Análisis Shovel Knight: King of Cards, una expansión digna de la realeza (Switch, PC, PS4)
Shovel Knight no es solo uno de los mejores indies que nos ha dejado esta generación, sino también una de las mayores muestras de dedicación de un estudio hacia sus fans y su propia obra. Desde su lanzamiento original en 2014 para PC y Nintendo 3DS hemos visto cómo las aventuras del Caballero de la Pala han llegado a prácticamente todas las plataformas existentes, recibiendo incluso contenidos exclusivos en algunas plataformas y multitud de expansiones gratuitas para todos aquellos que lo apoyaron con su compra. Esto, a día de hoy, se traduce en un juego que tiene actualmente tres campañas, numerosos modos adicionales, logros para desbloquear y montones de opciones adicionales que no estuvieron presentes inicialmente.
Ahora, seis años después, Yacht Club Games se dispone a terminar este ciclo de soporte a la aventura que los ha llevado al éxito con su última campaña extra, King of Cards, y un curioso modo de lucha multijugador con su propia historia que ha sido bautizado como Shovel Knight: Showdown, dos contenidos tan completos que se venden incluso como títulos independientes y que, por supuesto, los poseedores del juego base recibirán de forma completamente gratuita. En este análisis nos vamos a centrar en King of Cards, la que es, sin duda alguna, la expansión más ambiciosa de todas, demostrando que el equipo de desarrollo ha querido despedirse de su obra por todo lo alto.
La gran aventura de King Knight
Esta vez la historia nos cuenta cómo King Knight, en su empeño por convertirse en un verdadero rey, decide participar en una competición de Joustus, un popular juego de cartas que está arrasando en la región, motivo por el que emprende un viaje para derrotar a los tres monarcas del torneo y así hacerse con la codiciada corona. Con esta particular premisa, empieza una nueva aventura de plataformas completamente nueva que le da un curioso giro al planteamiento que habían tenido las expansiones anteriores.
A diferencia de Plague of Shadows y Specter of Torment, esta vez no nos limitaremos a repetir los mismos niveles del título principal con pequeños cambios y otros personajes, sino que se han creado montones de fases completamente nuevas para la ocasión. Sí, estas se inspiran y ambientan en los mismos escenarios que visitamos con Shovel Knight, pero su estructura y diseño son completamente diferentes, ofreciéndonos una experiencia mucho más concentrada y variada.
Así pues, tenemos niveles considerablemente más cortos (lo habitual suele ser que tengan uno o dos puntos de control) que siempre buscan sorprendernos con nuevas mecánicas que vayan alterando nuestra forma de jugar, algo que se ha usado de forma muy inteligente para crear secciones de plataformas muy chulas y satisfactorias, obligándonos a enlazar con cierta maestra nuestras diferentes habilidades para llegar al final. Tan pronto tendremos que lidiar con suelos pegajosos que nos impiden saltar que correr por nuestras vidas mientras todo se desploma a nuestro paso, por poner tan solo un par de ejemplos.
Nos ha sorprendido para bien la cantidad de mecánicas que sus desarrolladores han sido capaces de crear, aunque a veces las pantallas son tan breves que nos hemos quedado con las ganas de que durasen algo más para poder terminar de exprimir esas ideas que nos habían presentado y que no vuelven a aparecer en el resto de la aventura, ya que tienen mucho potencial y se sienten ligeramente desaprovechadas. Otro detalle que nos ha encantado es la gran cantidad de rutas alternativas y salidas ocultas que suelen tener los niveles, permitiéndonos avanzar por el mapa general siguiendo caminos muy distintos y desbloquear multitud de fases que sin explorar a fondo nunca veríamos.
En lo referente a las habilidades de King Knight, comentar que su movimiento insignia es la posibilidad de embestir enemigos con una carga muy similar a la de Wario en la saga Wario Land, aunque lo realmente interesante de ella es que al chocar contra obstáculos, enemigos y ciertas paredes rebotaremos girando sobre nosotros mismos, algo con lo que alcanzaremos una altura mayor y que nos permitirá impulsarnos utilizando a nuestros rivales y ciertos elementos como plataformas improvisadas. Además, durante el giro podremos realizar otra carga, lo que nos abre las puertas a hacer auténticas virguerías utilizando el escenario para sortear todo tipo de abismos y llegar a lugares que parecen inaccesibles.
Lamentablemente, las técnicas adicionales que podemos desbloquear y que cuestan parte de nuestro medidor de vigor no nos han parecido especialmente interesantes ni útiles y casi no las hemos utilizado en todo el juego, a excepción de unos pocos casos contados, lo que es una pena, ya que el estudio se ha preocupado de incluir multitud de artefactos para que tengamos numerosos recursos adicionales.
Por otra parte, también tenemos que decir que los jefes nos han resultado un tanto irregulares, combinando algunos muy bien planteados con otros bastante mejorables, ya que estas batallas suelen ser algo caóticas y nuestros enemigos sueltan tantos corazones para curarnos que no tendremos demasiados problemas para derrotarlos si jugamos atacando a lo loco, lo que es una pena.
Jugando a las cartas
Una de las novedades más sorprendentes de esta expansión la tenemos en la inclusión de un completo minijuego de cartas en el que deberemos colocar nuestros naipes sobre un tablero con el objetivo de controlar el mayor número de casillas con gemas que nos sea posible, algo que solo podremos hacer moviendo las nuestras y las de nuestro rival en las direcciones que indiquen las flechas de las tarjetas que pongamos sobre la mesa.
Las reglas son sencillísimas de aprender, ya que únicamente deberemos tener en cuenta que hay flechas más poderosas que otras, el límite de casillas de las filas y columnas que queremos mover y que si hay algún naipe apuntando en la dirección contraria a la que intentamos desplazarlo nos impedirá realizar tal movimiento. Sabiendo todo esto, deberemos conseguir nuevas cartas y crear nuestros propios mazos para enfrentarnos a otros personajes. Cada vez que ganemos robaremos una tarjeta del rival, conseguiremos oro y también insignias coleccionables que nos servirán para obtener nuevas reliquias. Eso sí, tened en cuenta que si perdéis os quitarán uno de vuestros naipes y tendréis que pagar una cuantiosa cantidad de dinero en la tienda para recuperarlo.
Se trata de un minijuego muy divertido y trabajado, pero que se siente como un elemento un tanto extraño y forzado en un juego de plataformas, ya que, a pesar de que las partidas de Joustus obligatorias no son especialmente numerosas, sí que nos va a tocar jugarlo bastante para hacernos con el 100%, algo que no gustará necesariamente a todo el mundo, pues no es el tipo de experiencia que se suele buscar en una aventura de acción y plataformas 2D de sabor clásico.
El encanto audiovisual de Shovel Knight
Como podréis suponer, al tratarse de una expansión no encontramos ningún tipo de mejora gráfica respecto al título base, aunque, siendo sinceros, tampoco es que lo necesite, ya que el estilo retro del que hace gala y sus cuidadísimos sprites tanto para personajes como para escenarios nos siguen pareciendo una pequeña maravilla que desprende personalidad y buen gusto por los cuatro costados. La banda sonora tampoco se queda atrás, con nuevas remezclas de los temas ya conocidos que se adaptan como un guante a todo lo que vemos en pantalla.
Conclusiones
Shovel Knight: King of Cards es la expansión más ambiciosa y completa de todas las que ha recibido este fantástico juego, ofreciéndonos una aventura diferente y completamente nueva que poco tiene que envidiar al título base. Quizá no sea tan redonda, pero sí que sabe diferenciarse lo suficiente y no duda en experimentar con su estructura y sus mecánicas para dejarnos con una experiencia muy satisfactoria y realmente divertida que ningún fan del Caballero de la Pala o de los juegos de plataformas debería dejar pasar. Sin duda, el broche de oro para uno de los indies de la década.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Switch que nos ha facilitado Yacht Club Games.