Análisis de Sky Odyssey (PS2)

No hace falta decir que en el mundo de los videojuegos el bombo no lo es todo, pero sí es importante para un juego. Las compañías refuerzan sus lanzamientos importantes, que pueden ser buenos o malos juegos, con campañas de publicidad, presentaciones, press kits para que la prensa hable de sus juegos, y un largo etcétera. Y sin hacer ningún ruido, llega a nuestras manos Sky Odyssey, un juego de Sony que pese a no tener un gran apartado gráfico, tiene una jugabilidad y una diversión a prueba de bomba. Como ya han comentado en nuestros foros, está destinado a ser un juego de culto, y yo estoy completamente de acuerdo. Sky Odyssey es un juego de simulación aérea. Controlaremos diversos aviones -incluso Ovnis- a lo largo de diferentes modos de juego, siendo el principal el modo aventura. Los aviones distan mucho de ser comerciales o de combate, son aviones de hélice (aunque también hay un helicóptero), y aunque no son como los originales de los años 20 y 30, puesto que poseen bastante refinamiento técnico, podría decirse que en el aire sí son como ellos, por lo que el manejo es mucho más complicado y da mucho más juego que el de un avión moderno. El viento influirá mucho en el rendimiento y manejo del avión, y dependiendo de como lo equipemos tendrá mayor o menos estabilidad, velocidad y trepada. El modo de juego principal de Sky Odyssey es el modo aventura, y lo de aventura no se queda solo en el nombre, sino que en la cabina de nuestro avión recorreremos varias islas, resolviendo diferentes misiones que no se reducen a "vete del punto A al punto B", sino todo lo contrario. En algunas, tendremos que recoger partes de un mapa perdido, aterrizando en ruinas, en otras, tendremos que realizar misiones de habilidad como aterrizar en un portaaviones o en lo más profundo de una mina. En algunas tendremos que repostar en medio del aire con la ayuda de un tren en marcha o de un avión, o lanzar bolsas en paracaidas a tiendas de campaña, o aterrizar en un río tras sortear unas gargantas angostas y escarpadas, y un largo etcétera de situaciones. Además, como podréis suponer, el paisaje dista de ser una planicie, sino que está llena de accidentes geográficos, como cañones, bosques (tendremos que volar bajo el bosque), etc... Y las corrientes de aire de la isla no serán como las de los aparatos de aire acondicionado; si nos descuidamos un poco veremos como debido a los fuertes vientos perdemos el control de nuestro avión y como el morro se inclina hacia nuestra madre pero implacable Tierra. Tras cada misión del modo aventura se nos dará una nota dependiendo de los anillos de control por los que hayamos pasado, del tiempo que hayamos tardado, de las acrobacias que hayamos realizado y del buen estado de nuestro avión. Si la nota es B o A, podremos elegir una pieza para nuestro avión.

Además del modo principal de aventura, tenemos otros modos de juego muy interesantes. En el modo Blancos deberemos pilotar nuestro avión y hacer blanco (como bien dice el nombre de la modalidad) en unos paneles circulares flotando en el aire, que en las fases más avanzadas estarán en movimiento. Dependiendo de donde hagamos blanco y en qué orden, se nos dará una nota que nos hará pasar a uno o a otro nivel. El premio por terminar este modo son medallas, que podremos utilizar para comprar extras, tales como aviones o música para la radio de nuestro avión. Tras el modo Blancos se encuentra el modo lienzo en el que pintaremos los cielos con nuestro avión, pasando por puntos de control, y recibiendo una puntuación por la calidad de nuestra "pintada aérea". Por último, se encuentran los modos entrenamiento y vuelo libre, que no necesitan explicación.

Nuestros aviones serán completamente personalizables. Desde las piezas como alas, cola, motor, cubierta o hélice hasta los detalles más artísticos como el color o el emblema. Todo ello influirá en el rendimiento del avión (los cambios en las piezas, se entiende), y ese rendimiento lo veremos en sus estadísticas de trepada, estabilidad, velocidad máxima o potencia. Si hay algo que hace expecial a Sky Odyssey es su increible jugabilidad. El control es bueno, y el mando analógico responde a la perfección a nuestras órdenes, pero lo que hace la jugabilidad increible es la forma de recrear el comportamiento del avión en el aire, que es simplemente magistral. Los chicos de Cross han sabido crear la amalgama perfecta entre el desafío y la sencillez, de forma que aprender a controlar el avión es fácil, pero dominar su comportamiento en el aire es muy difícil, y algunas de las misiones del modo aventura son realmente para expertos, y requerirán bastantes intentos para superarlas. Sky Odyssey tiene una profundidad increible. Jamás llegarás a dominar completamente tu avión, y en muchas ocasiones la diferencia entre el éxito o estrellarse contra un peñasco será casi inapreciable, pero no por ello menos crucial. Influirá todo en el comportamiento del avión, tanto las pequeñas modificaciones que puedas hacer como una pequeña ráfaga de viento que sople desde el sudeste. El sistema de físicas y partículas del que tanto presume Sony se usa en este juego, y se consiguen grandes resultados. Terriblemente jugable y adictivo. Sky Odyssey hace uso de un engine gráfico fluido y correcto, pero de un entorno gráfico en general no muy detallado y en ocasiones bastante soso. Tiene muy buenos efectos de partículas como agua o polvo, un buen modelado de los aviones -que se ven afectados en cada cambio que hagamos- y va a 60 frames por segundo, pero se echa en falta algo más de vida en los escenarios, algo más de color, más variedad en las texturas. Sky Odyssey no sería el juego que es sin el excepcional sonido que acompaña en todo momento, especialmente la música. El juego cuenta con muchas melodías que ambientarán las misiones, cambiando de tema dependiendo de la acción. En general, la música suena muy "aventuresca", cosa que le va al juego como anillo al dedo. El sonido FX también está a un muy buen nivel, destacando el sonido de los motores. Las voces en inglés, pero subtituladas en castellano. Ya os he hablado de la excepcional jugabilidad de Sky Odyssey, y como habréis adivinado eso provoca que el juego sea realmente divertido y muy adictivo por su gran profundidad de juego, pero como hemos dicho, en algunos momentos su dificultad puede ser desesperanzadora, sobre todo en las misiones por las que hay que pasar obligatoriamente. Aún así, para alguien al que le gusten los retos y que no le haga ascos a un juego que no sea de acción, es un juego largo, bonito y realmente divertido. Puede que me haya quedado corto describiendo las genialidades de Sky Odyssey, pero me gustaría que toda persona que compre el juego se lleve la sorpresa que me he llevado yo. Sky Odyssey es un juegazo, muy jugable, muy profundo, largo y adictivo. Si no fuese por el apartado gráfico, estaríamos ante una obra maestra. Aún así, es uno de los mejores juegos del catálogo de Playstation 2. Probadlo, no os defraudará.