Análisis de Reservoir Dogs (PS2, Xbox, PC)
Reservoir Dogs es una película de culto, y además la que dio a conocer a uno de los directores más interesantes y controvertidos del momento, Quentin Tarantino. La película, estrenada en 1992, nos cuenta la historia de un atraco a una joyería que ha salido especialmente mal, pero no exactamente el atraco en sí, sino la preparación, el resultado, y las peripecias de cada uno de los carismáticos seis atracadores, bautizados cada uno con un color, y los dos organizadores del atraco, padre e hijo. Aunque de bajo presupuesto y con actores no muy conocidos por aquel entonces –salvo el caso de Harvey Keitel-, Reservoir Dogs se convirtió en una película de culto y estableció varias modas, además de convertirse en una referencia de lo que generalmente se denomina como el mundo de la subcultura.
Tras casi tres lustros, Eidos Interactive –aunque la licencia en su día la compro SCi, que luego compraría a Eidos- lanza ahora la adaptación al videojuego de la película. Esta adaptación ha contado con la colaboración de los creadores del filme, y además cuenta con la imagen y la voz de Michael Madsen –los otros "señores" tienen caras diferentes-.
Al igual que la película, intercala inteligentemente los diferentes sucesos, yendo hacia atrás y adelante en el tiempo constantemente, para contar las diferentes historias de los personajes, algunas de las cuales no se mencionan en la película –por ejemplo, la del señor Azul-. De este modo Volatile Games ha creado un juego de acción que combina las misiones a pie con las misiones de conducción para cuajar un título que, sin ninguna duda, agradará a los fans de la película, pues se ha respetado absolutamente todo de ella, y no está nada mal como juego en sí.
El juego combina la acción en tercera persona con la conducción, en misiones que no se basan exactamente en lo que vemos en la película, salvo excepciones, sino que rellenan los huecos que no se cuentan en la misma. Sin embargo, a través de las escenas cinemáticas del juego veremos algunos de los momentos más memorables del film, como la asignación de los nombres a los diferentes miembros del equipo del atraco, la célebre conversación del bar y, naturalmente, la sangrienta escena de tortura con Stuck in the Middle With You con música de fondo. Por supuesto, toda la banda sonora de la película está incluida en el juego, incluyendo Little Green Bag, Coconut o Hooked on a Feeling.
Las misiones en coche son las más fáciles de explicar y la peor parte del juego, y recuerdan a las de los primeros juegos de Driver. En ellas tendremos que conseguir objetivos como llegar a ciertos puntos de control en un tiempo límite o huir a toda velocidad de la policía manteniendo una cierta velocidad mínima. La conducción no tiene demasiado que contar, contamos con una barra de turbo que iremos rellenando a medida que hagamos derrapes o similares, y los escenarios son lineales, del punto A al punto B, aunque hay numerosos atajos que podremos aprovechar para acortar el camino y para despistar a la policía.
Las misiones en tercera persona son la "chicha" del juego, y su mejor parte. En ellas encarnaremos a los diferentes "señores" del grupo del atraco, siguiendo sus peripecias en el propio atraco y tras él. Todos los personajes se controlan igual y el estilo de juego es el mismo para todos. La acción de Reservoir Dogs combina los disparos, para los cuales en las versiones para consola tenemos un sistema de autoapuntado que podemos modificar con el stick analógico derecho –una tendencia que cada vez están adoptando más juegos del estilo-, con lo que el propio juego denomina "control de masas". Para controlar a las masas tendremos una serie de movimientos cuyo objetivo es impedir, precisamente, que tengamos que recurrir a las armas para salirnos con la nuestra.
La parte más básica de controlar a las masas consiste en una intimidación estándar, que solo funcionará con los civiles desarmados, evitando que hagan sonar la alarma o pidan ayuda. También podremos encañonar a un enemigo desarmado y, usando el ratón o el joystick derecho, hacer que se mueva hacia donde nosotros queramos. Pero con los guardias de seguridad y policías es otro cantar; para evitar que intenten acabar con nosotros tendremos que hacernos con un rehén, y amenazar con matarlo, o directamente maltratarlo, para que desistan de su intención de dispararnos. Una vez desarmados, podremos "neutralizarlos" obligándoles a permanecer de rodillas y con las manos tras la cabeza contra una pared, aunque en ocasiones, cuando no miremos, saldrán de su indefensión y volverán a coger su arma.
La dinámica de "control de masas" funciona bien, así como todo el sistema de disparos en general, aunque la inteligencia artificial de los enemigos no es muy avanzada. Mientras que nosotros podremos usar la cobertura para evitar ser alcanzados, rara vez se les ocurrirá la misma idea a los enemigos, ni colaborarán entre ellos para rodearnos y hacer que precisamente esa cobertura que hemos logrado no nos sirva de nada. Con los rehenes también podremos obligarles a hacer cosas, tales como abrir puertas o introducir códigos de seguridad, y aparte de maltratarlos para presionar a los agentes, podremos ejecutarlos cruelmente si queremos. Nuestra forma de proceder, ya sea a lo maníaco o como un negociador calculador, será evaluada por el propio juego al final de cada nivel, calificando nuestro comportamiento y cómo se corresponde con el comportamiento de ese "señor" en la película original.
Otro aspecto interesante de Reservoir Dogs es el medidor de adrenalina. A medida que disparemos y participemos en tiroteos, éste se irá llenando, y cuando esté repleto podremos entrar en un "modo adrenalina" en el cual la acción se ralentizará y durante unos segundos podremos disparar a los enemigos a gran velocidad. Una vez se termine el "estado de gracia", el juego nos ofrecerá con una secuencia cinemática los impactos de bala que hemos logrado en el enemigo. Si el medidor se llena cuando estemos en posesión de un rehén, podremos usar este mismo "ataque de adrenalina" para ejecutarlo de forma especialmente espectacular, haciendo que todos los policías que nos rodeen tiren inmediatamente sus armas, aterrorizados.
Los niveles en tercera persona son, por lo tanto, bastante divertidos, aunque al estar ligados a una historia que debe ser contada de una cierta forma, son bastante lineales. Todos ellos consisten en llegar del punto A al punto B, aunque a veces en este trayecto podremos elegir por qué camino superar ciertas partes, pero gracias a la ingente cantidad de secuencias cinemáticas y a cómo está estructurado el juego, no llega a hacerse demasiado repetitivo.
A nivel gráfico, Reservoir Dogs resulta simplemente decente, sin que ninguna de las facetas llame demasiado la atención ni en PC ni en consola, especialmente en la última de las versiones. En PlayStation 2 el juego cumple pero no destaca demasiado en comparación con el catálogo del género en la consola; cuenta con unos escenarios bastante complejos pero con unas texturas no muy detalladas, y con un modelado y animación de los personajes simplemente correcto. Las secuencias cinemáticas tienen el mérito de emular bastante bien lo visto en la película. A nivel sonoro, el juego cuenta con una buena variedad de efectos especiales, voces en inglés –con las de Michael Madsen, el señor Rubio-, y una notable banda sonora, aunque compuesta por pocos temas, que es la misma que la de la película y que le otorga un estilo auténtico e inconfundible.
Reservoir Dogs es un buen juego de acción, que cumple bien su función de adaptar al videojuego lo visto en la clásica película de Tarantino. Como juego de acción no está nada mal, y aunque la inteligencia artificial de los enemigos es mediocre, el sistema de rehenes, control de masas y disparos está bastante bien hecho. El gran problema que plantea el juego es que la mayoría de los niveles de acción no están basados directamente en la película, sino en los sucesos a los que hace referencia, dejándose la adaptación de la película –en su mayoría, diálogo- a las secuencias cinemáticas, que como hemos dicho están bien realizadas. Es una compra absolutamente recomendable para los amantes de la película y de "lo Tarantino", y nada desdeñable como alquiler para los aficionados a la acción.