Análisis de Jackass (PS2, PSP)
Entre la notable producción de aberraciones televisivas, Jackass ocupa un lugar privilegiado al ofrecer un producto realmente peculiar, dar el salto desde los vídeos de mamporros que tanto triunfaron en los programas de vídeos caseros de mediados de los ochenta y principios de los noventa hasta los vídeos de mamporros provocados con los protagonistas como auténticos cafres exploradores de sus límites físicos. Un producto que puede gustar o no, pero que desde luego creó escuela, regalándonos también dos películas. El videojuego era, por tanto, cuestión de tiempo... al fin y al cabo, de peores producciones cinematográficas se ha hecho un juego.
La verdad es que la premisa de la que se parte es, en principio, más que apta para un videojuego, pues después de todo se parte de un formato televisivo en el que se plantean una serie de pruebas extremas por superar, algo que, entendemos, se adapta bien a la estructura básica de los videojuegos.
Y en esta ocasión, llega a PlayStation 2 y PSP.
El juego se nutre absolutamente del origen televisivo a la hora de desarrollar la premisa argumental que va a hacer avanzar el título: somos los directores de la nueva temporada del programa Jackass, y tenemos que preparar los siete episodios que van a componerla. Cada uno de los programas va a tener cinco pruebas, a cada cual más loca y estrambótica, por lo que nos vamos a encontrar con treinta y cinco pruebas por superar que se presentan ante el jugador bajo una estructura básica de minijuegos, sencillos, accesibles, pero en ocasiones demasiado simples. Sea como fuere, lo cierto es que eso va a potenciar que cualquiera pueda acercarse al título, sin que el título exija grandes requisitos de habilidad durante buena parte de su desarrollo, lo que lo hace apropiado para quienes quizá no han jugado a muchos videojuegos, pero sí conocen el programa de televisión. Claro que estando destinado a un público juvenil, dentro del marco de la MTV, es posible que la gran mayoría de seguidores estén habituados al entorno del ocio electrónico en sus múltiples vertientes.
Los diferentes minijuegos que componen el desarrollo de Jackass: The Game son francamente intuitivos, lo que teniendo en cuenta la muy diferente índole de cada prueba es algo sorprendente, pues suele ser muy fácil intuir qué es lo que nos va a pedir el juego. En líneas generales, con un par de botones del Dual Shock 2 o de la PSP tendremos más que suficiente, junto al stick analógico, para superar lo que se nos propone, lo que a nuestro entender es una muestra de buen diseño en la concepción del título.
Otra cuestión es que el juego, al final, va a resultar fácil en exceso, acortando su duración notablemente. En muchos momentos, la sensación de que estamos ante algo demasiado sencillo es evidente, y eso resta intensidad al juego, debido más que a su simpleza en las pruebas a la casi nula curva de dificultad y la baja intensidad de ésta. En el mercado actual, la tendencia de los desarrollos parece claramente decantada hacia los juegos –quizás- demasiado fáciles, y cuando se gira hacia una experiencia de juego difícil, muchas veces también se descompensa en ese sentido.
Encontrar el término medio, u ofrecer una curva de dificultad bien llevada, o incluso diseñar niveles de dificultad bien delimitados puede ser complicado y, con todo, frustrar a jugadores bajo ciertas circunstancias. En esta situación, la frustración es prácticamente imposible dada la simpleza y facilidad, pero eso puede ser un punto en contra para un sector de aficionados a los videojuegos.
Los minijuegos resultan variados, pero esta variedad no se convierte en todos los casos en diversión, no al menos al nivel esperable para que un título de minijuegos resulte realmente rejugable. Esto, claro, varía mucho de un minijuego a otro, y el nivel general no es malo, pero desde luego el conjunto no está tan logrado como en algunos de los otros representantes del género. Claro que, por otro lado, no suelen contar con el respaldo de una ambientación basada en un programa de televisión como éste.
El sistema de control va a optar típicamente por la pulsación de botones con un factor de sincronización y ritmo en ocasiones bastante importante en algún momento de la prueba. Así, por ejemplo, podemos estar en plena carrera en carritos de la compra sobre un rascacielos y tenemos que machacar el botón para acelerar y ganar y, después, darle a otro botón para no caernos. También podemos desplazarnos por el escenario, tirándonos por una colina, controlando la dirección simplemente con el stick, mientras intentamos golpear a todo lo que se cruce en nuestro camino. La verdad es que las pruebas que se plantean son bastante salvajes y extremas y un buen puñado, por una simple cuestión de apego a la vida, no sería planteable en la realidad, por lo que el juego se beneficia notablemente de ese factor fantasioso pero realista que le dota de una elevada espectacularidad.
Dada la baja dificultad del título, parte de la rejugabilidad se deriva del amplio espectro de contenidos por desbloquear que se ha incluido en el disco. Si nos gusta coleccionar extras, éste es un juego que nos va a hacer disfrutar mucho, aunque es posible que la mejor opción sea la de PSP, pues presenta más contenidos que su homólogo en PS2. Esos desbloqueables incluyen algunos vídeos de cómo se hizo como elemento más destacable, aunque no son los únicos, pero denota que está muy orientado al conjunto de seguidores de este programa, que son bastantes.
Jackass: The Game es idéntico en ambas consolas, incluso sin diferencias reseñables en el apartado audiovisual, pero se nota que se ha puesto más mimo en la versión para portátil, o, al menos, se ha invertido más tiempo, y se han aprovechado mejor sus características. Y es que gracias a que la consola portátil usa tarjetas de memoria del estándar Memory Stick y, por tanto, es común tener mucha más memoria disponible que en las tarjetas de memoria oficiales para PS2, en la portátil podemos guardar los vídeos de las repeticiones para verlas siempre que queramos. Esto es imposible en la consola doméstica, aunque, eso sí, en ambos sistemas podemos editar los vídeos buscando diferentes ángulos de cámara y emplear algunas opciones más, básicas, pero suficientes.
Para rematar la faena en cuanto al tema de vídeos, PSP nos ofrece la interesante posibilidad de estructurar las diferentes repeticiones que tengamos guardadas para crear un programa de los que se preparan para la nueva temporada de la serie en el videojuego, y verlo después como si fuera un programa de televisión. Además, es posible compartir estos vídeos con otros usuarios gracias a la estructura de juego en línea que se presenta en PSP. Esta opción tampoco está en PS2.
Si nos centramos en el multijugador, PSP también vuelve a tener la mano ganadora. Presenta, por un lado, el esperable multijugador en red local, pero también multijugador en línea, y la posibilidad de descargar contenido, por lo que –salvo en comodidad y, suponemos, tamaño de pantalla- la versión para la portátil nos ofrece más y mejor contenido que en PS2. Si le añadimos que a nivel gráfico y sonoro no hay diferencias relevantes, parece que la versión para portátil se desvela como netamente superior.
Gráficamente, Jackass: The Game presenta unos buenos modelados de los personajes, con animaciones más que competentes, y que son acertadas representaciones de los referentes reales. Los entornos, en cambio, resultan sosos, demasiado inertes, y el trabajo en la texturización es algo deficiente dentro de los estándares de PS2, y también de PSP. Resulta un poco mortecino, incluso, en algunos minijuegos, aunque otros consiguen ser tan espectaculares que el contraste es impresionante. El conjunto global es bueno, pero con alardes muy concretos.
La música, en cambio, se luce muy acertadamente con sus composiciones escogidas y, también, con las voces de los integrantes de la plantilla de Jackass, que ayudan a ambientar el juego de manera verosímil. El único defecto en este sentido es que las frases son repetitivas, y el juego se hubiese beneficiado mucho si se hubiesen incorporado más líneas de texto. Con todo, es también bueno, con efectos de sonido destacables y melodías muy apropiadas a la acción, siendo su aspecto más destacable.