Análisis de La Gran Aventura de Dood (Wii)
Cuando THQ anunció que sacaría una tableta gráfica como periférico para Wii, todo el mundo pensó inmediatamente en juegos de dibujo (como el uDraw Studio, que viene con la tableta), pero la compañía quería demostrar que las posibilidades de su dispositivo no se limitaban a eso. Es por eso que junto a los juegos que acompañarán el lanzamiento del dispositivo se encuentra una simpática aventura que nos ofrece distintas formas de jugar, todas ellas usando la tableta de distintas formas (el juego requiere el uso de este periférico).
La gran aventura de Dood presenta varios modos de juego, cada uno de ellos con una jugabilidad distinta y con una serie de niveles a superar. Y es que, sea cual sea el modo al que juguemos, nos encontraremos con el reto de llegar al final de nivel obteniendo el mayor número de puntos posibles.
Para ello tendremos que encontrar todas las monedas diseminadas por el nivel (las habrá plateada y doradas) acabar con todos los enemigos y tratar de emplear el menor tiempo posible (no habrá vidas, así que si morimos tan sólo se nos penalizará porque disminuirá el bonificador de tiempo). Como decimos, la base es la misma juguemos al modo que juguemos, estando presentes siempre los enemigos, las monedas y la meta, pero la forma de jugar cambiará totalmente, siendo experiencias totalmente distintas.
Cuatro formas de jugar
El primer modo es el "Locura de lápiz", en el que tendremos que guiar a Dood con el lápiz. Para moverlo, pondremos el cursor a un lado de Dood y pulsaremos el botón del lápiz, algo que también haremos para saltar, solo que con el cursor encima del personaje. Si apretamos el lápiz contra la tableta podremos dibujar líneas que podremos usar como trampolín. En ciertos momentos, cambiaremos el color normal de la tinta (el naranja para dibujar) por la negra que usaremos para atacar a los enemigos y activar ciertas palancas. En general el control funciona bien, aunque cuesta un poco acostumbrarse, especialmente a los saltos, aunque no es nada que no se solucione con unas cuantas partidas. Tras este modo está el "Tentetieso", en el que deberemos guardar el lápiz y poner la tabla sobre las rodillas para mover a Dood gracias al sensor de movimiento del mando. Inclinaremos la tabla para ir a izquierda o derecha y saltaremos con A, pudiendo hacer un rebote más fuerte si volvemos a presionar el botón, algo que nos permitirá llegar más alto o acabar con los enemigos.
El tercero de la lista es el modo "Burbujas", en el que el protagonista se verá encerrado en una. Para moverlo deberemos trazar líneas con el lápiz en la tableta (o moverlo sin levantarlo de la misma, aunque de esta forma es mucho más sensible y cuesta hacerse con el control) con cuidado de no tocar nada o la burbuja se romperá. Este modo es bastante divertido y aunque al principio cuesta pillarle el truco, es quizás el más original de todos. Por último nos encontramos con el modo "Frenesí", en el que el personaje se transformará en un globo y nuestro lápiz en un ventilador. De esta forma, deberemos mover el lápiz de forma que impulsemos a Dood en la dirección correcta evitando a enemigos y pinchos (ahora las paredes normales no nos harán daño) y llevándolo hasta la meta.
Además de completar los distintos modos (algo que no nos llevará demasiado tiempo, especialmente si somos de aquellos a los que no les importa obtener la máxima puntuación en todas las fases) tendremos un apartado en el que podremos dibujar, usando de esta forma la tableta gráfica de una forma más convencional. Además de poder colorear una serie de dibujos y "admirarlos" en una especie de museo, lo interesante es que podremos acceder a distintos modelos en 3D que decoran los niveles y colorearlos (por defecto su textura aparecerá blanca).
Esto es un buen detalle, pues según juguemos, veremos por ejemplo aquel leoncillo que coloreamos por el fondo o podremos decorar al protagonista a nuestro gusto. El problema es que a la hora de pintar las texturas se nota que la resolución no es muy alta, encontrándonos con que el "punto" de nuestro lápiz es demasiado grande para colorear ciertos detalles, lo que unido a que las herramientas no acaban de ser todo lo buenas que nos gustaría (son muy rudimentarias) hacen que no sea tan sencillo como debiera obtener buenos resultados. Es cierto que es un buen detalle, pero le falta una mejor implementación para que sea algo realmente útil.
Nos dejan a nosotros como artistas
Gráficamente el juego es bastante discreto y con un apartado artístico no especialmente brillante. A esto hay que unirle el hecho de que a no ser que invirtamos mucho tiempo en colorear las texturas, muchos de los modelos que decorarán el nivel aparecerán en blanco, haciendo que se vea todo más simple (la mayoría de las cosas en primer plano tendrán color, pero los elementos del fondo y otros objetos del escenario no). Entendemos que una de las gracias del juego es colorear nosotros el mundo, pero hubiera estado bien que por defecto hubiesen traído alguna textura que hubiéramos podido modificarla nosotros a posteriori.
Otro aspecto negativo es que hay muy pocos elementos gráficos, repitiéndose estos continuamente independientemente del modo al que juguemos, ya que se comparten en todos y llega un momento en que se echa en falta más variedad. La música es bastante discreta y se mantiene a un nivel puramente ambiental, encontrándonos con melodías bastante olvidables. En el apartado de efectos nos encontramos con lo mismo, poca variedad y poco destacables, aunque no molestan en ningún momento.
La gran aventura de Dood es un juego entretenido que destaca frente a otros por su forma de control, ya que usa la tableta gráfica uDraw. Esto vendrá bien a aquellos que hayan adquirido el periférico y busquen nuevos juegos con los que aprovecharla, pudiendo encontrar en este título una experiencia divertida y agradable. Lamentablemente, para aquellos que no dispongan de la tableta y que no se hayan planteado adquirirla por otros motivos, quizás este juego no haga que valga la pena comprarla sólo para jugarlo, pues aunque tiene sus virtudes, no destacaba especialmente en ninguno de sus apartados más allá de la novedad de poder controlarlo con el nuevo periférico.