Análisis Viewfinder, el poder de la fotografía (PS5, PC)
Los puzles que juegan con la perspectiva no son nuevos. Desde el clásico (y fantástico) Echochrome
El camino, siempre en el entorno
Viewfinder es un juego de puzles en primera persona en el que usando, generalmente, dibujos o fotografías tenemos que encontrar el camino. Muchos de estos dibujos o fotografías son predeterminados y los encontramos por los escenarios, mientras que otros muchos serán nuestras creaciones. La idea es que podemos trasladar cualquiera de estas instantáneas al mundo «real». Es decir, si hacemos una foto de un puente y «trasladamos» esa foto a cualquier parte del escenario, el puente estará ahí. Si hacemos una foto de una pared, la giramos 90 grados, y la trasladamos al escenario, ahora podemos usar esa pared como puente.
Puede sonar complicado pero creednos, es un concepto increíblemente sencillo y, además, espectacular. Es uno de esos juegos que, la primera vez que lo ves, te deja con la boca abierta; uno de esos juegos que, en cierto modo, parece magia.
Además, es un título que está constantemente explorando nuevas ideas, y siempre con acierto. Desde algo tan sencillo como girar fotografías a hacer fotocopias, pasando por filtros de color o materia «infotografiable» que nos hará pensar de manera diferente en casi en cada nivel.
Cada nivel tiene como meta un teletransportador que rara vez se puede acceder con normalidad. Es posible que esté bocabajo, en el otro lado de mapa, que necesite tres baterías y sólo tengas una, o que necesite ruido para activarlo. Y las fotografías van a ser la clave para llegar hasta él. Obviamente, no vamos a destriparos nada, pero hay algunos puzles geniales de estos que te sacan una sonrisa cuando caes en la solución, con el de la sandía siendo, quizás, uno de nuestros favoritos.
Es un juego muy inteligente, que te explica sólo lo justo, y que confía en la habilidad del jugador para entender lo que tiene que hacer. Eso sí, también nos ha parecido muy sencillito. Cada zona cuenta con una serie de desafíos obligatorios, algunas zonas, con desafíos opcionales. Estos últimos son algo más complicados, pero tampoco nos han supuesto un desafío extremo. Es quizás la mayor pega que le podemos poner, ya que no es demasiado largo y te deja con ganas de más. A nosotros nos ha llevado entre 4 y 5 horas completar todos los puzles, y ya sabéis que preferimos calidad antes que cantidad, pero eso no quita que hayamos echado en falta mayor desafío o, al menos, profundizar más en sus ideas. No es raro ver una idea nueva que se aplica en dos o tres niveles para luego no volver a utilizarse, y creemos que hay muchísimo potencial en todas ellas para llevar la aventura al siguiente nivel.
Descubriendo lo imposible
Además, Viewfinder envuelve sus puzles en una narrativa que, sin ser algo inolvidable, consigue ofrecer una historia entretenida que nos acompaña con acierto hasta el final. Eso sí, hay un montón de grabaciones de audio, tanto en forma de vinilos como de llamadas telefónicas, que requieren pararnos a escuchar, y que rompen el ritmo un poco. No queremos criticar por esto en concreto a un juego independiente, sino que es más una crítica a la industria, que se ha quedado estancada en ciertas fórmulas como las notas de texto y de audio como herramientas narrativas; herramientas que, en 2023, nos parecen un tanto desfasadas.
Visualmente, simplemente comentar lo artístico nos parece injusto. Gráficamente es un juego sencillo pero con personalidad, y que cuenta con ciertos entornos que nos han parecido memorables. Pero donde realmente brilla es en lo técnico, gracias a esa capacidad tan sorprendente de trasladar cualquier foto a cualquier escenario. Estamos seguros de que hacer que esto funcione tan bien ha sido una tarea titánica para el equipo, pero el resultado es fantástico. Además, está todo medido para que si, por ejemplo, destruimos el portal de teletransporte con una nueva foto, nos avise y podamos rebobinar. Porque, sí, podemos rebobinar en cualquier momento, algo muy práctico para poder reintentar los puzles.
Hablando de reintentar y pasando al sonido, hay un pequeño detalle que hemos encontrado bastante molesto. Si reiniciamos un puzle y hay una llamada telefónica, el teléfono va a sonar todas y cada una de las veces que reiniciemos el nivel, independientemente de si hemos escuchado ya la llamada o no, y las dos opciones es esperar a que deje de sonar o descolgar y volver a escuchar el mensaje. Son cosas menores que no empañan la experiencia, y la música, los efectos de sonido, y las voces –en inglés– están a muy buen nivel. La traducción a nuestro idioma, por su parte, correcta.
Un innovador cambio de perspectiva
En una época de juegos previsibles, que prácticamente puedes imaginarte de principio a fin con la primera pantalla, un título como Viewfinder es un soplo de aire fresco. Desde el primer momento en el que levantamos una foto y mágicamente se convierte en el escenario frente a nuestros ojos, hasta que vemos los créditos, Viewfinder es un título que nos deja constantemente con la boca abierta, sorprendiéndonos con nuevas ideas y sacándonos alguna que otra sonrisa con sus puzles más inteligentes, y eso es algo que no muchos juegos pueden decir. Siendo algo más críticos, le podíamos pedir algo más de dificultad (podemos contar con los dedos de una mano los puzles en los que nos hemos quedado pillados) y de profundidad (algunas de sus mecánicas apenas se aprovechan), pero a poco que os llame la atención la propuesta, os recomendamos que le deis una oportunidad.
Hemos realizado este análisis en PS5 con un código de descarga proporcionado por Plan of Attack.