Análisis de Dragon Ball Z Budokai Tenkaichi 2 (Wii)
A finales del año pasado llegaba a Europa Dragon Ball Z: Budokai Tenkaichi 2 para PlayStation 2, enésima entrega de la serie de adaptaciones del popular manga y serie de animación a la consola de Sony.
Ahora, con cierto retraso con respecto a los otros mercados, el mismo juego llega a Wii con diversos contenidos extra y un sistema de control adaptado al de la consola de Nintendo. Además, hay que tenerle en cuenta un mérito más: la escasez de juegos basados en estos celebérrimos personajes en las consolas de la compañía durante los últimos años. Y es que si durante la era de Super Nintendo los juegos inspirados en Dragon Ball se centraron en ésta, el catálogo de Nintendo 64 quedó desierto y GameCube recibió la saga por última vez en 2005.
De esta manera, los jugadores que no hayan disfrutado del catálogo de PlayStation 2 encontrarán muchas más frescas las novedades de este juego, que no consiguió evolucionar sustancialmente su fórmula jugable desde el anterior Budokai Tenkaichi.
En este juego, el principal atractivo será, por supuesto, ir encarnando a los diferentes héroes y villanos que han ido apareciendo en todos estos años de Dragon Ball. Para ello, el modo principal de juego será el modo historia, que prescinde de la narración a través de una estructura por capítulos que vimos en el anterior juego (sólo en PS2) para presentar un modo mucho más abierto. Se trata de una suerte de viaje por un mapa del juego sobre el que se van sucediendo los combates, en un sistema en cierto modo más parecido al de un juego de rol que al de un juego de lucha tradicional.
Además, este planteamiento no tiene limitaciones y cuando sea necesario viajaremos a otros planetas, como Namek, lugar del enfrentamiento contra el malvado Freezer. Y es que el modo historia nos va a narrar, principalmente, todos los hechos de la saga Z (es decir, desde que se descubre que Goku es un extraterrestre, un Saiyan, con la llegada de su hermano a la Tierra, hasta la destrucción del monstruo Bu), añadiéndose historias que no estuvieron presentes en el manga, pero sí en la serie de animación o en películas independientes, como Garlick y sus secuaces.
Con todo, el hecho de que se centre en la saga Z no implica que no contemple el resto de la serie y es, de hecho, el juego más completista hasta el momento de todos los publicados (más de una veintena, muchos de ellos sólo en Japón). Así, tendremos también personajes de GT, serie exclusivamente de animación que vio el retorno de los gorilas gigantes y la aparición de las transformaciones de cuarto nivel de Goku y Vegeta, además de nuevos enemigos, como Baby. Muchos de estos personajes dejan, por fin, el plano marginal de ser meros extras para tomar cierta relevancia en el planteamiento del desarrollo del título.
La parte menos representada de la saga es, como es habitual (por desgracia), la original, con Goku en su niñez y temprana adolescencia muy al final. Por suerte, la edición para Wii incluye algunos personajes desbloqueables extra que ayudan a complementar el plantel de jugadores en este sentido. Siguen sin ser demasiados, pero la situación ha mejorado. En cualquier caso, insistimos, es el juego más completo en cuanto a su plantel que se ha comercializado hasta ahora, y, por tanto, un gran incentivo para los aficionados a la serie.
El juego cuenta, en cifras, con 70 personajes diferentes que, gracias a sus diferentes aspectos, llegan a sumar más de 120 personajes jugables. Claro, algunos personajes tienen muchísimas formas (Goku, Goku Super Saiyan, Super Saiyan de nivel 2, Super Saiyan de nivel 3...), pero aun así el plantel es sustancialmente amplio y muy completo, con la característica de poder realizar transformaciones durante los combates. Hay que añadir a estas cifras 16 escenarios diferentes, muchos de ellos recuperados del anterior juego de la saga, todo sea dicho.
El sistema de combates es bastante sencillo, y, claro, herencia directa del anterior Tenkaichi. Los ataques se dividen en golpes físicos (puñetazos y patadas), ataques a distancia (rayos y bolas de energía) y los combos, rápidos, potentes y destructivos, una combinación de ambos. Estos combos, Ataques de Velocidad o Acometidas de Potencia, son muy sencillos de realizar, lo que hace que el juego sea accesible, rápido y eficiente. La contrapartida es que resulta poco profundo. Los combos pueden ser enormes, pero siempre tendremos la opción de romperlos en un movimiento de contraataque... si bien es cierto que los enemigos controlados por la máquina, salvo cuando hablamos de luchas muy peliagudas, no suelen hacerlo. Eso sí, para los combates contra otro jugador, es un gran elemento añadido. Sea como fuere, todo el tema de los combos es mucho más variado que en el anterior juego, pudiendo realizar más movimientos dando mayor flexibilidad.
El hecho de que se contemplen movimientos de bloqueo, contraataque, transformaciones, superataques, y demás, son elementos que se agradecen pues aportan cierto nivel de variedad, todo el sistema de juego es, en realidad, bastante carente de técnica, por lo que no deja de ser un título muy accesible para todos, pero por lo simple de su jugabilidad orientado muy claramente al público más apasionado de la serie. Lo que no significa que no sea divertido de jugar, claro.
El modo historia incluye algunos elementos propios de un juego de rol ligero, como minijuegos, la búsqueda de las bolas de dragón por el mundo, o mantener conversaciones con otros personajes del juego, así como la suma de puntos, con las que posteriormente mejorar algunos aspectos de las cualidades de los diferentes luchadores. Además, este personaje único podrá "convertirse" en un identificador en forma de contraseña. Si un amigo nuestro introduce esa contraseña en su juego, obtendrá un personaje con las mismas características que el nuestro, ver sus cualidades, enfrentarse a él, etc. De esta manera, el sistema de configuración de los personajes se puede convertir en un reto apasionante y adictivo, capaz de mantenernos ocupados durante horas. Y si lo que preferimos son los combates, organizar un torneo siempre será una opción muy socorrida, claro. En definitiva, el juego ofrece un amplio espectro de contenidos y un buen surtido de modos de juego, de manera que se trata de un título muy rejugable más allá del encanto de revivir algunos combates que resultaron apasionantes en el manga, y otros que jamás pudieron verse pero que son fantasía recurrente de los muchos seguidores de esta creación de Toriyama.
El control ha sido adaptado, cómo no, al mando de Wii, requiriendo el uso del mando remoto en conjunción con el nunchuk, conformando un juego que realmente se ha adaptado muy bien al esquema. Nos movemos por la pantalla gracias al stick analógico, claro, y los botones A y B del mando remoto van a capitalizar casi toda la acción, mientras que la detección de movimientos se emplea para los superataques y demás. El sistema de detección de movimientos combina muy astutamente la inmersión del jugador al permitirle emular los mismos movimientos de sus personajes favoritos, si así lo desea, en combinación con el cursor que vemos en pantalla. Por ejemplo, si queremos realizar un Kamehameha, la onda vital de Son Goku, debemos mantener el cursor en pantalla al tiempo que pulsamos el botón B y Z (es decir, uno en el nunchuk y otro en el mando remoto), al mismo tiempo que movemos el mando hacia atrás y luego adelante. El sistema está lo suficientemente bien pensado como para hacerlo con un movimiento mínimo del brazo o con toda la aparatosidad que la teatralidad del jugador le invite a disfrutar del combate.
Lo cierto es que el sistema de combate tradicional, con el mando, basado en pulsar unos botones, es mucho más sencillo, por lo que dado lo fácil del juego en sus mecánicas jugables este añadido de dificultad (coordinar el movimiento, los botones, y apuntar a la pantalla) representa una muy agradable novedad en Budokai Tenkaichi 2, y un puntito extra de emoción y tensión en los momentos más peliagudos de los combates.
De todos modos, si este sistema no nos convence, los programadores han tenido la delicadeza de incluir compatibilidad total con el mando de GameCube y con el mando clásico de Wii, de manera que si queremos un sistema de control más tradicional tenemos opciones de sobra. Al usar estos mandos (perfectamente adaptados desde el Dual Shock de PS2 en los dos casos) el juego pierde uno de sus dos factores más importantes con respecto a la versión de la consola de Sony, siendo su única aportación, por tanto, los nuevos personajes, que tampoco son muchos.
Los combates contra la máquina no son muy apasionantes, salvo cuando están muy descompensados, debido a que la inteligencia artificial es muy limitada. Pese a todo, hay que tener en cuenta que se ha dado una evolución palpable con respecto al anterior juego, pero aun así es algo limitada. Se trata sobre todo de que ahora no hay comportamientos erráticos o sin sentido, pero sigue sin despuntar en este sentido.
En otro orden de cosa, el título tiene un buen surtido de contenidos extra destinados a los seguidores de la serie, con fichas completas de los personajes que parecen orientadas especialmente para aquellos que conocen parte de la serie, pero no toda, o bien no recuerdan con el detalle necesario todos los aspectos de una obra que ha sido fructífera y larga en el tiempo. Al igual que en PS2, sobre todo, el modo multijugador, construido a partir del sistema de pantalla partida, debido a la peculiar cámara del juego.
La cámara, situada por detrás de nuestro personaje, ha sido bastante mejorada, aunque sigue dando problemas de manera ocasional debido a que los movimientos del personaje son relativos a los de su enemigo, los escenarios son muy amplios, y en determinadas ocasiones la perspectiva no ayuda en demasía.
A nivel musical, las composiciones japonesas, que serían las extraídas de la serie de animación, vuelven a quedarse sólo en el mercado nipón, pero al menos para esta entrega se han creado nuevas composiciones que mantienen un buen ritmo. Seguimos considerando que lo más acertado hubiese sido contar con las melodías originales de la televisión, pero al menos las nuevas composiciones han mejorado. Los efectos sonoros, por su parte, sí parecen extraídos directamente de la serie, y las voces japonesas se corresponden con las de los actores nipones, y las inglesas con el doblaje estadounidense.
Los gráficos se han construido, claro, mediante la técnica del cel-shading, con lo que se ha conseguido emular en muy buena medida el aspecto propio del manga y la serie de animación de todos los personajes, complementándose con unos bonitos y efectistas juegos de luces, escenarios que se destrozan, etc. Pero nada que no se viese ya en la versión de PlayStation 2, por lo que aunque el juego resulta bastante consistente en este aspecto, no deja de ser –una vez más- un juego con un aspecto técnico de la anterior generación de consolas. Y aunque no sea un secreto que Wii no es tan potente como Xbox 360 o PlayStation 3, lo cierto es que tiene que dar lugar a mejorar los juegos de las consolas anteriores. Aun así, por su dirección artística y solidez, sigue resultando convincente, pero nos hubiese gustado ver el juego tan trabajado en este aspecto como en el control.
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