Análisis de Oni (PS2)
Pablo Grandío ·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
Acción Manga
Hay juegos que desde el momento en que se conciben hasta el momento en que salen a la venta cambian mucho, y van generando unas expectativas y un vaporware a su alrededor que a veces no cumplen. Oni es uno de esos juegos, y además se ha retrasado constantemente. Inicialmente creado por Bungie para PC, al mismo tiempo fue desarrollada una versión para la 128 bits de Sony producida por Rockstar Games, uno de las compañías americanas que más juegos está sacando para Playstation 2. Oni se presenta como un "hack & slash" al más puro estilo Final Fight o Street of Rage, pero con un entorno 3D y aderezado con un interesante look manga desde la presentación del juego (dibujos animados a la japonesa) hasta el diseño de los personajes.
Policía especial de un mundo futuro
El juego se desarrolla en un futuro relativamente cercano, en el año 2032, donde antes había cientos de gobiernos ahora sólo hay uno, un gobierno que ejerce un control sobre sus habitantes, vigilándolos constantemente. Según ellos para el bien común de la comunidad. La pérdida de intimidad se compensa con una manera de vida bastante aceptable. Pero fuera de la ciudad el aire se ha vuelto irrespirable, y el gobierno no quiere que sus habitantes se enteren de lo que esta pasando fuera. Los supervivientes de fuera de la ciudad viven de una manera penosa, todo es contaminación y tienen que acercarse a los procesadores atmosféricos de la ciudad para poder subsistir. La cosa comienza a caldearse, es una lucha entre el gobierno y los habitantes que no viven engañados y felices dentro de la ciudad. Se créa asi una especie de "tercer mundo". Tú eres Konoko, una agente especial de las fuerzas contra crimenes tecnológicos (TCFT), este organismo fué creado por el gobierno, como una excusa para ir invadiendo cada vez a más paises y hacerse con el poder absoluto, pero ahora la TCFT, se pone del lado de los habitantes menos favorecidos, y se créa una lucha interna entre la TCFT y el gobierno. Tu misión es infiltrarte en la organización del gobierno central, para descubrir los planes de esta, sabiendo de antemano que algo no huele bien en este gobierno que solo piensa en enriquecerse y en controlar la superpoblación dejando morir en el exterior contaminado a los menos favorecidos. El look anime-futurista de Oni, tan de moda últimamente, recuerda a la película anime Ghost in the Shell. Incluso Konoko guarda cierto parecido con la mayor Kusanagi, del aclamado Anime.
El desarrollo de Oni es por misiones, en las que tendremos que cumplir un objetivo que podrá ir cambiando según progresemos por los escenarios. En estas misiones tendremos que resolver sencillos puzzles, saltar entre sencillas plataformas, explorar el enorme y poco decorado mapeado y por supuesto enfrentarnos a enemigos que no se andarán con chiquitas a la hora de golpear a una bella señorita.
Control algo incómodo
Entonces, ¿que es lo más importante en un juego como Oni? El control de tu personaje a la hora de combatir. Controlaremos el movimiento de Konoko con el analógico izquierdo o la cruceta digital, y la orientación (girar y mirar hacia arriba y abajo) con derecho. Los ataques los realizaremos con los botones de arriba, al igual que el salto y agacharse, y los botones "redondos" se utilizarán para funciones tales como recargar o soltar el arma, hablar con personas o utilizar objetos para recuperar tu salud. Este control es muy bueno para explorar y saltar por los niveles, ya que nosotros mismos manejaremos la cámara con el botón derecho y el personaje responde rápidamente a nuestras órdenes, pero es en el combate donde encontraremos problemas. A la hora de combatir los movimientos no son lo suficientemente rápido que deberían, y algunas labores como girar para golpear a un enemigo que está tras nosotros se convierten en árduas tareas. Se echa de menos que haya un botón para cubrirse y otros detalles que harán que en ocasiones te desesperes al controlar a Konoko. El combate en sí resulta bastante realista, con movimientos realizados a base de motion capture y algunos golpes ciertamente contundentes.
Escenarios vacíos
En cuanto al aspecto gráfico del juego, cosa de la que se ha hablado largo y tendido durante meses, Konoko tiene un gran modelado y una animación envidiable, los enemigos y demás personajes están a un nivel un poco más bajo que la protagonista pero siguen gozando de un buen modelado y animación, y los escenarios... enormes y muy bien diseñados (con ayuda de un arquitecto y todo), pero literalmente vacíos. Faltan objetos, faltan detalles, los escenarios son la cosa más sosa que se ha visto en PS2 en mucho tiempo y empobrecen el título. Vagar por esos escenarios tan vacíos llega a ser, irónicamente, agobiante. Lo que sí es cierto es que el motor gráfico de Oni carece de pop-up y la distancia de dibujado de objetos es increible, pero los escenarios diáfanos hacen muy monótono el juego.
Doblado al castellano
El aspecto sonoro del juego está a un buen nivel. Los sonidos FX son muy buenos, con los impactos de golpes bien realizados al igual que los disparos. La música no abunda y se echa de menos un poco más de ambientación musical, que sólo aparece en eventos especiales (siendo una música muy cañera por cierto). En cuanto a las voces, están traducidas al español pero no demasiado bien dobladas, especialmente las de algunos enemigos que son simplemente ridículas.
Bastante largo
Oni tiene 14 misiones y tres niveles de dificultad para jugar, las misiones son bastante largas y por lo tanto el juego se hace también largo y bastante divertido. El sistema de guardar partidas merece una alabanza, ya que en varios puntos del mapeado de cada nivel la partida se guardará automáticamente y podrás reanudarla en cualquiera de esos puntos, lo cual es muy cómodo (sobre todo si en una partida guardada estás muy mal de vida). Lo que si se echa en falta también es un modo para dos jugadores.
Un buen juego
En definitiva, Oni es un juego bueno a secas, del montón para arriba, que pese a ser de acción, la mayor parte del tiempo se convierte en pasear por enormes y vacios escenarios para activar tal consola que abra una puerta para enfrentarnos a un enemigo en un combate divertido pero en algunos momentos incontrolable. Esperaba más de las aventuras de Konoko, pero aún así es un juego divertido, que pese a tener carencia aporta muchas horas de juego. Un buen juego, a secas.Director y fundador
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