Análisis de GNOG (PS4, PC)
Los juegos para los dispositivos de realidad virtual tienen, en cierto modo, la "obligación" de ofrecernos mecánicas innovadoras que no serían posible en en una pantalla tradicional. Pero ¿y si en su lugar se limitan únicamente a estimular nuestros sentidos de maneras imposibles en fuera de la realidad virtual? Pues, como demuestra GNOG, ésta puede ser una idea tan buena como cualquier otra.
GNOG, de hecho, es un juego que podemos disfrutar tanto en nuestro televisor como en nuestra PlayStation VR, pero cuando nos ponemos las gafas todo cambia por completo.
Las mecánicas son exactamente las mismas, pero cómo nos envuelve y nos sumerge en el extraño y colorido mundo que ofrece cambia totalmente la experiencia.
Volviendo a ser niños
GNOG es un juego de puzles que nos transporta a un extraño mundo de monstruos con forma de juguetes; más concretamente, estos "centros de actividades" para niños pequeños que lo mismo tienen puertas que botones, que teléfonos, o que teclados musicales con animales. Casi como si fuésemos niños, tenemos que descubrir cuál es la solución al problema que se nos plantea interactuando con este colorido y monstruoso juguete.
Se trata de uno de esos títulos totalmente intuitivos en los que no necesitan explicarnos nada, donde aprendemos a base de probar e interactuar, pero donde todo tiene una lógica que nos permite averiguar las soluciones. Creemos que la idea está ejecutada excepcionalmente bien, haciendo que el jugador se sienta recompensado y disfrute trasteando con el "monstruo" que se le pone delante. Por eso decimos lo de "volver a ser niños", porque cada puzle es una especie de juguete con secretos por descubrir.
Las interacciones son casi tan básicas como las de los mencionados juguetes: botones que pulsar, palancas que arrastrar y puertas que abrir. Podemos rotar a la criatura para ver sus laterales, y darle la vuelta para interactuar con su parte trasera, donde se desarrolla normalmente gran parte de puzle. Con lo que tenemos tendremos que averiguar cómo ayudar a los personajes, que van desde un pájaro intentando alimentar a sus crías al dependiente de una tienda de chucherías que necesita nuevos productos.
No hay dos puzles iguales, y aunque obviamente comparte las mecánicas, todos son muy originales en su propuesta, y cada uno tiene una apariencia diferente. Es un juego que te incita siempre a progresar, que te da siempre la información necesaria para saber cuál es el siguiente paso que tienes que dar (aunque tengamos que buscarla) y que te deja con curiosidad de saber cuál será el siguiente puzle.
No todo podía ser perfecto, claro, y GNOG tiene una carencia notable: su duración. GNOG dura unas dos horas y una rejugabilidad prácticamente nula salvo que quieras encontrar los secretos, que a su vez, nos darán trofeos. Es cierto que tiene un precio bastante ajustado, 14,99 euros, pero entendemos que para muchos usuarios la duración tenga bastante peso.
Tampoco es demasiado difícil, y los expertos en puzles no van a encontrar aquí ningún desafío. De todos modos, nos da la sensación de que KO_OP, el estudio desarrollador, ha querido acentuar el descubrimiento por encima del desafío. Es un juego que se disfruta cuando por el mero hecho de interactuar y ver qué hace cada botón o cada palanca más que por tener ante nosotros un puzle que necesite un esfuerzo metal notable para resolverlo. Este enfoque fomenta el dinamismo, evitando que nos quedemos pillados en una prueba, algo nada divertido en VR.
Envueltos en un mundo absorbente
En lo técnico, GNOG es muy sencillo, pero su apartado audiovisual hace un trabajo brillante a la hora de envolvernos en la realidad virtual. Las pantallas negras durante bastante tiempo o los tiempos de carga innecesariamente largos, algo que hemos criticado en otras muchas ocasiones, no existen en absoluto, y una vez que estamos dentro, estamos dentro. GNOG no nos deja salir, y creemos que eso es parte fundamental de la realidad virtual.
El estilo artístico, aun simple, funciona genial y los colores llaman nuestra atención, una vez más, como si fuéramos niños. Todo está estupendamente animado, con sutiles pistas visuales para ayudarnos a ver las piezas claves del puzle. Además, la música de Ramsey K. hace un trabajo sensacional acompañando nuestra exploración. Obviamente, todo esto permanece cuando jugamos en la televisión, pero en realidad virtual la inmersión es mucho mayor y todo lo audiovisual se acentúa.
Puzles con encanto
GNOG nos ha encantado. Es un juego que nos ha cogido, nos ha atrapado, y no nos ha soltado hasta que lo hemos terminado, y además lo ha hecho dejándonos una sonrisa. Es de agradecer que funcione tanto en realidad virtual como sin ella, pero os podemos decir que como lo hemos disfrutado en PlayStation VR no lo hemos disfrutado en el televisor. Aun así, si os atrae y no tenéis el casco, sigue siendo una buena opción.
Como ya hemos dicho, su mayor carencia es la duración y la falta de rejugabilidad más allá de los trofeos y los secretos, pero su precio no es demasiado elevado. Tampoco es demasiado complejo, pero creemos que la idea del estudio era más hacernos descubrir, hacernos sentir lo que siente un niño jugando, más que intentar que nos partiésemos la cabeza para encontrar una solución. En general, es un título divertido, original y con mucho carisma, de esos que no te arrepientes de jugar.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado Double Fine Productions.