner un ejemplo, cosa que no cuesta demasiado dinero (en un par de campeonatos lo tendremos), podemos ganar con facilidad los primeros quince eventos del juego, y así sucesivamente hasta que las carreras ya sean de muy alto nivel y no puedan ganarse "a base de caballos". Esto es subsanable porque, evidentemente, podemos comportarnos como caballeros y correr con coches tan malos como los de nuestros rivales.
El defecto no subsanable es el bajo número de circuitos disponibles, doce en total, con 40 variaciones que enseguida se hacen familiares. Éste es sin duda el punto flaco de Forza Motorsport 2, que supera a su antecesor con creces en número de coches (más de 300, y ¡qué coches!), pero se queda demasiado corto en circuitos, algunos de los cuales se hacen repetitivos muy rápidamente, y unos pocos están no demasiado inspirados.
Como complemento al modo carrera contamos con un completísimo modo online que permite numerosas opciones; carreras normales, carreras que afectan a nuestro ranking mundial, campeonatos al estilo del modo Carrera pero con normas (por ejemplo, excluyendo ciertos coches o las ayudas a la conducción) e incluso torneos organizados por Microsoft donde tendremos que hacer vueltas clasificatorias para participar. Al estilo de Project Gotham Racing 3, contamos con una Forza TV donde podemos ver cómo compiten otros, una opción que es muy interesante al tratarse de un simulador, pudiendo ver cómo se manejan las máquinas con la máxima precisión. El juego online funciona a la perfección, sin contratiempos ni retardos.
Hemos hablado mucho de las modalidades de juego pero todavía no hemos dicho nada sobre la conducción. Como la primera parte, Forza Motorsport 2 es un simulador que intenta ser lo más riguroso posible, y de hecho lo consigue a la hora de simular el comportamiento de los coches, pero cuenta con la ventaja de un sistema de ayudas adaptable al jugador, dividiendo el juego en varias dificultades dependiendo de las ayudas (ABS, etc…) que elijamos. La estrella de todas ellas es, como es de esperar, la "línea ideal" de conducción, con un sistema dinámico que nos dice cuándo tenemos que frenar y acelerar. Éste fue uno de los grandes añadidos del primer Forza Motorsport y se mantiene, mejorado, en esta segunda parte, donde incluso podemos optar por que el juego solo nos señale cuándo tenemos que frenar.
El sistema sigue funcionando excepcionalmente bien y provoca que el juego tenga una curva de aprendizaje adaptada a todos los públicos; a medida que avancemos podremos quitar las ayudas, aumentando la dificultad y por lo tanto las recompensas económicas que obtengamos. La simulación de los coches sigue siendo sublime. Otra buena faceta de Forza Motorsport 2 es la inteligencia artificial de los coches rivales, que son muy competitivos y, a veces, vengativos, chocando con nosotros cuando lo hayamos hecho antes con ellos. Aunque en las carreras más fáciles no se resisten demasiado a ser adelantados, más adelante sí hacen gala de una gran competitividad. Además, cuando vamos delante de ellos, se la juegan para intentar remontar, y a veces se equivocan.
A nivel gráfico Forza Motorsport 2 ha experimentado un gran progreso desde las beta que tuvimos ocasión de probar en el X06 de septiembre del año pasado, en Barcelona. Finalmente, como prometieron en su día los creadores del juego, el motor gráfico se mueve a 60 fotogramas por segundo mostrando un buen modelado de los coches, aunque algo mejorable, que se ven modificados en tiempo real por las diferentes colisiones, perdiendo algunas partes y por supuesto viendo modificada su carrocería tras cada impacto. Los escenarios tienen un buen nivel de detalle y el acabado del juego es muy bueno, aunque da la impresión de que todavía queda margen para mejoras en los juegos de coches de Xbox 360.
El sonido cuenta con una buena banda sonora, que ambienta bien los menús, con temas de Bloc Party, Chemical Brothers o Prodigy. Los efectos de sonido son evidentemente lo que más destaca, con unos buenos efectos para representar, especialmente, el rodamiento de las ruedas sobre las diferentes superficies del juego. Los sonidos del motor, aunque quizás cambian poco entre los coches, representan muy bien la aceleración y el revolucionado de los motores.
Forza Motorsport 2 es actualmente el mejor juego de velocidad que puede encontrarse en Xbox 360 y un gran simulador de coches, una muestra de lo que puede dar de sí la nueva generación en este género que cuenta con tanta cantidad de seguidores. Con un apartado técnico muy bueno, aunque todavía mejorable, y un modo online muy completo, se presenta como una compra obligada para los amantes de la velocidad. Una lástima que el bajo número de circuitos lo haga un poco repetitivo a veces, cosa que empaña en parte la sensacional estructura del modo carrera. La saga de simulación de Microsoft demuestra que puede dar el salto a la nueva generación.