Análisis Aztech Forgotten Gods, una línea temporal desaprovechada (PS4, PC, Xbox Series X/S, PS5, Xbox One, Switch)
La escena del desarrollo de videojuegos en América Latina ha seguido creciendo en los últimos años y eso es una fantástica noticia, porque significa que tenemos cada vez mayor variedad cultural en lo que a representar un videojuego se refiere. Ese sello diferenciador se notaba ya en propuestas como las de Mulaka, una aventura basada en las civilizaciones indígenas del norte de México que tuvo buena acogida. Ahora llega el turno para Aztech Forgotten Gods, el nuevo juego del estudio Lienzo, que se ha propuesto continuar con esa misma temática pero planteada en un universo futuro muy distinto.
El estilo de aventura tridimensional de Lienzo recuerda enormemente a los juegos de la era 128 bits, a clásicos como Beyond Good & Evil, y emular esa época con un imperio azteca futurista con ideas de Gravity Rush es una premisa atractiva. Ahora que hemos podido jugarlo a fondo lo vemos una oportunidad muy desaprovechada, lamentablemente, pero pasemos a comentar cuáles son los fallos y los aciertos en este interesante nuevo desarrollo de la industria independiente mexicana.
Una Tenochtitlán cyberpunk
El prólogo de Aztech Forgotten Gods empieza de forma prometedora, narrando una línea temporal en la que el Imperio Azteca sobrevive a la devastadora conquista del Viejo Mundo y se reconstruye como una civilización con su identidad intacta. Los avances científicos hicieron que Tenochtitlán se convirtiera de nuevo en una importante capital a la vanguardia tecnológica, provocando que poco a poco fuese olvidando su pasado religioso, y con ello a los dioses antiguos. Desde ese nuevo comienzo llegamos a una Tenochtitlán futurista que mezcla las ruinas mexicas con una estética cyberpunk, lo que no solamente servirá como trasfondo sino que será el propio escenario en el que tenga lugar.
Este trasfondo, sin embargo, se ve rápidamente empañado por algunas de las torpezas a nivel de diseño, mecánicas y narrativa. La jugabilidad es la de un título de acción en 3D que presenta a su protagonista femenina, Achtli, como una heroína con un guante mecánico llamado Guardaluz, una suerte de artefacto antiguo relacionado con ese pasado azteca. El mayor de los inconvenientes viene del control del personaje, tanto por sus movimientos como por los de la cámara, que serán una caótica constante a lo largo del juego debido a su mal funcionamiento. Los únicos momentos en los que el control del personaje es sólido son cuando estamos en el suelo, pero la mecánica principal que tiene el Guardaluz es la de servir como propulsor, haciendo que juguemos suspendidos en el aire. La otra mecánica que responde de manera aceptable es la de engancharse a unos raíles de desplazamiento.
El propio tutorial que nos introduce estas mecánicas ya está especialmente poco trabajado y muestra que el personaje no se controla bien, pero tampoco mejora mucho cuando por fin tenemos todas las habilidades desbloqueadas y podemos movernos con libertad por el mapa. La ciudad de Tenochtitlán está accesible como un enorme escenario vertical, quizás hasta demasiado ambicioso, que si bien nos ha gustado como idea no funciona como debería en la práctica. Algunos de los mejores elementos del diseño están de hecho en la propia ciudad en forma de tiendas de mejoras, pero más allá de eso y las tareas opcionales —combates y carreras, principalmente— la ciudad se encuentra totalmente vacía.
A nivel narrativo el juego no funciona mucho mejor. Creemos que existen buenas ideas en el fondo y el contexto de la cultura azteca siempre ayuda, pero los diálogos son tan pesados que rompen por completo el ritmo de juego y lo vuelven aburrido, que es lo peor que puede ocurrir. La trama gira en torno a los hallazgos arqueológicos del Guardaluz —y la energía que lo alimenta— y cómo el profesor Cahuani quiere truncar la investigación de la madre de Achtli, pero no exageramos si decimos que los momentos en los que un personaje no está hablando son mínimos, y las conversaciones suelen ser muy olvidables. Incluso cuando sabemos cuál es nuestro objetivo y podemos al fin salir a la ciudad con libertad, es el propio guante el que nos habla a través de la personalidad de Tez —seguramente una abreaviación del dios Tezcatlipoca—, la deidad olvidada que nos ayudará a lo largo del juego.
El grueso de la parte jugable —cuando no estemos leyendo diálogos— será enfrentarnos a los gigantes, seis jefes a los que debemos vencer para extraer su energía del núcleo. Para ello utilizaremos una básica combinación de ataque normal / ataque cargado, curación, escudo y un corte horizontal especial. Estos enfrentamientos son quizás la parte más entretenida, tienen sus patrones bien diferenciados y un punto débil que debemos descubrir, aunque no suponen un enorme reto y a veces cuesta lidiar con ellos por culpa de los controles. Los escasos enemigos normales que encontraremos serán un mero machacabotones, por lo que la acción del juego prácticamente se reduce a esos seis enfrentamientos.
El apartado gráfico es otro de los puntos en los que el juego no logra destacar. Los diseños forman parte de ese encanto añejo que recuerda a los tiempos de PS2, y esto no solamente no lo vemos como algo negativo, sino que está entre los detalles que queremos salvar. Ahora bien, ese bajo poligonaje no justifica que la mayoría de las texturas del juego se presenten de manera borrosa y poco detallada, lo que se acerca más a una textura que no ha cargado bien que a una real. El efecto low-poly de Mulaka era un truco excelente para convertir esa precariedad gráfica en un apartado llamativo y diferencial, lo que se traduce en que Aztech Forgotten Gods luce mucho peor justo por haber abandonado esa idea. Además, presenta algunos bugs y glitches molestos, el rendimiento tampoco parece su punto fuerte.
El apartado sonoro tiene algunas pegas a mencionar, pero la molestia más acusada se encuentra en el diseño sonoro para las voces de los personajes. Para la mayoría será un problema que no esté doblado, nosotros entendemos los costes de ese proceso y no es lo que pedimos, solo creemos que eso se podía resolver mejor —incluso dejando a los personajes en silencio— que introduciendo una serie de onomatopeyas que hacen de reacción a cada frase, dando un resultado risible y repetitivo. Por otro lado, los textos están en español latino, aunque no parecen revisados por traductores profesionales.
La banda sonora nos resulta complicado valorarla, pues comparte algunas de esas luces y sombras. Por un lado su estilo no es el esperado, una muestra de metal-hardcore instrumental, pero aunque de entrada no nos convenció esa mezcla lo cierto es que lo hace mucho más original —como el famoso uso del sintetizador en la BSO de Andrew Powell para Lady Halcón, esa historia de espada y brujería—, la verdadera sombra es que no la encontramos demasiado inspirada, aunque sí tiene sus momentos.
Conclusiones
Aztech Forgotten Gods es una aventura de acción con cierto encanto y pasión en su concepción, pero en la que lamentablemente las malas decisiones y el mal funcionamiento de las mecánicas empañan la experiencia, haciendo que el ritmo no sea tan divertido o causando frustración en los controles del personaje. A pesar de sus fallos es una propuesta interesante, pero tendréis que valorar si os merece darle una oportunidad porque su calidad no resulta la adecuada para un producto final.
Hemos realizado este análisis en su versión de PS4 con un código que nos ha proporcionado Stride PR.