Análisis de King's Quest - Chapter V: The Good Knight (PS4, Xbox 360, Xbox One, PC, PS3)
Todo viaje, al igual que la propia vida, tiene un principio y un final. En este último año y medio hemos acompañado al intrépido y carismático Rey Graham en multitud de aventuras, desde sus humildes inicios como aspirante a caballero hasta convertirse en un gran monarca y en todo un cabeza de familia. Nos hemos enfrentado a dragones, resuelto complejos puzles, participado en duelos de ingenio, rescatado princesas, salvado a nuestro pueblo y hemos presenciado cómo nuestro valeroso héroe ha crecido y madurado con el paso del tiempo.
Sin embargo, la historia de Graham llega a su fin con The Good Knight, un episodio tan extraño como atípico y tremendamente emocional en el que se tratan temas sorprendentemente maduros y humanos, como la vejez, la mortalidad, la aceptación de la muerte, la pérdida de seres queridos o el legado que dejamos a nuestros sucesores, rompiendo en muchos frentes no solo con el mundo de los videojuegos en general, sino con lo que hemos visto en los cuatro capítulos anteriores.
The Good Knight
Este último capítulo nos presenta a nuestro anciano protagonista deseando poder vivir una última gran aventura, incapaz de admitir que se le acaba el tiempo tal y como le indica un envejecido y desmejorado cuerpo que ya no es capaz de sostenerse en pie. Ante la preocupación de su nieta por su grave estado de salud, este decide contarle una de sus últimas historias para tranquilizarla y enseñarle una nueva lección que pueda servirle de ayuda en el futuro.
En ella, el viejo rey, ávido por vivir una aventura que no parece llegar, sale a explorar su reino para ver si hay alguien que necesite su ayuda o un nuevo misterio que resolver, aunque las cosas no tardarán en volverse un tanto difusas y desconcertantes a poco que avancemos. Os recordamos que gran parte de lo que aquí viviremos es el relato que el monarca le cuenta a Gwendolyn, pero a diferencia de los anteriores episodios, esta vez el débil estado de Graham provoca que su memoria falle más de la cuenta, tienda a irse por las ramas y nunca tenga del todo claro qué es lo que está contando.
Esto propicia una extraña pero muy efectiva narrativa que nos deja bien claro cómo el paso del tiempo ha afectado a nuestro héroe, quien padece graves lagunas mentales (representadas en forma de zonas en blanco) y no para de reescribir los hechos, equivocándose constantemente y teniendo incluso que ser corregido por su nieta, lo que da pie a sorprendentes situaciones que son toda una oda a los fans más veteranos de la saga.
Lejos de quedarse en un simple recurso narrativo, esto es algo que afecta también al desarrollo de algunos de los puzles con los que nos encontraremos, dándoles un toque de originalidad muy bien recibido capaz de sorprendernos de diversas formas. Hablando de rompecabezas, decir que aunque no sean especialmente difíciles sí que nos han obligado a pensar un buen rato y a fijarnos muchísimo en los pequeños detalles del escenario para resolverlos, ofreciéndonos un desafío lo suficientemente estimulante como para aportarnos ese sentimiento de satisfacción que tanto nos gusta cuando encontramos la solución al enigma que estuviésemos intentando descifrar.
Eso sí, os avisamos que aquí nos dan menos pistas y guías que nunca, por lo que la mayoría de las veces nos las tendremos que apañar para encontrar las pistas, averiguar las reglas del puzle e hilarlo todo para que las distintas piezas nos encajen. La capacidad de observación es especialmente importante en este episodio, así que fijaos bien en cada uno de los detalles de los escenarios.
La mala noticia es que el capítulo nos ha parecido demasiado corto (apenas llega a las tres horas de duración), por lo que casi no da tiempo a plantear muchos puzles y situaciones que aprovechen la febril memoria de Graham. Además, cuenta con un desarrollo muy lineal y un final que, en nuestra opinión, se siente demasiado acelerado y que no deja sensación real de cierre, por lo que tendremos que esperar al epílogo para terminar de salir de dudas en lo que respecta a cierta cuestión y así valorar adecuadamente esta conclusión.
Como podréis imaginar por la naturaleza del episodio, aquí casi no hay espacio para ese humor inocente y entrañable que había plagado las aventuras anteriores, por lo que el tono es mucho más serio, cercano, familiar y sentimental, algo que no se habría conseguido de no ser por la profunda conexión que los primeros cuatro capítulos nos han forjado tanto con la historia como con sus protagonistas. Esto es algo que se hace muy patente al visitar ciertos lugares y resolver determinados puzles, momentos en los que seremos muy conscientes del paso del tiempo y de lo que ha ocurrido con algunos de nuestros personajes favoritos, provocando un impacto emocional que pocos juegos han sido capaz de replicar en el jugador.
En lo que respecta a sus gráficos no hay mucho más que decir de lo que ya os hemos comentado en episodios anteriores: un diseño artístico fantástico, buenas animaciones, unos modelados detallados y unos escenarios de gran belleza. Técnicamente está lejos de aprovechar la potencia de las consolas actuales y no todas las texturas lucen igual de bien, pero audiovisualmente sigue siendo una obra muy atractiva.
El sonido, tal y como ya nos tienen acostumbrados, vuelve a ser sobresaliente, con una preciosa banda sonora que se adapta como un guante a todo lo que ocurre en pantalla, unos efectos variados y de calidad, y un doblaje en inglés de primer nivel (al igual que los textos, ya que siguen sin traducirse a nuestra lengua), donde tenemos que destacar la espectacular interpretación que realiza Christopher Lloyd (Doc en Regreso al Futuro) como el viejo Rey Graham, protagonista absoluto del episodio.
Conclusiones
King's Quest - Chapter V: The Good Knight es la conclusión de una de las historias más especiales, entrañables, únicas, completas, variadas y bien narradas de los últimos años. En The Odd Gentlemen no solo han sido capaces de revivir a un clásico para adaptarlo a los tiempos actuales, sino que han sabido trascenderlo para crear algo nuevo e inolvidable, pero igualmente fiel a su legado.
Y eso es precisamente lo que nos quieren enseñar los relatos de Graham: la vida es una aventura en sí misma en constante cambio y evolución, repleta de altibajos, de momentos tristes y de la felicidad más absoluta en compañía de nuestros seres queridos. Un cúmulo de historias que transmitir a las futuras generaciones y que nos harán pervivir más allá de la muerte en el legado que dejamos a las futuras generaciones.
Quizás este último capítulo no sea lo que muchos esperaban, ya que cambia radicalmente de tono y de planteamiento, y el hecho de que sea tan breve y que el final se sienta tan acelerado tampoco le hacen demasiado bien, pero eso no quita que nos hayamos emocionado descubriendo el final de la mágica historia de uno de los mejores monarcas que jamás conocerá la industria.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga para PlayStation 4 que nos ha proporcionado Activision.