Análisis de Extreme Exorcism (PS4, Xbox One, PC, Wii U, PS3)
Los títulos indie, entre otras muchas cosas, han destapado una moda por la estética, jugabilidad y encanto 2D de la que muchos usuarios estamos muy agradecidos. Gracias a este nuevo modelo de distribución y negocio, muchos usuarios (especialmente los más veteranos) hemos podido degustar títulos realmente impagables y destacados.Extreme Exorcism es otro de los miles de ejemplos de esto mismo, obra que además presenta un nivel de adicción pocas veces disfrutado en los últimos meses. Y eso que su planteamiento es tremendamente simple.
Esta producción de Golden Ruby Games presenta un peculiar sistema de juego, el cual nos obliga a eliminar a fantasmas y entes de colores que habitan las diferentes dependencias de una casa encantada y sus alrededores.
Pero lo mejor es que en lugar de hacerlo de forma relativamente convencional, en esta ocasión es necesario acometer dicha labor memorizando cada uno de nuestros movimientos.
Adicción 8 bits
Como Mae Barrons, debemos adentrarnos en una mansión encantada que consta de diez estancias o áreas distintas: cementerio, cocina, biblioteca, jardín… Pero lejos de ser una visita guiada, nuestro cometido es acabar con los espectros que pueblan cada una de las zonas, siendo necesario acabar con ellos en sucesivas rondas. Y la forma de hacerlo es sencilla, ¡dándoles caña con todo tipo de armas!
Lanzacohetes, ametralladoras, cuchillos y demás elementos que podemos ir recogiendo (es posible sostener tres a la vez) causan estragos entre los adversarios, los cuales van moviéndose de un lugar a otro de los escenarios… pero de manera particular. Y es que la principal innovación que presenta este título en comparación con otros similares estriba precisamente en el movimiento de los fantasmas, ya que éstos emulan exactamente los movimientos que realizamos en la última tanda.
Por eso mismo y dado que los entes recorren la misma ruta establecida por nuestro protagonista, debemos memorizar en la medida de lo posible lo que vamos haciendo en cada caso y, también, trazando una estrategia para no caer en nuestra propia trampa.
Pero las cosas se animan mucho más cuando entran en juego el resto de los participantes que pueden darse cita en cada velada de caza-fantasmas tan particular. Hasta cuatro jugadores pueden colaborar de manera local en el modo de juego principal, Arcade, alcanzándose tintes de locura escalofriantes cuando los cuatro fantasmas de cada uno de los jugadores salen a la palestra. Además sólo superamos el nivel cuando acabamos con el espectro que porta una corona, por lo que es necesario estar muy atentos a todo lo que sucede en imagen para no acabar en el cementerio.
Un sistema de juego tremendamente sencillo pero que da vida a unos momentos realmente vibrantes. Este título sabe bien cómo poner en jaque nuestros reflejos, agudeza visual y también la memoria, algo de lo que no muchos otros títulos parecidos pueden presumir. Y a esto se añade un sistema de control tan simple que casi da risa, siendo una de esas producciones que pueden ser disfrutadas por casi cualquier tipo de usuario, independientemente de su nivel de habilidad, edad y demás características. Otro valor seguro para esta aventura.
Para añadir más vida al asunto, cada una de las zonas de juego posee un diseño diferente y ciertos elementos únicos como rebotadores, plataformas móviles, fuego, etc. Estos elementos suman todavía más vidilla al desarrollo de cada cacería espectral, existiendo zonas más complicadas y enrevesadas que otras, como mandan los cánones del género. Y para terminar, también es posible recoger power ups especiales que van dejándose ver de vez en cuando en los decorados como por ejemplo el Exorcismo, objeto que al margen de dotar de alas a sus poseedores es capaz de eliminar a los espectros dentro de un área de acción determinada.
A todo esto que os acabamos de explicar se añaden un par de modos de juego adicionales. Por un lado está el modo Challenge, el cual nos invita a superar pruebas bajo determinadas reglas y armas. Muy de la vieja escuela, se trata de una modalidad que puede mantenernos enganchados durante semanas simplemente por aquello de superar una y otra vez nuestras puntuaciones y mejorar nuestra habilidad. Y luego nos encontramos con la modalidad clásica Deathmatch, una locura competitiva donde debemos fulminar al resto de nuestros amigos en un frenesí de disparos y emoción para cuatro participantes.
Por lo tanto y sin ser el título más profundo ni absorbente del panorama indie, esta creación de Golden Ruby Games sabe bien cómo entretener y, sobre todo, cómo reunir a múltiples jugadores en la misma sala. Y es que el modo multijugador se convierte en el gran reclamo de este título, ya que jugando en solitario pierde bastante, al menos en nuestra opinión. Algo que suele ocurrir con muchos juegos que cuentan con un planteamiento similar.
Para concluir, en lo relacionado con la faceta técnica se trata de un título que emula lo disfrutado en la era de los 8 bits, con personajes bien recreados y animados pero terriblemente pixelados. Es uno de esos juegos que resultan relativamente agradables de observar, si bien ciertos fondos nos han parecido demasiado sencillotes y, en ocasiones puntuales, jugando en multijugador cuesta discernir lo que sucede en pantalla.
Esta simplicidad visual queda respaldada por un apartado sonoro sencillo pero lo suficientemente contundente, al menos en lo que respecta a los efectos de sonido. Las melodías son algo más normalitas, muy genéricas, pero tampoco acaban resultando molestas ni cansinas.
Conclusiones
Adicción cooperativa y competitiva en un marco clásico plataformero de inspiración 8 bits. Esa es la oferta que nos ofrece este nuevo título descargable que posee una sencillez sin igual pero que puede acabar siendo más absorbente de lo que parece. Lo que pasa es que si jugamos en solitario, el título pierde gran parte de su atractivo. Ideal para sesiones de tarde-noche rodeados de amigos.