Análisis de Nova-111 (Wii U)
Esta semana viene bastante fuerte para los seguidores de los títulos indie, especialmente para los poseedores de Wii U. Son varios los lanzamientos que han llegado para la consola de sobremesa de Nintendo, siendo Nova-111 el título más sorprendente de todos por la sencilla razón de que ha aterrizado sin apenas hacer ruido, de puntillas. Eso sí, esta producción de Funktronic Laboratories y Curve Digital no es exclusiva para Wii U (si bien ésta es la edición que hemos analizado), dado que también ha sido desarrollada para PS4, Xbox One y PS Vita además de PC, plataforma donde apareció hace ya un tiempo.
Una vez aclarado esto, ¿qué es Nova-111? Pues es un concepto de juego bastante llamativo e innovador, al menos en principio, ya que unifica un sistema de juego que funde el avance en tiempo real con los turnos.
Una combinación arriesgada pero que ha terminado siendo muy sugerente como vamos a explicaros en un instante.
Viajes espaciales
Antes de entrar en materia, conviene explicar un poco el argumento que forma parte de esta aventura. Y como suele ser habitual en muchos de los títulos de este estilo, dicha trama es de todo menos profunda.
Un experimento ha dado como resultado el hecho de que nuestra nave vaya a parar a un espacio-tiempo "mixto", por así denominarlo. Y debido a esto el flujo en tiempo real con el denominado por turnos se entremezclan. Nuestra meta consiste precisamente en encontrar la forma de restablecer el espacio / tiempo normal y, de paso, rescatar a los pobres científicos que han sido enviados a diferentes planetas.
A partir de ahí comienza nuestro periplo, siendo necesario investigar las profundidades y diferentes zonas de tres planetas extraterrestres, los cuales están poblados por criaturas de todo tipo a las que debemos doblegar. Y junto a ellas, los puzles también merecen nuestra atención así como la mejora paulatina de la capacidad de nuestra nave. Exploración, batallas, toques de aventura y puzles, una fórmula ganadora sobre la que se apoya la jugabilidad tradicional 2D sobre la que ha sido construida esta obra de Funktronic Labs.
Pero como ya os hemos comentado, la verdadera gracia que está detrás de esta producción tiene que ver con su desarrollo, con la forma en la que nos movemos e interactuamos con los entornos para resolver cada uno de los rompecabezas… y, sobre todo, de cómo afrontamos los combates.
En cada uno de los niveles que forman parte de cada planeta que visitamos debemos movernos por cuadrículas, como si de un juego de estrategia se tratara. Y de igual forma, a medida que progresamos vamos desvelando parte del escenario, los cuales están cubiertos por la típica niebla de guerra tan popular dentro de los RTS.
Cada maniobra consume un turno, por lo que cada vez que nos encontramos con un enemigo, este se desplaza a la misma vez que nosotros, si bien ciertos adversarios modifican esta fórmula. ¿Y cómo? Pues de una forma admirable, ya que los hay que se mueven por turnos pero nos lanzan ataques en tiempo real. Y algo similar sucede con ciertos elementos de los fondos, como por ejemplo picos de piedra que se desprenden de los techos, objetos que se desplazan en tiempo real.
Esta fusión de estilos tan curiosa da vida a una aventura que va aumentando su interés y profundidad a medida que avanzamos. Sí, porque con cada mejora que recogemos, va apareciendo una nueva complicación en forma de adversario o puzle, por lo que la complejidad de la aventura se potencia de manera natural. Y a esto se une el hecho de que cada nueva fase suele poseer un diseño más laberíntico que la anterior y, también, suele añadir más tareas a realizar, nuevos monstruos y secretos (que los hay a mansalva) mejor escondidos y difíciles de descubrir.
Una jugabilidad que a pesar de su rareza y de resultar algo confusa en un principio, al cabo de las horas se hace muy entretenida, adictiva y absorbente. De hecho, puede acabar siendo incluso algo corta, ya que en media docena de horas es posible superarla. Un inconveniente menor para un título que brilla en casi todo lo demás: sencillez de control, frescura, imaginación, creatividad en el diseño de los puzles… Es bastante difícil encontrar un juego indie de similares características y que posea los mismos niveles de calidad que los que atesora Nova-111.
También nos ha gustado mucho el humor que desprende el título. Los diálogos (en español) que nos aporta nuestro compañero de fatigas, el Dr Ciencia, aportan simpatía y ayudan a liberar cierta tensión, lo cual siempre se agradece. Y cambiando de tercio, también nos ha maravillado el buen uso que se ha hecho de la pantalla del GamePad en la versión para Wii U, la cual nos muestra el mapa de manera perfecta.
Además es uno de esos juegos que, sin ofrecer nada especialmente destacado en materia gráfica, se las arregla para resultar gracioso y atrayente visualmente. Los diseños de los personajes y objetos son muy simples pero se muestran muy limpios, así como la concepción de los distintos planetas. Puede que los efectos especiales (explosiones, etc.) se queden algo justitos, pero para tratarse de una aventura de su estilo, no supone demasiado inconveniente.
Y mejor aún es su apartado sonoro, ya que a pesar de resultar relativamente limitado nos ofrece una gama de melodías muy ambientales y cálidas, amenizando la exploración espacial de manera loable. Puede que echemos de menos algún diálogo hablado entre los personajes, pero a pesar de esto el título cumple con creces en este aspecto.
Conclusiones
Puede que de inicio sea algo extraño, pero a poco que te interesas por este juego acaba regalándote momentos realmente entretenidos y refrescantes. Puzles, estrategia y acción unidos por un sistema de juego a caballo entre el tiempo real y los turnos que acaba resultando enganchante. Aunque no os gusten este tipo de títulos tan sesudos, os animamos a que los probéis porque es realmente bueno.