Análisis de Her Majesty's SPIFFING (PS4, Switch, PC, Xbox One)
Las aventuras gráficas siempre han tenido un lugar privilegiado dentro del mundo de los videojuegos. Han sido, durante años, un género especial, con el muchísimos jugadores se iniciaron en el ocio electrónico y el cual ha albergado algunas de las más interesantes obras -muchas de ellas punteras e indispensables para entender esta afición e industria-. En los últimos tiempos hemos asistido a un considerable resurgimiento, con nuevas entregas, remasterizaciones de clásicos e incluso, algún que otro intento original.
Her Majesty's Spiffing llega a nosotros como un título muy pequeño, que no intenta revolucionar el género ni mucho menos, pero que proporciona una curiosa visión y añade una particular capa de humor y sátira que le sienta genial a un tipo de videojuego que había estado olvido por el gran público.
Auge y caída del Imperio Británico
2016 ha sido un año especialmente convulso a nivel político para el Reino Unido, y este es precisamente el punto de partida para Her Majesty's Spiffing. Ante la incertidumbre social y la falta de gobierno -o mejor dicho, el desgobierno del Primer Ministro- y tras los resultados de las urnas vistas en el Brexit, la Reina Isabel II decide poner cartas en el asunto y enviar a la clase política bien lejos, disolver las cortes y comenzar a refundar el Imperio Británico más allá de las estrellas con una arriesgada misión espacial.
De esta forma, y a bordo de la Imperialise 2, asumiremos el control del Capitán Frank Lee English, que estará acompañado por el lugarteniente Aled Jones en el honorable encargo de garantizar el futuro de la Commonwealth.
No os engañaremos: Her Majesty's Spiffing es un videojuego que orbita alrededor de las más variadas costumbres británicas, parodiándolas hasta convertirse en el leitmotiv más sólido del juego, impregnando el argumento y solidificándose a cada diálogo y situación. Es un point-and-click de manual, y encontraremos sendos chascarrillos cada vez que interactuemos con un objeto o con nuestro compañero de aventuras, descarriándonos en apenas segundos de la supuesta seriedad de la misión.
El dúo -que nos ha recordado a formado por Wallace y Gromit- sustenta absolutamente todo el juego, ofreciéndonos más que una simple dupla cómica: son, como las costumbres y tradiciones citadas más arriba, el verdadero núcleo. Su amistad, su situación laboral y sus dimes y diretes, nos ayudarán a resolver puzles, comprender más del desarrollo del juego o las mecánicas que iremos descubriendo y dominando conforme vayamos avanzando.
Billy Goat Entertainment de esta forma, hilvana un argumento tan disparatado como lleno de guiños a la cultura pop -en los primeros minutos, si sois aficionados al cine encontraréis referencias a Alien, Jurassic Park, Moon o Star Wars- y los videojuegos -si afináis la vista podéis hallar un divertido homenaje a Half-Life 3 o disfrutar con las sornas alrededor de Resident Evil o Mass Effect-, mientras, de soslayo y de forma directa -reparte a diestro siniestro- critica la incertidumbre política de rabiosa actualidad que azota las islas británicas.
Puzles, desafíos y muchos diálogos
Her Majesty's Spiffing gira alrededor de determinados desafíos en forma de rompecabezas, los habituales del género, en el que tenemos que escoger objetos, buscar y escudriñar escenarios y habitaciones y dar con la clave o la combinación correcta que nos permita avanzar o resolver ese pertinente atasque. No hablamos de un título complicado, ni mucho menos, pero sí nos invitará a que prestemos atención a cada diálogo o pista que se vislumbre en una conversación o el propio escenario.
Desde preparar una taza de té -el juego nos ayuda así a comprender de qué manera se maneja el inventario- a resolver un problema informático o pilotar la nave -en una secuencia hilarante al comienzo de la aventura-, pasando por explorar un planeta inhóspito, el juego sabe dosificar sus bondades, brindándonos incluso la posibilidad de resolver alguno de los rompecabezas con cierta libertad, desencadenando en resultados distintos en la historia -si bien, de una manera u otra, volveremos al argumento original sin cambios evidente-, ofreciéndonos cierta variedad en el desarrollo.
No es un videojuego muy largo -en apenas cuatro horas podemos terminarlo sin demasiado esfuerzo-, por lo que, como recomendación, os invitaríamos que disfrutéis de cada diálogo y situación en el juego, porque de otra manera lo cierto es que puede acabar por convertirse en una experiencia efímera. En cualquier caso, repetimos, es un título muy disfrutable, se juegue en pequeñas sesiones o en un único atracón.
Un apartado visual con alguna pega
Her Majesty's Spiffing es un juego con un diseño artístico muy cuidado, netamente inglés en todos y cada uno de sus poros virtuales, desde un personaje principal que podría ser un policía de Scotland Yard -llevando al máximo el estereotipo más clásico- a una nave espacial que es, literalmente, un Mini Cooper con cohetes a sus espaldas.
Diseñado y programado alrededor del motor Unity, el juego tiene cierta personalidad, pero adolece de algunos fallos -al menos en la versión de PlayStation 4, la cual hemos analizado-, como un molesto tearing que dividirá la pantalla constantemente en algunas secuencias y momentos jugables. La sonorización del juego, con melodías y efectos especiales varios, así como con el cuidadísimo doblaje -con acento inglés, como no podía ser de otra manera- roza el excelente. Está traducido al castellano a nivel de textos, tanto en diálogos como en interfaz.
Conclusiones finales
Her Majesty's Spiffing es un título original, que sustenta casi todas sus bondades, alrededor de un humor muy británico. Los diálogos entre los protagonistas marcan la mecánica y el desarrollo del videojuego en todo momento, ofreciéndonos una constante alimentación en puzles y mecánicas, que consiguen que estemos pendientes a los chascarrillos y bromas de cara a las futuras soluciones que puedan venirnos a la cabeza. Su argumento es loable -si bien parece que abre la puerta a continuaciones en un futuro-, y su personalidad, incuestionable.
No obstante, hablamos de un título muy corto -en tres o cuatro horas podemos finalizarlo- y que adolece de algunos problemas técnicos, al menos en su adaptación a consolas. Si amáis el género de aventura gráfica -si bien hay ciertas diferencias que podrían acercarlo algo más a los resultados de Telltale Games-, adoráis la hora del té y la Commonwealth y buscáis un videojuego original con el que pasar un buen rato, no lo dudéis ni un segundo.
Hemos analizado este título en su versión para PlayStation 4 gracias a un código para descarga digital facilitado por BillyGoat Entertainment.