Análisis de Rayman 3 HD PSN (PS3, Xbox 360)

Existen pocos géneros que puedan presumir de tener tantos personajes insignias y tan reconocibles como el de las plataformas. Mario y Sonic son sin duda los más famosos y populares, pero para los fans y para el público en general también, otros como Spyro, Crash Bandicoot, Ratchet y Clank, Jak y Daxter, Sly o Rayman, son caras muy conocidas y queridas que nos han hecho vivir mil y una aventuras a base de saltos.

A pesar de haberse encontrado durante años en segundo plano por culpa de los Rabbids, el año pasado Ubisoft decidió rescatar a este peculiar héroe sin extremidades para protagonizar el genial Rayman Origins, devolviéndole al lugar que nunca debió abandonar. De hecho, la última gran alegría plataformera que nos dio el personaje hasta la llegada de Origins fue hace nueve años, en el 2003, con Rayman 3: Hoodlum Havoc, precisamente el juego que hoy nos ocupa, el cual se suma a la moda de las remasterizaciones de clásicos en HD.

Plataformas de la vieja escuela y con mucho humor

Lo primero será dejar las cosas claras: nos encontramos ante exactamente el mismo juego que pudimos disfrutar hace nueve años, con todo lo bueno y malo que eso conlleva, por lo que quienes esperaran novedades reales o de peso no las encontrarán. La historia sigue siendo igual de alocada y surrealista, en la cual seremos testigos de cómo el malvado André, un Lum (unos pequeños seres similares a las hadas) oscuro, comienza a transformar a todos los Lums buenos que toca en seres como él, como si de un apocalipsis zombi de Lums se tratara, por lo que tendremos que detenerle y evitar el desastre.

Tal y como viene siendo habitual en el género, el argumento no es más que una mera excusa para ponernos a pegar saltos sin parar y justificar el que pasemos por unos sitios u otros. Eso sí, cuenta con geniales dosis de humor, regalándonos personajes realmente memorables y frases que nos harán soltar más de una carcajada, además de conseguir mantenernos con una sonrisa en la boca durante toda la aventura. Momentos como el principio en el que Murphy no para de criticar a los típicos tutoriales y de salirse del guión mientras nos enseña a jugar ("Veamos que dice el manual del juego... Pulsar el botón de salto para saltar ¡Nunca lo habría adivinado! ¿Pero en serio pagan a alguien por escribir esta basura?") o en el que Globox se vuelve inteligente al llegarle la sangre al cerebro por estar boca abajo son realmente impagables. Fuera de ser algo simplemente anecdótico, todo esto consigue imprimirle cierta personalidad al título y amenizar muchísimo su desarrollo.

Centrándonos ya en la mecánica de juego en sí nos encontramos ante un plataformas tridimensional con un desarrollo de niveles muy lineal y encorsetado. Esto no quiere decir que no haya algunas zonas secretas, pero generalmente nuestro objetivo será ir desde el punto A hasta el punto B del escenario sin dejarnos mucho margen para la exploración y con el camino siempre bien claro para que no nos perdamos. En ellos nos encontraremos muchos saltos, algún que otro puzle muy básico y bastantes enemigos a los que patear.

También encontraremos unos pocos jefes finales no muy inspirados y varios momentos con los que se intenta romper con la tónica general, como una pantalla de snowboard u otra en la que tendremos que defender un barco usando sus cañones. A pesar de que su desarrollo intenta buscar cierta variedad, generalmente se suele reducir a repetir las mismas mecánicas una y otra vez, lo que hace que se vuelva algo monótono en algunos tramos concretos.

En cuanto a nuestras habilidades básicas podremos saltar, nadar, bucear, pegar puñetazos, fijar enemigos, planear y convertir a los Lums oscuros en Lums rojos con una mueca. Los controles son fáciles, sencillos y no nos llevará ni un minuto hacernos con ellos. Eso sí, la cámara sigue siendo una asignatura pendiente y nos pondrá en situaciones bastante comprometidas en más de una ocasión.

La nota de color la ponen los disfraces. Si encontramos una lata, dependiendo de su color, Rayman se pondrá uno u otro traje, adquiriendo ciertos poderes de forma temporal. Encontraremos cinco distintos. La lata verde nos permitirá lanzar tornados para girar plataformas y encoger enemigos, la roja hará nuestro puño de metal y con él podremos destruir objetos que de otra forma serían irrompibles, la azul nos dejará usar unas garras para electrocutar enemigos y engancharnos a unas plataformas voladoras, la naranja nos permitirá lanzar un misil teledirigido y la amarilla nos permitirá volar durante unos instantes. Todos estos poderes están distribuidos de manera estratégica por las pantallas, son necesarios para avanzar, siempre nos dejan muy claro qué hacer con ellos y los usaremos constantemente.

Para darle más vidilla a todo esto, existe un sistema de puntuación que irá sumando puntos cada vez que cojamos un objeto o matemos a un enemigo. Si cogemos varios objetos seguidos o matamos enemigos rápidamente, entraremos en el modo Combo, donde nuestros puntos se irán multiplicando. Además, mientras estemos usando un traje, todos los que consigamos se multiplicarán por dos. Eso sí, este sistema es bastante exigente y será bastante difícil hacer buenos combos. Mientras más puntos consigamos y acumulemos, más minijuegos y materiales extras iremos desbloqueando como recompensa. Además, como novedad de esta versión se han añadido tablas de puntuaciones online por si nos queremos picar con el resto del mundo para conseguir la mejor marca. Respecto a los minijuegos que acabamos de mencionar, los encontramos de todo tipo, desde un nivel de plataformas en 2D hasta dirigir un misil por una fase bastante larga sin estrellarnos. No son gran cosa, pero sirven como curiosidad y para echar alguna que otra partida rápida.

Como buen plataformas de la vieja escuela, tampoco faltarán los elementos coleccionables. En esta ocasión se trata de encontrar unas jaulas donde están encerrados los Diminutos, unos pequeños seres encargados de mantener la paz de este peculiar mundo. Cada seis de ellas que rompamos nos subirá un poco el máximo de nuestra barra de vida. No suelen ser muy difíciles de encontrar, ya que les oiremos pedir socorro constantemente y sin descanso cuando estemos cerca de alguna. También encontraremos múltiples gemas desperdigadas por todos los escenarios que afectarán a nuestro porcentaje completado de cada nivel y que nos interesarán recoger en modo Combo.

La dificultad del título sigue siendo bastante baja, por lo que si tenéis un poco de experiencia en el género no será raro que os lo paséis sin haber visto ni una sola vez la pantalla de Game Over. Lo mismo se puede decir de su duración, ya que este Rayman 3 HD podemos terminarlo perfectamente entre las ocho y las diez horas. Obviamente si queremos conseguir las máximas puntuaciones y el 100% de cada pantalla nos llevará bastante más tiempo y nos encontraremos con un auténtico reto, pero no resulta lo suficientemente atractivo como para incitarnos a ponernos a ello.

Una buena adaptación

El trabajo que ha realizado Ubisoft a la hora de remasterizar los gráficos del título a la alta definición es bastante encomiable, ya que estos lucen genial ahora en los televisores actuales gracias al trabajo que se ha hecho, además de moverse todo con una fluidez envidiable. A nivel artístico el juego sigue siendo una pequeña joya y nos muestra unos mundos de fantasía imposibles mucho más oscuros, maduros y retorcidos que lo visto en el resto de entregas de la saga. Eso sí, los vídeos se ven algo pixelados y podrían haberse trabajado más. Además, las animaciones faciales y los movimientos de los labios de los personajes han envejecido bastante mal, así como el diseño de algunos enemigos, ya que resultan demasiado angulosos en ocasiones.

Respecto al sonido, volvemos a encontrarnos con una banda sonora bastante buena que consigue casi siempre ambientar perfectamente lo que vemos en pantalla. Y decimos "casi siempre" y "no siempre" porque en determinados momentos sonarán temas que, a pesar de ser calidad, no terminan de casar con lo que estamos jugando. Los efectos de sonido cumplen su cometido notablemente y el doblaje al español al principio puede chirriar un poco, aunque nos acabamos acostumbrando y no llega a molestar su interpretación, aunque algunas frases se repiten hasta la saciedad (los gritos de ayuda de los Diminutos pueden hacerse realmente insoportables). También habría que criticar que el sonido no está del todo bien mezclado y en ocasiones será imposible entender lo que dicen los personajes si no activamos los subtítulos, debido a lo inconsistente de su volumen.

Conclusiones

Rayman 3: Hoodlum Havoc fue un gran juego hace nueve años, momento en el cual su propuesta funcionaba a las mil maravillas. Pero por desgracia esta fórmula ha envejecido de manera irregular y no consigue divertir como antaño. Demasiado lineal, corto, simple, repetitivo por momentos y con una cámara que necesita ser revisada. También se echa en falta alguna que otra novedad más, ya que quienes lo jugaran en su momento no tendrán motivos reales para hacerse con él más allá de revivir tiempos pasados. Sin embargo, sigue siendo un juego muy entretenido y con el que pasar un buen rato, con mucho encanto, cargado de humor, barato y con un gran apartado artístico, cualidades que lo hacen especialmente recomendable para cualquier fan del género que se lo perdiera en su momento.