Análisis de NBA 2K8 (PS3, PS2, Xbox 360)
Está claro que, con el impulso de los éxitos cosechados por la selección española de baloncesto, este deporte tiene cada vez más seguidores en nuestro país, y hay un grupo importante de aficionados que siguen la liga estadounidense, pese a la diferencia horaria. Nos llega ahora la nueva entrega de NBA 2K8, uno de los títulos de esa competición, y que va a presentar diferentes cambios con respecto a la anterior entrega de la saga, de manera que la experiencia va a resultar fresca, corrigiendo unos aspectos al tiempo que se revisa el contenido.
Entre las muchas opciones de juego que se presentan en el título destaca la vertiente del deporte callejero con el modo NBA Blacktop, que ya había aparecido en anteriores entregas. En esta ocasión, se han incluido elementos relevantes, como poder echar esos partidos con jugadores reales de la NBA, y se ha suprimido el extraño elemento de historia que se incluyó el año pasado (un cambio a mejor).
Dentro de este ámbito, lo que más puede satisfacer a los jugadores es la inclusión del concurso de mates, para hasta cuatro jugadores, incluyendo personajes actuales y algunas de las leyendas de este deporte, como Dominique Wilkins. Todo ello ambientado en las calles de Las Vegas.
El control que tiene el jugador sobre todo el proceso de mate es casi obsesivo, pudiendo escoger por ejemplo cómo empezar la secuencia en función de cómo movemos el stick analógico derecho. Luego, una vez en el aire, también tenemos un amplio rango de movimientos que se controlan con ese mismo stick, y finalizamos el movimiento con el gatillo derecho. Desde luego, todo el sistema de control responde muy bien y ayuda a hacer grata la experiencia de juego no sólo en estos modos de juego, sino en cualquier partido, mediante un sistema que, como vemos, es bastante sencillo, pero que puede ir abriendo muchas opciones cuando vayamos dominando el control y siendo mucho más precisos. Eso no hará que los tiros libres sean precisamente fáciles (de hecho, nos parece que es algo más difícil hacer un buen tiro en esta entrega), o que no haya algún pequeño fallo aquí y allá, pero todo funciona bien.
Si estamos en defensa, por ejemplo, con el stick analógico derecho podemos subir o bajar las manos del personaje que estemos controlando, de manera que se puede bloquear al jugador o taponar el balón, lo que es otro añadido interesante, y de hecho el juego va a mostrar una atención mucho más destacada por los detalles, como el indicador en pantalla que nos dice dónde deberían situarse los jugadores para realizar alguna jugada concreta.
Quizás el cambio más notable es que a la hora de driblar nos basta con usar el stick analógico izquierdo, con una respuesta muy sensible y ágil que hace que todo sea mucho más eficiente, aunque con alguna cámara puede costarnos controlarlo con precisión. De esa manera, el control se simplifica un poco, a mejor, y es que tanto interfaz como el control están salpicados de pequeños cambios que ayudan a mejorar mucho el producto con esas modificaciones sutiles que hacen que, sin sufrir mucho en la transición, los jugadores habituados a la anterior entrega puedan adaptarse a esta nueva sin grandes conflictos.
Alejados de esto, que es un añadido interesante, nos encontramos conque se ha revisado buena parte de todo lo que está vinculado a la simulación pero fuera de jugar partidos. Así, por ejemplo, cuando negociamos un contrato tendremos muchas más variables en tener en cuenta, habrá que organizar los entrenamientos, y, en definitiva, abarcar una parte muy importante de todo el trabajo de gestión y entrenamiento del equipo. Además, otro factor a tener en cuenta, será el de la moral y ánimos de los jugadores, siendo casi imprescindible dedicarnos a asignarles algunas funciones o títulos dentro de la estructura del equipo.
Siempre que lo deseemos, podemos descuidar esos elementos, pues realmente el título sigue centrándose casi por completo en el desarrollo de los partidos, pero representa una opción interesante para el jugador que busque integrarse en una experiencia mucho más completa de juego. Desde la posición de entrenador y director del equipo, habrá mucho elementos a los que prestar nuestra atención y aunque este título no es tan completo como alguno de los clásicos de gestión deportiva en diversos aspectos, lo cierto es que sus opciones más que suficientes para completar un paquete de contenidos muy amplio.
La versión para PlayStation 3 y Xbox 360 destaca por ofrecer un completo modo de juego en línea en el que podremos jugar incluso una temporada completa, crear torneos, y jugar también partidos sueltos. No hay que olvidar que todos los modos de juego de la vertiente NBA Blacktop también tienen opción de juego en línea, haciendo de éste un título muy completo en este sentido. En esta ocasión, además, la consola de Sony lleva algo de ventaja, pues si en Xbox 360 las partidas son para un máximo de 8 jugadores simultáneos, en PlayStation 3 la cifra aumenta hasta diez (el máximo lógico), por lo que la sensación de los partidos en línea puede ser más intensa en este caso. Por supuesto, siempre vamos a tener una ficha muy completa de nuestros registros, e incluso llega a plantearnos algunas preguntas sobre nuestra experiencia de juego, por lo que el resultado de todo este aspecto del juego es magnífico.
En la vertiente técnica, no hay un gran salto gráfico en lo que se puede ver en la pantalla, pero sí en cómo se mueve, gracias a una interesante labor de atención minuciosa centrada en las animaciones de los jugadores, dotándoles no sólo de más movimientos (y dándonos más control sobre ellos), sino consiguiendo que su desarrollo en pantalla sea netamente superior, sobre todo a la hora de enlazar movimientos. Uno de los problemas que tienen todavía los juegos deportivos (y, de hecho, casi cualquier juego con humanos que pretenda ser un calco fiel de la realidad) es ése, cómo conseguir que los movimientos resulten naturales y no un artificio, y desde luego NBA 2K8 da un paso de gigante. Todos los personajes en pantalla se mueven de manera natural, verosímil, y al mismo tiempo componen jugadas y estrategias, por lo que no sólo es agradable de ver en movimiento, sino que también hay que ver por dónde van a moverse para anticiparnos a la jugada.
En su trabajo de personalización de los jugadores, además, hay que añadir que pueden tener animaciones y movimientos, como tiros, específicos que son especialmente característicos de su estilo de juego. La máquina puede, por supuesto, usar esas técnicas cuando está jugando contra nosotros, por lo que la sensación que obtenemos mientras jugamos un partido es mucho más consistente.
Parte de esa sensación se transmite a través de la necesidad de esbozar jugadas para conseguir resultados, algo de lo que ya hemos hablado un poco anteriormente. Hay que plantear cómo saltarnos la defensa, o bien cómo construirla, para situar a los jugadores y tener opciones de victoria. Esto, junto a los cambios que se han planteado en el sistema de control, hace que toda la experiencia de juego haya mejorado para el jugador.
Esto se perdería por completo, sin embargo, si las situaciones de juego no funcionasen como deben, pero por suerte la inteligencia artificial está bien gestionada y la respuesta de la máquina es más eficiente, por lo que los partidos pueden tener un nivel de dificultad elevado en ocasiones pero, creemos, sin llegar a producir frustración. Por otro lado, el sistema de control, del que ya os hemos contado sus virtudes, tiene algún pequeño problema vinculado a su sensibilidad, por lo que el personaje que controlamos puede hacer movimientos injustificados y algo extraños, pero es algo que poco a poco iremos corrigiendo con nuestra práctica para compensar el sistema de manera natural. Del mismo modo, no es excesivamente anómalo ver algún comportamiento poco natural por parte de la inteligencia artificial, pero no resultan problemas graves.
En cuanto al apartado sonoro, está claro que lo que más se debe destacar es la actuación de los comentadores, que aportan una buena cantidad de frases para construir una atmósfera adecuada, que en combinación con el sonido ambiental y los efectos de sonido da lugar a una ambientación deportiva muy lograda.