Análisis de 88 Heroes (PS4, Xbox One, PC)
Cada vez es más difícil toparse con títulos medianamente originales, aunque sea en algún área en concreto. Por eso cuando llegan producciones como la que nos brinda el estudio indie Bitmap Bureau (creadores de Super House of Dead Ninjas), 88 Heroes, debemos celebrarlo como se merece.
Este título puede presumir de contar con el elenco de protagonistas más diverso, llamativo, excitante y simpático de cuantos recordamos en los últimos años. Una cualidad que lejos de ser secundaria, acaba convirtiéndose en fundamental durante cada sesión de juego.
Héroes de todo tipo
El número ocho es una de las claves de esta producción. Todo gira alrededor de este número (y sus correspondientes variantes), comenzando por su argumento. El Dr. H8, un alienígena con malas pulgas, ha trazado un plan maquiavélico con misiles de por medio para acabar con la Tierra, el cual comienza el 8 de agosto de 1988. Y para aplacar dicha amenaza se crea un grupo de personajes que deben pararlo. Una trama simplemente pasable y que juega un papel secundario en esta aventura.
Lo importante es la jugabilidad, la cual resulta tremendamente excitante, amena y desafiante, sobre todo porque nos obliga a superar 88 niveles en 88 minutos. El tamaño de las fases no es especialmente extenso, más bien lo contrario, pero a medida que avanzamos van presentando un diseño cada vez más complejo que requerirá de nuestra pericia para superarlos.
El planteamiento de todos los niveles es en 2D. Las plataformas se alzan como el elemento predominante, siendo necesario realizar multitud de saltos (algunos de ellos bastante ajustados) durante los 88 escenarios que nos aguardan. En cada habitación o sala debemos alcanzar la salida de la misma en el menor tiempo posible, una carrera contrarreloj vertiginosa que nos anima a arriesgar en cada partida. Dichos fondos eso sí están salpicados de enemigos, muy diversos, siendo necesario esquivarles o acabar con ellos, lo que nos sea más cómodo en cada caso. Y si caemos en combate, tenemos que volver a intentarlo desde el principio de cada nivel con un nuevo personaje.
Esta tónica se rompe al final de cada zona de juego, momento en el que nos espera un jefe final no especialmente duro (en general) pero que, como siempre sucede en estos casos, será necesario encontrar la forma de acabar con él lo más rápidamente posible para poder seguir avanzando.
Sin embargo el elemento más interesante de todos es el vinculado a los personajes que es posible ir controlando. Como su propio nombre indica tenemos a 88 posibles, los cuales son tremendamente imaginativos, únicos y dotados de habilidades exclusivas… casi siempre.
De forma similar a lo que disfrutamos en su día en títulos como Broforce, cada vez que nos adentramos en un nivel debemos manejar a un protagonista determinado y aleatorio. Y como cada fase es distinta y goza de un diseño particular, unos resultan mucho más prácticos que otros en cada caso. Por lo tanto muchas veces tenemos que aguantarnos y tratar de superar una fase repleta de saltos con personajes poco dotados para ello o afrontar niveles especialmente recargados de enemigos con tipos que no gozan de la capacidad de disparar. Un aliciente que lejos de ser un impedimento jugable, nos ha parecido muy interesante porque añade un componente de desafío muy agradecido.
Además también es cierto que hay personajes mucho más "competentes" que otros. Por ejemplo, destaca una especie de robot con forma de murciélago que además de gozar de la capacidad de volar también es capaz de gestionar el flujo del tiempo: los enemigos sólo se mueven cuando él lo hace. Por otra parte también podemos usar a un pulpo que posee la práctica cualidad de generar plataformas en forma de cuadrados, un zombi que nos permite desprenderse de su cabeza para que actúe como checkpoint una vez que su cuerpo acaba mordiendo el polvo, una araña capaz de trepar por las paredes…
Y por encima de todos ellos, ¡existe un personaje que es capaz de lanzar una moneda de la suerte al aire y alcanzar la salida del nivel en cuestión de segundos! Protagonistas muy aptos que contrastan con otros mucho más limitados como un oso malabarista que tiene la particularidad de tener las direcciones de control (izquierda y derecha) al revés, otros que más allá de saltar realmente poco no cuentan con capacidad destacada alguna, una especie de Coloso cuyo gran tamaño puede suponer un impedimento importante para superar ciertos niveles de diseño angosto…
A esto se suman los homenajes a ciertos personajes famosos (como James Bond, Medusa, etc.) e incluso otros protagonistas de videojuegos como una serpiente que recuerda enormemente el juego de los terminales Nokia llamado Snake (¿os acordáis de este título?).En fin, que la colección de tipos que podemos llegar a controlar es magnífica, una de las más memorables que se han visto en los últimos tiempos.
Lo que es necesario tener en cuenta es que cada vez que nos matan dichas muertes son permanentes para que lo que resta de partida. Es decir, que nuestro grupo va reduciéndose a medida que avanzamos, pudiendo eso sí resucitar de vez en cuando a alguno de ellos a cambio de unas monedas que es posible ir recopilando. O sea que en la práctica disponemos de 88 vidas para superar los 88 niveles, así de claro.
Esta característica, la de las muertes permanentes, adquiere más importancia en unos modos de juego determinados que están bloqueados de inicio. El modo principal es precisamente el que os hemos explicado, pero también podemos habilitar otro más complicado que reduce la cantidad de personajes (vidas, vamos) a ocho y que lleva por nombre 8 Magníficos, así como otro casi imposible: Solo Mode, que nos desafía a superar el título con un sólo personaje.
Un planteamiento, en definitiva, que nos ha parecido muy atractivo y tremendamente divertido, siendo uno de los juegos indie más curiosos de cuantos han aparecido últimamente.
Esto es extensible al apartado técnico, el cual resulta básico pero llamativo. Lo más destacado es la forma en la que seguimos la acción: ¡desde el puente de mandos del propio Dr H8! De esta forma es posible avanzar mientras vemos deambular a las tropas de este tipo de un lado para otro o incluso contemplar cómo nuestro archienemigo se va corriendo al baño con el papel higiénico en la mano o se hidrata con un refresco. Un tono muy simpático, en la línea de todo el título, que se acentúa con un gracioso diseño de enemigos y animaciones tan desternillantes como era de esperar.
La banda sonora se basa en chiptunes electrónicas de estilo noventero, una elección que nos ha gustado mucho pero que puede no convencer por igual a todos los usuarios.
Diversión imaginativa
Plataformas 2D muy curiosas y adictivas es lo que nos ofrece este juego en plan retro. La gracia de todo se halla en el gran elenco de protagonistas, tan curioso como atractivo, a lo que se suma un sentido del humor bastante notable y un diseño de niveles acertado. Puede resultar algo "desquiciante" y raro para ciertos jugadores, eso está claro (no es un juego para todo el mundo), pero su originalidad es tremenda.
Hemos realizado este análisis mediante un código enviado por los desarrolladores.