Análisis de King's Quest - Chapter III: Once Upon a Climb (PS4, PC, Xbox One, Xbox 360, PS3)
Ser el rey de Daventry no es una tarea precisamente fácil, tal y como ya nos han demostrado en The Odd Gentlemen con los dos primeros episodios del reinicio de King's Quest. Y si no nos creéis, pedidle a Graham, su carismático monarca, que os cuente la historia de alguna de sus múltiples aventuras. Aunque nos gustaría recomendaros cualquiera en la que haya dragones implicados, el tercer episodio de este fantástico cuento nos ha convencido de que una misión de rescate para encontrar el amor predestinado también puede implicar una gran y cautivadora odisea que nadie debería perderse.
Dos princesas y un rey
Once Upon a Climb se desarrolla "varios años más tarde" de los sucesos del capítulo anterior, con un Graham más crecido y mucho más maduro que ha conseguido hacer de su reino un lugar mucho mejor en el que vivir, pero que, sin embargo, se siente solo y sin un alma gemela con la que compartir su dicha, hasta que un día el espejo mágico con el que se ganó el favor del anterior rey le muestra una misteriosa torre con la promesa de que allí encontrará al amor de su vida.
Lo que no le contó el artefacto mágico es que en esta mágica estructura encontraría a dos princesas, dejando a nuestro intrépido protagonista con la complicada tarea de descubrir cuál de ellas es realmente su media naranja, dando pie de este modo a una divertidísima aventura repleta de puzles y momentos memorables en las que tendremos que apañárnoslas para rescatar a Vee y Neese (las princesas) de su cautiverio al mismo tiempo que las vamos conociendo mejor.
Este capítulo sigue los pasos de sus predecesores tanto a nivel jugable como narrativo, alternando entre la narración del viejo y convaleciente rey (quien solo quiere vivir una última aventura antes de que le llegue su hora) y lo que ocurre en el presente.
La narrativa vuelve a convertirse en el punto fuerte del juego, ofreciéndonos una historia de cuento cautivadora y con unos personajes tan carismáticos como entrañables con los que conectaremos emocionalmente con gran facilidad.
Las dos princesas están muy lejos de ser las típicas damiselas en apuros y descubriremos que ambas son muy distintas entre sí, pero totalmente capaces y tan aventureras como el propio Graham (que, por cierto, la evolución que experimenta en este capítulo nos ha encantado y hace de él un personaje mucho más cercano), creando de este modo una relación interesantísima entre estos tres protagonistas. El resto de secundarios tampoco se quedan atrás, y tanto los viejos conocidos como los nuevos.
Todo esto no sería posible sin unas buenas conversaciones repletas del característico humor de la saga (sí, vuelven los chistes de juegos de palabras que tanto le gustan a nuestro rey), con momentos realmente delirantes que nos han hecho reírnos a mandíbula abierta, aunque dejando espacio también para algunas situaciones tan emotivas que han conseguido que nos demos cuenta de lo mucho que la historia nos ha implicado en lo que ocurre en ella. Evidentemente, tampoco faltarán varias dosis de acción para que el ritmo no decaiga y la palabra "aventura" cobre todo el significado posible.
Por otra parte, la jugabilidad vuelve a proponernos una aventura gráfica con muchas pequeñas decisiones que tomar y puzles más o menos fáciles de resolver (aunque siempre nos obligarán a pensar aunque sea un poco), aunque esta vez tendremos una estructura de avance que le ha hecho mucho bien y que elimina algunas de las principales quejas que podíamos tener de los dos episodios anteriores.
En vez de volver a ofrecernos un gran mapeado que nos obligue a dar cientos de vueltas de un lado para otro encontrando objetos y buscando qué hacer con ellos para emular aventuras gráficas tradicionales, esta vez se apostado por un enfoque algo más lineal. La torre donde están las princesas actúa como una especie de "mundo principal" y desde allí viajaremos a las distintas "fases" del capítulo. Esto ha permitido al estudio de desarrollo crear situaciones más variadas y puzles más elaborados en los que importa más usar la cabeza que simplemente encontrar el objeto de turno para utilizarlo con el elemento correspondiente del escenario, traduciéndose en un episodio más completo, redondo y con mejor ritmo.
De hecho, nos sentimos obligados a destacar cómo se vuelve a usar la propia narrativa para crear situaciones únicas y muy originales, tal y como demuestra el mismo inicio del capítulo, con un puzle en el que entra en juego el hecho de que el viejo rey Graham no se acuerda muy bien de los hechos y tiene que empezar la narración varias veces modificando ligeros detalles para adaptarlos a lo que realmente sucedió y darnos así las herramientas necesarias para avanzar.
Llegar hasta el final nos llevará unas cinco horas fácilmente, siendo este el episodio más largo de todos los que hemos jugado hasta el momento, así como el más satisfactorio y variado, aunque seguimos echando en falta una mayor importancia y trascendencia de nuestras decisiones pasadas. Las que tomamos en este capítulo (a excepción de una de ellas que ya os podréis imaginar cuál es) tampoco tienen un gran impacto en la trama, aunque sí tenemos que decir que nos ha gustado mucho comprobar cómo casi cualquier cosa que hacíamos o decíamos acababa traduciéndose en alguna conversación única o comentario cómico al respecto, ayudando a darle coherencia al conjunto.
Visualmente seguimos sin tener quejas del trabajo conseguido por The Odd Gentlemen, gracias a un apartado artístico deslumbrante con el que se imita perfectamente una película de animación clásica. Sí, hay algunas texturas y ciertos elementos de los escenarios que podrían estar un poco mejor, pero el resultado que se ha conseguido es, cuanto menos, sobresaliente. Mención especial a las animaciones de los personajes, fluidas y expresivas como ellas solas.
El sonido tampoco se queda atrás gracias a una preciosa banda sonora orquestal puesta al servicio del juego para así acompañar y amoldarse con maestría a todo lo que vemos en pantalla, algo que se ve realzado por la magnífica utilización de los efectos (muy musicales en su mayoría), con los que se ha conseguido que hasta la más simple de las escaladas o de los paseos se convierta en toda una experiencia audiovisual, fusionando imagen y sonido como pocos títulos han sido capaces. Finalmente, volvemos a disfrutar de un doblaje (en inglés, al igual que los textos) de primer nivel y repleto de voces famosas y actores de renombre, con un reparto encabezado por el carismático y veterano Christopher Lloyd (Doc en Regreso al Futuro).
Conclusiones
King's Quest - Chapter III: Once Upon a Climb nos ha cautivado de principio a fin. Se trata de un episodio emotivo, bien escrito, con una narrativa exquisita, con mucho humor, repleto de situaciones únicas y memorables, y con un reparto de personajes fascinante. Puede que el tiempo que pasa entre que se lanza un episodio y el siguiente sea demasiado largo, pero con capítulos como este nos queda claro que la espera merece la pena. Y mucho.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga para PlayStation 4 que nos ha proporcionado Activision.