Análisis de Bendy and the Ink Machine (PS4, PC, Switch, Xbox One)
Los juegos independientes de terror se han hecho bastante populares en los últimos años en parte por el fenómeno youtuber; funcionan bien durante los directos y permiten que el público interactúe más con los comentarios. Bendy and the Ink Machine es uno de los últimos juegos en sumarse a esta moda, y lo hace con su propia personalidad –al menos en cuanto a ambientación-.
La historia nos pone en la piel de Henry, un antiguo animador jefe de Joey Drew Studios, compañía creadora de un personaje que se haría muy famoso, Bendy –a medio camino entre el Mickey Mouse clásico y Felix el gato-. Años después de dejar su trabajo, Henry recibe una extraña invitación de Joey Drew para que vuelva al estudio. Allí comprobaremos que no todo es tal y como lo recordábamos, con un misterio casi de pesadilla.
La obra de Joey Drew Studios Inc. en su núcleo es muy tradicional: estamos ante el típico juego de exploración con ligeros puzles. La principal diferencia respecto a decenas de lanzamientos del estilo es que no transcurre en un antiguo caserón abandonado; nuestros primeros pasos nos llevan por un pintoresco estudio de animación. Eso no significa que no esté plagado de tópicos del género, porque el propio edificio se encuentra en un estado ruinoso, pero al menos puede jugar con escenarios que se alejan de situaciones vistas en mil ocasiones: hay un estudio de grabación de sonido, las mesas de dibujantes, proyectores que emiten dibujos animados clásicos, una zona similar a una fábrica, etc.
Estos puzles son en general bastante básicos, no mucho más elaborados que lo visto en un Resident Evil. La mayoría consiste en obtener ciertos objetos que activan un mecanismo o motor, o localizar palancas e interruptores dispersos por la zona. El primer episodio, por ejemplo, transcurre en los despachos principales, y es lo suficientemente grande como para que tardemos varias vueltas en aprender cada rincón o habitación útil. Sirve de tutorial para aprender lo básico en cuanto a pequeños saltos e interacción con objetos, y si activamos las pistas el juego nos aconsejará nuestro siguiente paso.
A medida que avanzamos por los capítulos se hace un poco más complejo, más tétrico y añade nuevas características, como el uso de armas blancas para defenderse de enemigos –o romper puertas con tablas de madera en el caso del hacha-. El combate es simplemente pasable, las criaturas caen con un par de golpes y no requieren ninguna estrategia más que evitar ser rodeado, pero al menos da un poco de variedad al ritmo de juego que, en muchos tramos, no consiste más que en localizar los objetos que nos piden. No obstante, los últimos episodios se basan más en la acción que en un buen diseño de niveles, lo que puede decepcionar a los jugadores que prefieran la ambientación sugerente del inicio.
¿Es un juego de terror? Pues al menos tiene pequeños toques, por las situaciones retorcidas y, en concreto, esos sustos baratos que están pensados para hacerte saltar de la silla si estás muy metido en su mundo. Puede ser un objeto que cambia de sitio, un cartel que se mueve detrás de una esquina o algún accidente repentino. Lamentablemente la época del terror con ingenio y casi subliminal de los survival horror de los 90 y principios de los 2000 se ve en pocas ocasiones; es mucho más fácil tirar de sobresaltos por imágenes o sonidos.
Nada de esto sorprenderá a los jugadores habituados a estas producciones, y es que Bendy and the Ink Machine tampoco busca innovar a nivel jugable. No es una mala experiencia, y sin embargo tiene ese "pero" de no sobresalir en ningún apartado: los puzles muy simples, la acción casi innecesaria y el terror anecdótico. Si el conjunto suma es en parte por lo comentado al inicio: lo peculiar de su mundo.
La propia temática de este estudio de animación se inspira en la estética de los dibujos clásicos, así que en todo momento tenemos la sensación de estar en una propia película. Las texturas simulan el trazo del lápiz, hay objetos con rectas inclinadas y la tinta protagoniza abundantes eventos. Además, como se puede comprobar por las imágenes, el juego tiene un color sepia que recuerda al de película vieja, y la música o los efectos de sonido imitan estas producciones. En definitiva, sabe aprovechar las limitaciones técnicas para ofrecer algo llamativo.
Pese a este punto a favor de su inspiración artística, el rendimiento del juego es bastante mejorable. No se siente fluido y hemos comprobado que faltan algunos efectos presentes en la versión de PC –que además puede conseguir una tasa mayor de imágenes por segundo- como desenfoques –de movimiento y de campo- o una iluminación más cuidada. Tratándose de un juego muy modesto en el apartado técnico, claramente se podía pedir una versión más pulida en consolas.
El juego incluye textos en español, aunque os advertimos de algunos errores, unos tipográficos –fuentes utilizadas que no incluyen tildes- y de traducción que nos hacen pensar que se ha tirado de un traductor automático.
Conclusiones
Bendy and the Ink Machine es el juego de terror y puzles típico de la nueva era independiente, y no trata de ocultarlo. A diferencia de otras propuestas no caerá rápidamente en el olvido gracias a que la ambientación es interesante, sus personajes resultan curiosos y al menos durante nuestra primera partida vamos a querer saber cómo termina.
Evidentemente existen alternativas mucho mejores dentro del género y la más obvia debería ser Resident Evil 7, que es a todos los efectos una versión mejorada de las mecánicas que encontraremos aquí.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 Pro con un código de descarga que nos ha proporcionado Dead Good Media.