Análisis de Wolf of the Battlefield: Commando 3 PSN (PS3, Xbox 360)

Ha pasado mucho desde que en 1985 Capcom lanzará en el mercado de las recreativas el gran Commando –conocido también como Wolf of the Battlefield-, un clásico e intenso arcade en el que encarnábamos a un soldado, muy del estilo de héroes de acción de la época como Arnold Schwarzenegger o Sylvester Stallone –no hay que olvidar que ese mismo año se estrenaban películas como Rambo 2 o Commando-, en el que debíamos hacer frente a un impresionante ejército rival en solitario, aunque no por ello carentes de recursos. Cinco años después, Capcom repetía el éxito con MERCS, una continuación que modificaba el escenario bélico, pero que aún así seguía manteniendo las mismas bases jugables que encumbraron al título original: escenarios muy variados repletos de enemigos de toda clase a los que debíamos vencer disparando a diestro y siniestro mientras esquivábamos decenas de tiros.

Ahora, 25 años después del nacimiento de la serie, Capcom ha decidido revivir su franquicia con la ayuda del estudio Backbone Entertainment. Como principales bazas, esta tercera entrega de la franquicia cuenta con un apartado técnico adaptado a las tres dimensiones y, sobre todo, con una vertiente multijugador para hasta tres jugadores que aumentará de forma considerable las cotas de rejugabilidad del título. Sin embargo, no todo son alegrías en el regreso de Wolf of the Battlefield al mundo de los videojuegos.


Tres soldados pertenecientes al escuadrón Chacal han recibido la misión más importante de sus vidas: acabar con los maléficos planes del villano de turno, con mucho dinero y un inmenso ejército a sus espaldas, que pretende dominar el mundo. Esta misión suicida será la excusa perfecta para que, a través de cinco entornos completamente distintos entre sí, luchemos sin tregua contra decenas y decenas de enemigos que no dejarán de acosarnos en ningún momento.

Siguiendo las bases jugables impuestas por el título original de la serie, en Commando 3 disfrutaremos de un clásico juego de acción en el que nos moveremos libremente por los lineales escenarios que componen la aventura mientras abatimos a todos los enemigos que nos salen al paso. En este sentido, la simplicidad será una de las señas de identidad que marcarán todo el desarrollo de la acción, primero porque superar cada una de las fases no supondrá ningún desafío a nuestro ingenio, ya que básicamente deberemos avanzar en línea recta hacia delante mientras esquivamos cualquier obstáculo que pueda haber entre medio; pero también la acción se resolverá de forma muy sencilla: debemos centrarnos únicamente en disparar casi sin descanso en todas las direcciones posibles para abatir a los enemigos, que en la mayoría de casos morirán con un solo impacto –a no ser que nos enfrentemos a algún vehículo o torretas defensivas-.

De forma idéntica a lo visto en otros títulos de corte similar ya aparecidos tanto en PlayStation Network como en Xbox Live Arcade, controlaremos los movimientos de nuestro soldado con el stick izquierdo, mientras que con el derecho disparamos en la dirección que deseemos. Con los gatillos, por otro lado, lanzaremos granadas o activaremos el ataque especial de nuestro soldado, gracias al cual terminaremos de forma inmediata con todos los enemigos que se encuentren a nuestro alrededor. Por lo tanto, esta sencillez en el control logrará que de inmediato nos veamos inmersos en los intensos combates que propone el juego, aunque para ello debamos disfrutar de la acción en su dificultad más elevada, ya que el resto de opciones resultan francamente suaves para lo que están acostumbrados los aficionados al género.



Y es precisamente esta facilidad la que logra, unido a lo reiterativo de los enemigos, que este Commando 3 no llegue al nivel de otros exponentes del género actuales como Heroes Assault y su secuela, que no solo muestran una mayor variedad de situaciones y enemigos en cada uno de los desafiantes entornos que nos propone superar, sino también unos enfrentamientos más complejos en los que tenemos que adaptarnos a los diversos estilos de combate de los rivales. En cambio, como decimos, en esta nueva obra de Capcom ocurre todo lo contrario. Prácticamente todos los enemigos mueren de un solo disparo y los pocos más duros de batir tampoco es que supongan un desafío mayor. Por ello, no resultará nada complicado superar toda la aventura sin excesivos problemas, quedando el principal atractivo del juego en el hecho de obtener grandes puntuaciones, algo que lograremos trabajándonoslo mucho ya que tendremos que evitar a toda costa que los rivales nos golpeen para mantener el mayor tiempo posible el multiplicador de puntos al máximo –si recibimos un solo impacto, éste se reinicia y tenemos que volver a empezar a sumar-.

Desde el primer minuto de partida los aficionados a esta saga de Capcom se darán cuenta que están ante un nuevo capítulo de Commando con gráficos en tres dimensiones. Desde los grandes cajones de madera con botiquines o medallas en su interior, a las armas que podremos llegar a usar, las torretas, torres de vigilancia y barracones con los que nos toparemos, e incluso la posibilidad de controlar algún que otro vehículo –un jeep y un tanque en este caso- en algunos escenarios. Este Commando 3 respira la esencia de Wolf of the Battlefield por los cuatro costados, aunque como indicábamos anteriormente el resultado final no es el esperado.

Al respecto, tendremos que dominar al máximo las posibilidades de combate que ofrece nuestro soldado, que será ligeramente distinto a sus compañeros –más o menos salud, capacidad de llevar granadas y velocidad-, para superar con éxito cada uno de los cinco entornos de batalla que ofrece el juego. En este sentido, el lanzamiento de granadas jugará un papel importante en las partidas no solo por ser capaces de abatir a varios enemigos de forma inmediata, sino principalmente porque en el juego, como en las anteriores entregas de la saga, nos encontraremos con más de un rival oculto tras barricadas que nos acosará con sus morteros, lo que puede causarnos más de un quebradero de cabeza. Por ello, con un simple y preciso lanzamiento podemos terminar con dicha molestia en un santiamén.

Pero tampoco podemos olvidarnos de la mayor capacidad de daño que generan las granadas, lo que resultará muy útil para derribar los vehículos contrarios, o los barracones de las que no dejarán de surgir soldados. Este preciado recurso, como los ataques especiales, tendrá un uso limitado que podremos ampliar en caso de recoger los ítems pertinentes en los escenarios. Todo lo contrario a las armas convencionales que contarán con munición infinita. Aún así, en este punto hay que tener en cuenta que únicamente podremos llevar encima un arma determinada, por lo que tendremos que decidir en todo momento si conviene escoger el lanzallamas en detrimento del fusil de asalto, o si optamos por un peculiar fusil que dispara en abanico a costa del lanzacohetes. En todos estos casos, podremos mejorar la potencia de fuego recogiendo un ítem concreto., algo que agradeceremos en el último nivel del juego.



En este sentido, se ha potenciado levemente la exploración de los entornos con la inclusión de los presos a los que tendremos que rescatar y las zonas secretas. También se nota el interés por parte del equipo de desarrollo de dotar a la aventura de algo de variedad, algo que comprobaremos ya en el primer nivel del juego, en el que pasaremos de combatir en una playa, a hacerlo en un entorno selvático a bordo de una pequeña balsa que limitará notablemente nuestra capacidad de movimiento –esquivar los disparos rivales es todo un reto-, para luego pilotar un jeep con el que arrasar las posiciones enemigas. Sin embargo, esta variedad queda prácticamente relegada al apartado visual de Commando 3, ya que dará igual que combatamos en la playa, en una prisión, o en una región pantanosa. Al final, siempre estaremos luchando contra los mismos enemigos o viviendo idénticas situaciones. Sí, conforme nos acercamos al tramo final de la aventura la cantidad de soldados contrarios que nos saldrán al paso será mayor, pero aún así el reto al que se somete al jugador resulta demasiado leve.

Al menos, las opciones multijugador de Commando 3, que nos permiten disfrutar de la aventura junto a dos amigos más tanto en una misma consola como a través de Internet –aunque resulta difícil encontrar a día de hoy usuarios-, dotan al juego de un mayor grado de rejugabilidad y aumentan las cotas de diversión del mismo. No en vano, montarse en un tanque y generar un auténtico infierno sobre las posiciones enemigas es una experiencia francamente divertida. Y aquí habría que remarcar que estas partidas cooperativas no resultan ni caóticas para los jugadores ni demasiado fáciles ya que la dificultad de las mismas aumenta para que la guerra no sea un simple paseo.


Ya indicábamos al inicio de este análisis que una de las principales novedades de este Commando 3 es el motor gráfico desarrollado para la ocasión que ha permitido al estudio Backbone Entertainment recrear en completas tres dimensiones el conflictivo universo de la franquicia Commando. Así, nos encontraremos con una serie de unidades de combate bien modeladas y animadas que además atacarán en gran número, que casarán a la perfección con los coloristas y variados entornos por los que nos moveremos. En este sentido, dichos entornos sufrirán levemente las consecuencias de la guerra: veremos árboles estallar al recibir el impacto de nuestros disparos, estatuas, muros, etc. Además, efectos como el de las explosiones resultan de lo más efectivos y contundentes. No es un título excesivamente detallado ni sorprendente, pero sí un juego agradable a la vista.

El problema es que se echa en falta una mayor variedad de enemigos. Como decíamos anteriormente, en todos los escenarios lucharemos con los mismos enemigos que se diferenciarán únicamente por su vestimenta –si eso en la misión del pantano, descubriremos a unos soldados anfibios distintos al resto-; poca variedad que se nota también en los propios jefes de final de fase: dos tanques de enormes proporciones y el enemigo final, que sí resulta bastante curioso. Los helicópteros o barcos vistos en MERCS, por ejemplo, han pasado a la historia, algo que echarán muy en falta los seguidores de la saga.

La estética, eso sí, resulta francamente buena con unos héroes muy del estilo a los años 70 y 80 que veremos, en todo su esplendor, en las escasas secuencias cinemáticas de Commando 3. Eso sí, hay algunos detalles que restan cierto atractivo al juego. Por un lado están las ralentizaciones, que aparecen en momentos muy puntuales de la aventura. También descubriremos tristemente como, independientemente del arma que llevemos encima y su nivel de potencia, nuestro soldado siempre llevará el mismo equipo encima. De este modo, aunque recojamos el lanzallamas, nuestro avatar se moverá por el entorno con su rifle de asalto normal; algo que resta cierto encanto a este apartado. Por último, hay que remarcar que el juego se muestra idéntico en ambas plataformas –tal vez la cámara se muestra más cercana al suelo en PS3-.

A nivel sonoro, el juego resulta de nuevo aceptable, con unos buenos efectos que representan a la perfección la contundencia de las explosiones o el repicar de las armas de fuego. La música, bastante frenética, se adaptará también a la perfección al ambiente y la intensidad del juego, aunque puede llegar a ser algo repetitiva a la larga. Aún así, hay momentos en los que este apartado pasa del aceptable al mediocre, como en las secuencias cinemáticas, sin ningún tipo de música o sonido que al menos nos sumerjan en las ilustraciones que tratan de narrar la historia del juego.

En definitiva, estamos ante un buen título de acción que honra el nombre de la saga Commando, pero que no llega al nivel de sus predecesores a nivel de adicción y diversión. Tampoco está a la altura de otros títulos del género aparecidos recientemente en ambos sistemas, lo que le convierte en una compra recomendable para los aficionados a este tipo de juegos, pero no un título imprescindible. Y esto es así porque aunque la mecánica de juego resulta francamente divertida, al final estamos ante un título no demasiado exigente y fácil de exprimir en pocas horas. Como incentivo, eso sí, los usuarios de Xbox 360 lograrán el acceso a la versión beta de Super Street Fighter 2 Turbo HD.