Análisis de I and Me (Switch)
Los juegos indie son los que están sacando a flote el catálogo de juegos de Switch porque, mal que nos pese a los poseedores de esta consola, el ritmo de lanzamientos no es especialmente elevado... aunque por lo menos la calidad de los juegos que aparecen en formato físico es muy notable.
Aquí tenemos un nuevo ejemplo de esto, I and Me, un título que es de lo más simple que podáis imaginar en cuanto a su desarrollo e idea de juego, aspectos que lejos de ser un defecto, desde nuestro punto de vista se convierten en una de sus mayores cualidades. Ya podemos adelantaros que no se trata del mejor título de los disponibles en la eShop de Switch, pero resulta entretenido mientras dura. Y eso da para unas dos o tres horas, no mucho más.
Piensa por duplicado
En lo que respecta a su narrativa, sin duda se trata de un título bastante sencillo en esta faceta. A lo largo de cada uno de los cortos niveles, más de 90, tenemos que ir averiguando qué es lo que se esconde detrás de la aventura. Y eso lo vamos conociendo tanto a través de los nombres de cada una de las fases como leyendo los 20 manuscritos recolectables que se encuentran repartidos a lo largo de toda la aventura. En cualquier caso, no es lo más importante del título.
La jugabilidad que ostenta esta producción es muy sencilla de describir. Nuestra meta consiste en guiar a dos gatos de apariencia un poco tanto rara para que lleguen al final de cada fase, las cuales son siempre de planteamiento 2D. La clave es precisamente esta duplicidad de protagonistas, siendo necesario controlarlos a la vez (reaccionan a la par a nuestras órdenes) con todo lo que ello implica en cuanto a complejidad. Si bien los primeros niveles resultan fáciles y actúan como sencillos tutoriales, a medida que avanzamos y van sucediendo las distintas estaciones (que agrupan varios niveles en cada una de ellas) las cosas van complicándose exponencialmente.
Los puzles son continuos y en ellos se ven envueltos diversos enemigos y objetos con los que es posible interactuar. Ovejas que nos permiten saltar más alto, abejas que nos atacan, interruptores que activan (o desactivan) plataformas determinadas, una especie de varitas mágicas que cambian la dirección a la que se desplazan los personajes o portales dimensionales con algunos de los elementos que forman parte de cada partida. Además el número de ellos se va incrementando a medida que avanzamos y vamos cambiando de estación anual, algo que nos anima a seguir jugando para descubrir qué nuevos retos nos ofrecen los niveles a los que vamos ganando el acceso.
Aparte de esto las plataformas también tienen su importancia y es necesario efectuar más de un salto a lo largo del juego. No todos los niveles presentan dicho componente plataformero, pero lo cierto es que se agradece para otorgar algo más de gracia al planteamiento general de esta obra.
Como veis estamos ante una obra muy sencillita pero que se hace entretenida, aunque es cierto que presenta algunas carencias. La principal es la irregularidad que presentan los rompecabezas. Algunas veces sorprenden por su creatividad y por lo bien diseñados que están, pero en otras ocasiones se muestran mucho más simples y faltos de gracia. Eso por una parte.
Otra pega tiene que ver con su duración y rejugabilidad. Es fácil acabar el título en una o dos sentadas y, más allá de los 20 manuscritos que están repartidos por los fondos (y que tampoco es que sean muy complicados de adquirir), no tenemos muchos alicientes para repetir la experiencia. Es cierto que se trata de un título bastante económico y que compensa de sobra su precio con lo que nos ofrece, pero hemos echado en falta algo más en este sentido.
El planteamiento estético está bien resuelto, aunque se trata de una obra increíblemente minimalista y humilde en este sentido. Cada estación queda representada por un fondo diferente que se repite una y otra vez hasta que cambiamos de una a otra. Pero dichos fondos, que han sido dibujados a mano, se muestran bien perfilados y presentan un encanto especial. Todo lo demás es secundario, desde la representación de los protagonistas a los objetos y enemigos que se encuentran en cada fase. Es un título correcto y poco más en esta faceta.
El sonido tampoco es que sea mucho mejor, sobre todo lo relacionado con los efectos, más escuetos y simples de lo que nos hubiera gustado, pero la banda sonora que acompasa cada partida adquiere un mayor protagonismo.
Puzles simples pero funcionales
Como ya os hemos avisado, no se trata del mejor juego indie que podemos encontrar en la eShop de Switch, pero por lo menos I and Me se me muestra lo suficientemente atractivo como para atrapar a los seguidores de este tipo de aventuras de puzles. Tiene sus carencias, pero entretiene.
Hemos realizado este análisis mediante un código enviado por Ratalaika Games.