Análisis WarGroove, un divertido heredero de Advance Wars (Switch, PS4, Xbox One, PC)

Si te gusta la estrategia por turnos, probablemente eches muchísimo de menos la saga Advance Wars, una serie con la que Intelligent Systems tocó el cielo en Game Boy Advance y en Nintendo DS. Para nuestra desgracia, lleva más de diez año sin dar señales de vida y, con el auge de Fire Emblem, no parece que la desarrolladora esté muy por la labor de rescatarla a corto plazo.

Por suerte para todos, Chucklefish Games ha decidido tomar el testigo del estudio japonés e intentar llenar el vacío dejado por esta fantástica saga. El resultado ha sido WarGroove, un juego que en ningún momento esconde su fuente de inspiración ni su intención de convertirse en ese sucesor espiritual de Advance Wars que llevamos reclamando desde hace tanto tiempo. ¿Lo ha conseguido? No tienes más que seguir leyendo para descubrirlo.

El arte de la guerra

Como acabamos de comentar, estamos ante un juego de estrategia por turnos que sigue muy de cerca la fórmula jugable de la mencionada serie de Nintendo. Por lo tanto, moveremos a nuestras unidades por mapas divididos en casillas mientras intentamos capturar edificios y asediamos a las tropas enemigas en nuestro camino hacia la victoria.

Los edificios nos permitirán generar oro cada turno, un recurso imprescindible que necesitaremos para "curar" a nuestros soldados y reclutar nuevas unidades. De este modo, nos veremos obligados a luchar por mantener bajo nuestro control más pueblos y aldeas que nuestro adversario, ya que nos darán una importante ventaja estratégica.

Evidentemente, existen muchos tipos de unidades diferentes y cada una tiene sus características únicas, así como sus propias debilidades y fortalezas que definen a qué enemigos son vulnerables y contra quiénes tienen ventaja, un sistema al más puro estilo "Piedra, Papel y Tijeras" con el que el género sería casi imposible de entender.

Por otra parte, tenemos que tener muy en cuenta que aquí la salud de nuestras tropas representa también su fuerza, por lo que no esperéis que una unidad que esté muy tocada vaya a conseguir hacer grandes daños. Considerando que los enemigos contraatacarán a nuestras ofensivas siempre que nos tengan a tiro, este sistema nos animará a que queramos minimizar al mínimo las heridas sufridas para no perder poder de ataque.

Lo bueno es que siempre sabremos cuál será el resultado de los intercambios de golpes, ya que al no existir porcentajes de probabilidades de acierto o crítico se elimina de un plumazo cualquier tipo de factor aleatorio. El título siempre nos indicará cuánto daño haremos al asediar a un enemigo y cuánto recibiremos por el contraataque resultante, ofreciéndonos duelos muy tácticos y estratégicos donde siempre tendremos todo bajo control y no hay espacio para la suerte.

Un detalle único de WarGroove y que nos ha gustado muchísimo es la forma en la que gestiona los ataques críticos, ya que son completamente situacionales y dependen del tipo de unidad que estemos utilizando. Como podréis intuir, estos golpes son muchísimo más poderosos que los normales y solo los podremos poner en práctica si cumplimos el requisito necesario para ello. Por ejemplo, un arquero necesita atacar sin moverse durante su turno para que sus disparos sean críticos, mientras que un lancero requiere tener a otro de su mismo tipo en una casilla contigua.

Puede que no lo parezca, pero esto añade una capa de profundidad interesantísima y cambia por completo la forma en la que tenemos que afrontar las batallas, desarrollamos nuestras tácticas y movemos a nuestro ejército.

Por último y no por ello menos importante, tenemos a los comandantes, las unidades más poderosas de todo el juego. Hay una docena de ellos y cada uno cuenta con una habilidad especial que podrá utilizar cuando consiga rellenar su medidor especial, permitiéndonos aumentar la defensa de nuestros aliados, curarnos y otro tipo de efectos que bien utilizados pueden cambiar por completo el rumbo de la batalla.

Eso sí, si nuestro comandante cae derrotado perderemos la partida automáticamente (lo mismo ocurre si conquistan nuestra fortaleza principal), así que no podremos abusar de él sin arriesgarnos a que se exponga demasiado.

Todo esto acaba dando como resultado una jugabilidad muy satisfactoria y divertida en la que cada movimiento y cada acción cuenta, obligándonos a medir con mucho cuidado todo lo que hacemos mientras valoramos multitud de variables e intentamos predecir lo que va a hacer nuestro rival.

Sí, no hace nada realmente nuevo o innovador, ni llega a los niveles de profundidad que alcanzó Advance Wars (no tiene tantas mecánicas ni tantos tipos de unidades como la saga de Nintendo), pero funciona a la perfección y sabe encontrar ese delicado punto entre resultar accesible para los nuevos jugadores y ofrecer numerosas herramientas para que los más veteranos no se aburran y encuentren un desafío estimulante.

Quizá nuestra mayor pega en este sentido sea la interfaz, ya que hay cosas que se nos muestran de forma poco claro y faltan algunas opciones de visualización, como poder ver todas las casillas a las que el ejército enemigo puede llegar con sus ataques, siendo esto algo que solo podremos comprobar unidad por unidad.

Guerreando en solitario y en compañía

En lo que respecta a modos de juego, tenemos un título muy completo y con multitud de opciones tanto para jugar en solitario como en compañía. Como era de esperar, la modalidad principal la tenemos en la Campaña, donde nos tocará superar una treintena de misiones mientras seguimos una historia ambientada en un mundo de fantasía medieval.

La trama no es nada del otro mundo y abusa de los típicos clichés del género, aunque entretiene y cuenta con un tramo final muy interesante y repleto de sorpresas. Además, los personajes están bien desarrollados y empatizaremos rápidamente con ellos.

El desarrollo de la campaña es muy ameno y variado, ya que en cada misión tendremos que cumplir diferentes objetivos y durante las mismas no pararán de sucederse giros inesperados que nos obligarán a reaccionar y a cambiar por completo nuestros planes. El problema es que el diseño de mapas es un tanto irregular y hay niveles que no están muy bien equilibrados, con unos picos de dificultad que pueden llegar a resultar incluso frustrantes si no nos los conocemos de antemano.

Por lo general, se trata de un modo que nos ha gustado mucho y que nos lo ha hecho pasar en grande durante un buen número de horas (las misiones no son precisamente cortas), pero que no consigue mantener el tipo durante toda la aventura.

Continuando con el resto de modalidades, tenemos un divertidísimo Modo Arcade en el que tendremos que superar una serie de escaramuzas contra la IA con cada uno de los comandantes, convirtiéndose en el modo perfecto para practicar y pulir nuestras estrategias. También nos ha parecido todo un acierto el Modo Puzle, donde nos tocará resolver en un único turno las diferentes situaciones que nos planteen.

El multijugador, por su parte, nos permite disfrutar de partidas competitivas para hasta cuatro jugadores, ya sea de forma local u online, y cuenta con una gran cantidad de opciones y mapas para que diseñemos partidas a nuestro gusto, incluyendo un modo muy curioso y especial al estilo "ajedrez" en el que solo podremos mover una unidad por turno. A destacar el hecho de que incluye juego cruzado entre todas sus versiones menos en PS4.

Por último, existe un editor de mapas muy completo que nos permitirá no solo diseñar escenarios en los que combatir, sino también crear nuestras propias campañas, ya que podremos crear hasta secuencias de vídeo y escribir conversaciones, por lo que estamos deseando ver todo lo que la comunidad es capaz de hacer con él. La única pega es que, al menos en consola, su uso es muy poco intuitivo, torpe y hasta engorroso, por lo que requiere muchísima paciencia.

Belleza en píxeles

A nivel gráfico estamos ante un juego que hace gala de un pixel-art simplemente precioso, con personajes, vehículos, criaturas y escenarios detalladísimos y genialmente animados que buscan ser retro y modernos al mismo tiempo con excelentes resultados. Y todo ello por no hablar de su acertadísimo diseño artístico.

El sonido tampoco tiene desperdicio gracias a una banda sonora muy animada, variada y movida que sabe aportar la épica y la tensión necesaria a cada batalla a la vez que nos transporta de lleno a este mágico mundo medieval. Los efectos también son de gran calidad y el doblaje, en inglés, cumple muy bien su función. Por supuesto, todos los textos están debidamente traducidos al español.

Conclusiones

Puede que WarGroove no llegue a los niveles de excelencia de Advance Wars, pero es un más que digno heredero de una de las mejores sagas de estrategia por turnos que existen. Un título accesible, profundo, satisfactorio y muy completo que es capaz de ofrecernos multitud de horas de diversión, ya sea en solitario o en compañía. Si echabais de menos esta fórmula no os lo penséis: es una apuesta segura.

Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código facilitado por Evolve PR.