Análisis de Hellblade: Senua's Sacrifice (PS4, Xbox One, Xbox Series X/S, PC)
Ninja Theory es un estudio que después de dejarnos tres juegos de un presupuesto notable –Heavenly Sword, Enslaved: Odyssey to the West y DmC: Devil May Cry– se ha pasado a lo que llaman "triple A independiente", autofinanciándose y trabajando con un equipo pequeño (con unas 15-20 personas de media) para lanzar un juego sin limitaciones creativas.
Hablamos de Hellblade: Senua's Sacrifice, inicialmente confundido con una secuela de Heavenly Sword con una Kai adulta como protagonista, pero que resultó ser un juego totalmente nuevo, aunque no nos extrañaría que adaptaran una historia pensaba para la secuela del juego de Sony. Tras varios años de desarrollo y algún que otro retraso, la primera aventura de Senua llega por fin a PlayStation 4 y PC para sumergirnos en un oscuro mundo donde la realidad y la ficción se confunden.
Camino al Niflheim
Hellblade: Senua's Sacrifice es un juego de exploración y acción, donde la historia es el pilar principal de la aventura. En el controlamos a Senua, una guerrera celta que se sumerge en territorio vikingo, en una lucha contra los dioses de la mitología nórdica y contra sí misma; en una aventura por recuperar a una persona que le fue arrebatada.
Uno de los principales factores que condicionan la narrativa es el hecho de que Senue sufre psicosis –que no tenemos que confundir con ser psicópata–, lo que le causa alucinaciones y delirios, y elimina la barrera entre la realidad y la ficción. La psicosis de la protagonista no sólo es importante para la historia, sino también para la jugabilidad, ya que nos llevará a modificar los entornos y a alterar su apariencia, aunque profundizaremos en esto más adelante.
Con Hellblade: Senua's Sacrifice Ninja Theory ha querido contar una historia por encima de todo, y crear un mundo en el que nos sintamos inmersos. La historia nos ha parecido muy interesante por cómo mezcla los problemas de una persona con psicosis y la mitología, y cómo usa los elementos culturales de la época para representar problemas que siguen presentes hoy en día. Es un juego cargado de simbolismo, y que requiere que el jugador ponga de su parte para involucrarse en la historia. Queremos dejar esto claro porque sin la historia, es un juego correcto, que entretiene pero que no destaca.
Historia aparte, en este título hay mucha exploración. Los escenarios guardan unas piedras con runas grabadas que nos servirán para conocer diferentes historias de la mitología nórdica –algo muy educativo– e ir presentándonos el trasfondo de la aventura de Senua. Son una especie de coleccionables, y aunque la mayoría de ellas están bastante a la vista, nos incitan a explorar y a extender la duración de la partida, que en nuestro caso se ha ido a unas 7 horas. Sobre la duración, hay que mencionar que el juego tiene un sistema de muerte permanente que nos obligaría a reiniciar si Senua sufre demasiado daño, y que se marca como esa "infección" que le sube por el brazo derecho. En nuestro caso ni nos hemos acercado a esa permadeath en el modo de dificultad "Automático", que ajusta la complejidad a cómo jugamos.
También hay puzles, que juegan con la exploración y la perspectiva. Básicamente nos obligan a ver un determinado elemento desde un determinado ángulo, y para ello tenemos que encontrar el camino adecuado. Para encontrar el camino también tenemos que resolver puzles, ya que se ocultan tras unas especies de portales que modifican el escenario al cruzarlos. No son los puzles más innovadores del mundo, pero están bien planteados, son interesantes de resolver y encajan en la temática.
El otro elemento a tener en cuenta es el combate, que si bien cumple su función, nos ha dejado un poco fríos, sobre todo conociendo el historial de Ninja Theory. Hellblade: Senua's Sacrifice apuesta por un estilo más realista, donde bloquear y esquivar son los pilares principales. Podemos encontrarnos con bastante enemigos a la vez, lo que nos obliga a tener que aprender a movernos rápido, contraatacar, esquivar y usar la "concentración", una habilidad para ralentizar el tiempo.
Aunque la narrativa une todos los elementos de la jugabilidad, sí que creemos que el ritmo es mejorable, y que a veces sus secciones están demasiado delimitadas. A veces parece que la estructura es un poco "ahora toca puzle, ahora toca pelea", y contrasta con otros momentos en los que el ritmo es genial y el juego nos absorbe por completo.
El arte de Ninja Theory
Si algo destaca el estudio de Cambridge es por su increíble dirección artística, con Alessandro Taini a la cabeza. Hellblade: Senua's Sacrifice es un juego más oscuro que sus títulos anteriores, pero tiene una grandísima fuerza audiovisual, imprescindible para representar todo lo que envuelve a Senua en su aventura. La dirección artística en este caso también es muy interesante, sobre todo por cómo intenta representar las visiones derivadas de la psicosis.
Este título incluye, además, un documental de 25 minutos sobre la investigación hecha por Ninja Theory sobre la psicosis (que os animamos a ver), y cómo proyectan en el juego las experiencias de personas reales que conviven con la enfermedad. Desde colores que se iluminan a la realidad rota como una foto, pasando por visiones o pura oscuridad, la realidad del juego sólo se entiende si entendemos la realidad de Senua.
Punto y aparte en este caso para el sonido. El trabajo realizado para llevar las voces en la cabeza de Senua a la nuestra es genial, y os recomendamos jugar con auriculares para disfrutarlo al máximo. Escucharemos voces que nos hablan desde todas partes, que nos dan consejos opuestos, que nos animan y que nos humillan, que nos dan la enhorabuena y que se ríen de nosotros. Claro que en nuestra mente también hay voces que nos quieren ayudar, y tendremos que saber a cuáles escuchar para que nos guíen en un juego donde no hay tutoriales ni interfaz.
Para ser una producción "pequeña", el trabajo audiovisual es impresionante, con gráficos que muchas veces rozan lo fotorrealista, un trabajadísimo aspecto sonoro y musical, y una actuación digna de elogio, teniendo en cuenta que la actriz que interpreta a Senua no es profesional, sino la editora de vídeo de Ninja Theory. Y es que algunas veces la falta de presupuesto se nota, y está claro que el estudio ha tenido que recortar de aquí y de allí, pero el resultado es notable.
Comentar también que si jugamos en PlayStation 4 Pro podemos elegir entre dos modos, uno a mayor resolución y a 30 frames, o uno a menor resolución y a 60. No sabemos qué resolución es exactamente en cada modo, pero el de mayor resolución se ve genial en una tele 4K. El modo a 60 ofrece una bajada de resolución notable a simple vista, pero no se ve mal y es ideal para los que prefieran un mayor framerate. También tenemos un modo foto algo simple, pero que cumple con su función (aunque en el modo de alta resolución tiene un bug un tanto molesto, que seguro que no tardarán en corregir). Nos llega, dicho sea de paso, con subtítulos en castellano.
El sacrificio de Senua
Hellblade: Senua's Sacrifice es un juego que se disfruta mucho por su universo y su historia y por cómo consigue sumergirnos en su mundo, pero que no destaca por su jugabilidad. No es un juego que vayamos a recordar por sus puzles o sus batallas, sino por las imágenes que nos deja y por cómo nos transporta a la cabeza de Senua. Es un juego en el que tenemos que ponernos los auriculares y dejar que nos absorba.
Es innegable que la ambición de Ninja Theory era más grande que su presupuesto y a veces se le notan las costuras, pero aun así creemos que Hellblade: Senua's Sacrifice gustará a los que hayan disfrutado con las anteriores obras del estudio; al menos con las historias que contaron. Aun con sus carencias, creemos que los británicos han salido airosos de su aventura independiente, y lo han hecho atreviéndose a crear conciencia sobre una realidad tan invisible para la sociedad como son las enfermedades mentales.
Hemos realizado este análisis con un código proporcionado por Ninja Theory en su versión para PS4 Pro.