Análisis de Blade Kitten PSN (PS3, PC, Xbox 360)
Blade Kitten está basado en un cómic de Steve Stamatiadis, director creativo de Krome Studios, una compañía australiana que lleva diez años realizando juegos para diversas consolas con alguna licencia original como Ty the Tasmanian Tiger que tuvo cierto éxito, alguna prestada como los Spyro aparecidos para la anterior generación de consolas y alguna que otra licencia cinematográfica como Hellboy, Star Wars: The Clone Wars – Republic Heroes para las consolas actuales, todos juegos de una calidad tirando a mediocre.
Ahora nos traen este Blade Kitten en formato descargable, un juego de plataformas en dos dimensiones con muchos toques de acción y con la pretensión de convertirse en una saga por episodios, algo sobre lo que las ventas dictarán sentencia.
Para el que sienta curiosidad puede visualizar el cómic sobre el que se basa el juego en la página web de Krome Studios y aunque no vamos a entrar a valorar su calidad artística o narrativa la verdad es que los diseños del cómic han quedado mejor plasmados en el juego que en las propias páginas, gusten más o menos.
La historia se sitúa tres años antes de lo ocurrido en el cómic y según avanzamos resulta cada vez más confusa y alocada dejando una sensación de que no existe un hilo narrativo coherente, presentándose multitud de personajes que nos dan excusas peregrinas sin mucho sentido para que viajemos de aquí para allá y podamos visitar nuevas localizaciones. Encarnamos el papel de Kit Ballard, una cazarrecompensas mitad humana mitad gata con unas grandes dotes para la lucha gracias al uso de su espada voladora, que también cuenta con otras habilidades como una especial rapidez y habilidad para saltar y trepar por cualquier superficie. Nuestra protagonista llegará al planeta Hollow Wish dispuesta a atrapar a Terra Li y cobrar una suculenta recompensa, aunque como hemos dicho la historia se irá enredando de manera bastante absurda, narrada en pequeñas escenas con un humor un tanto tontorrón y bastante infantil aunque sin llegar a insultar nuestra inteligencia.
Se trata de un plataformas con acción bastante continua, aunque en ningún momento esta llega a ser especialmente difícil, siendo el desarrollo del juego bastante facilón y dejando el reto en las búsquedas secundarias. Nuestro personaje puede saltar y agarrarse a casi cualquier superficie, escalando por las paredes y techos por lo que los escenarios se recorren con igual importancia tanto en horizontal como en vertical, siendo de un tamaño bastante considerable. Nuestra arma es una espada voladora de la que podremos llegar a tener hasta cuatro modelos distintos con su propias características y estas nos darán mucho juego ya que se puede lanzar tanto para atacar como para desarmar a ciertos enemigos, y hasta podremos clavarla en el suelo para no salir volando en ciertas circunstancias.
Jugablemente se puede decir que es intachable, controlaremos a nuestra veloz protagonista en todo momento sin ningún problema, tanto en los momentos más plataformeros dando multitud de saltos y agarrándonos a los techos y paredes sin ningún problema como cuando debamos combatir multitud enemigos que pese a su gran número nunca nos harán perder el control de la situación. En algún momento también montaremos una criatura capaz de derribar paredes que se controla igual de bien que la protagonista y también nos ayudará el simpático Skiffy, una mascota que nos acompaña durante toda la aventura y que sirve para activar interruptores o recoger tesoros inaccesibles para la protagonista.
Los enemigos son un aspecto criticable ya que casi en toda la primera mitad del juego son siempre los mismos para encontrarnos en una segunda mitad del juego con más variedad e incluso algunos enemigos finales que no hubiera estado de más que fueran más numerosos para así hacer el título más variado, ya que cuando estos aparecen ofrecen dinámicas jugables distintas y cierta espectacularidad. El hecho de lo repetitivo que resultan los enemigos en la mayor parte de la aventura así como de ciertos elementos reciclados entre escenarios da una sensación de que se han reservado recursos para un segundo episodio o sencillamente denota la humildad de este proyecto.
Los escenarios son muy amplios, incluso demasiado por momentos, lo que acaba convirtiendo algunas fases en repetitivas y hubiera sido conveniente reducir el tamaño de los niveles y ampliar su número, siendo doce en total, ya que si nos dedicamos a explorar los escenarios exhaustivamente nos podemos tirar más de una hora dentro de algunos niveles. Y es que esta faceta es la que ofrece un verdadero reto al jugador más veterano, ya que acabar el juego sin explorar sus fases se puede hacer sin mucha dificultad en poco más de tres horas y dejando una sensación de ser un juego destinado exclusivamente al público infantil. Pero en cambio si nos dedicamos a buscar todos los objetos ocultos por el escenario, muy numerosos, veremos que no es nada fácil completar el juego al cien por cien.
En nuestro avance iremos recogiendo dinero que se puede usar en una tienda a la que podremos acceder en cualquier momento, donde podremos comprar objetos que nos aumenten los puntos de vitalidad o resistencia, y comprar alguna de las otras tres espadas o diversos trajes nuevos para la felina protagonista, que no nos proporcionan ninguna habilidad especial y solo sirven de adorno. Por tanto encontramos dos retos muy diferenciados: por un lado acabar la aventura sin realizar una exploración muy concienzuda de los escenarios o por el contrario dedicarnos a patearnos los niveles de arriba abajo, rompiendo muros y accediendo a zonas secretas cual Castlevania buscando todos los objetos que se encuentran en ellos, tarea titánica por la amplitud de las fases y lo escondidos de algunos de estos secretos.
El juego muestra unos coloridos gráficos estilo dibujo animado o cel-shading que le sientan muy bien al tono del juego, aparentemente no muy espectaculares ya que contamos siempre con una vista bastante alejada de la acción, pero que cuando nos permite ver a los personajes mucho más de cerca en ocasiones como las escenas cinemáticas o al realizar ciertas acciones estos demuestran estar muy bien diseñados y contar con bastante detalle. El diseño artístico tiene una estética manga mezclando elementos medievales y futuristas, bastante agradable y bonito aunque todo parezca ya muy visto. Los enemigos pecan de repetitivos al igual que algunos escenarios estirados en exceso, echamos en falta más enemigos distintos y jefes finales, teniendo uno gigante que protagoniza toda una fase bastante espectacular y que aporta frescura al desarrollo, pero cuyo momento se hace esperar en la aventura. Oiremos unas alegres melodías que acompañan de manera muy adecuada a lo que acontece, no especialmente brillantes pero tampoco muy molestas, así como unos efectos de sonido y unas voces bastante correctas y humorísticas acordes con el espíritu del juego, que en pocos momentos se toma en serio.
Estamos ante un buen plataformas que esconde en sus entrañas dos juegos de dificultad muy distinta. Por un lado superar las fases a la carrera acabando con todo los enemigos que nos salen al paso no resulta muy difícil por no decir que es demasiado sencillo, casi pensado para un público infantil. En cambio encontrar todos los secretos que esconde el juego es una tarea bastante más complicada, por tanto los amantes de la búsqueda y recolección de objetos en los plataformas encontrarán aquí un buen reto, que puede hacer disparar en varias horas la duración del juego. Quizás lo ideal hubiera sido un mejor equilibrio en estas dos facetas, con muchas búsqueda secundarias y que fuera algo más complejo acabar las fases, pero de todas maneras se agradece el esfuerzo por incluir esta capa de profundidad.
Un título en general bastante redondo pero con algunos peros, como con una historia un tanto confusa y deslavazada sin mucho sentido, caer en el pecado de incluir algunos momentos un tanto repetitivos y monótonos alargando en exceso ciertas fases, cuando en otros en cambio demuestra saber ser más original y fresco, y dejando una sensación general de guardarse algunas cartas para su segundo episodio que anuncian al finalizar el juego. En cualquier caso jugablemente impecable y muy cuidado, gráficamente muy vistoso y en todo momento entretenido, además de todo un reto para quien guste completar del todo sus juegos. Una opción muy recomendable para los más jóvenes y para los que ya no lo son tanto, ya que los primeros podrán disfrutarlo tanto por su moderada dificultad como por su estética y humor blanco, y los otros si es que no tienen complejos sabrán encontrar en él un reto interesante y divertido.