Análisis de Jackass (NDS)
Cuando Jackass salió a la luz en la siempre polémica MTV - cadena televisiva que, aparte de satisfacer nuestras ansias consumistas en el ámbito musical, nos ha deleitado con otras grandes series como
Hace unos meses vimos las versiones del juego para la PSP y la PlayStation 2, en una adaptación de las locuras de Jackass que no difería demasiado entre ambas. Esta vez, nos ocupamos de un producto totalmente diferente, producido esta vez por los muchachos de Sensory Sweep, quienes han querido dar un giro respecto a las versiones anteriores, producidas a su vez por Sidhe Interactive, con intención de darle mayor profundidad y mejores opciones al título de la portátil nintendera. Y es cierto, el título es sustancialmente diferente… pero, desgraciadamente, no mejor. Más bien al contrario: esta vez, Jackass nos ha decepcionado profundamente con un juego más bien malo, que no hace honor a la franquicia que le da el nombre: si la serie de televisión hubiera ofrecido una calidad similar a la de este juego, seguramente no hubiera durado demasiado en antena…
¿Un guión en condiciones?
Esta vez, los desarrolladores del juego de Jackass para Nintendo DS han querido hacer un esfuerzo para dar un poco de sostén argumental al título. Nos meteremos en la piel de un muchacho (redefinible a nuestro gusto al iniciar el juego, pudiendo cambiar sus atuendos y atavíos, su cara y nombre, y poco más) que entra como integrante en la cuadrilla de Jackass para aprender a realizar las animaladas propias de la serie, y poder formar parte del equipo después de superar un cierto número de misiones.
Así, nos iremos encontrando con diferentes personajes, productores, cámaras y otros integrantes del equipo, que nos explicarán algunos detalles del argumento y las próximas misiones a seguir.
La verdad es que el mundo que se han sacado de la manga los de Sensory Sweep para dar vida al juego no está nada mal, al menos conceptualmente. Nos moveremos libremente a lo largo y ancho de escenarios de un tamaño considerable, en los cuáles deberemos de encontrar a los diferentes personajes del juego para ir realizando las diferentes misiones que nos planteen. Dispondremos de un mapa en la pantalla inferior donde veremos todos los objetos, obstáculos y vehículos del terreno, mientras que en la pantalla superior veremos la acción del juego en sí.
Lástima que en el mapa no se nos señalan los objetivos de cada misión, lo que no hubiera estado nada mal dadas las dimensiones de los escenarios. Los objetivos los veremos señalados en la pantalla superior, durante la acción del juego, mediante una especie de columna de color, centrada en el objetivo de la misión. Aún así, en ocasiones (debido a la irregularidad gráfica y a la poca distancia que podremos ver con definición en el modelado de los escenarios) nos será realmente difícil encontrar los diferentes objetivos. Por otra parte, para encontrarnos con el personaje con el que debemos interactuar en cada momento, nos referiremos al citado mapa, donde veremos el icono correspondiente resaltado en color. Pero esto no resulta suficiente, como ya hemos dicho, debido a la extensión del terreno de juego y la poca extensión de mapa que veremos dibujada en nuestra pantalla táctil, con lo cual nos veremos más de una vez dando vueltas y más vueltas por el terreno en busca del personaje en cuestión.
¿Y qué deberemos de hacer durante estas misiones? Desgraciadamente, el repertorio de acciones que podremos realizar durante el juego es muy limitado. Nuestras misiones se fundamentarán, básicamente, en ir de un lado a otro mediante los diferentes vehículos y objetos impulsadores que veremos en el mapa, concatenando nuestros movimientos entre varios de ellos para llegar a algún sitio en concreto o estamparnos contra uno de tantos objetos desperdigados por el escenario. El repertorio de vehículos es, empero, variado, así como el de los impulsadores que podremos utilizar. Podremos montar en un cerdo, un avestruz, un carrito de la compra o un trineo, y nos impulsaremos gracias a trampolines, camas elásticas, tío-vivos e, incluso, gracias a la pala de algún buldózer o los cuernos de un amable y simpático toro enfurecido.
Para montar en los diferentes vehículos, sólo deberemos de aterrizar sobre ellos, teniendo cada uno unas características propias de manejo, velocidad y estabilidad. Por otra parte, para impulsarnos con los diferentes objetos del escenario deberemos de aterrizar sobre ellos y, posteriormente, graduar la fuerza con la que nos impulsaremos gracias a una barra de potencia que aumentará y decrecerá hasta que la frenemos pulsando el correspondiente botón. La verdad es que el sistema de marras es poco preciso y, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos no deberemos de utilizar los impulsadores a plena potencia, la cantidad de fuerza que necesitaremos para llegar a un objetivo determinado la descubriremos a base del conocido (y, en ocasiones, odioso) método de ensayo y error. Algunos de los impulsadores contarán también con una barra que nos permitirá seleccionar el ángulo de lanzamiento, lo que hará que la cosa se complique aún más. Por tanto, nos veremos una y otra vez intentando el mismo lanzamiento con todas las posibilidades de potencia y ángulo habidas y por haber, en busca de la combinación que nos lleve al objetivo deseado. Ciertamente, es tan poco divertido como parece.
En las misiones del juego se nos retará a encadenar diversos vehículos e impulsadores entre sí, sin tocar en ningún momento el suelo, para dar un poco más de gracia al asunto. De hecho, uno de los alicientes del juego es que podremos conseguir mayor puntuación en nuestras misiones si, aparte de utilizar los objetos que se nos exigen para conseguir superar la misión, utilizamos la mayor cantidad posible de vehículos e impulsadores alternativos sin tocar tierra antes de cumplir con nuestra misión. Por otro lado, podremos aumentar nuestro número de puntos realizando una serie de piruetas o poses al ser lanzados de un lugar a otro, que aumentarán tanto nuestra puntuación como nuestras habilidades, las cuales podremos ir mejorando a lo largo del juego según vayamos consiguiendo superar las diferentes misiones o vayamos adquiriendo determinados objetos o puntuaciones. También podremos realizar algunas piruetas sobre los diferentes vehículos, procurando mantener el equilibrio para no caer de ellos.
Tendremos también una serie de objetos coleccionables para recoger, los cuales nos desbloquearán diferentes opciones del juego, así como diferentes vestimentas que darán una visión más simpática y divertida de nuestra personaje. Incluso tendremos la posibilidad de batirnos en algunos minijuegos, como una versión del clásico balón prisionero o un minijuego en el que deberemos de derribar a tantos transeúntes como podamos con un tirachinas y un número limitado de bolas de nieve. Pero todo ello no hace que el juego sea divertido, ni mucho menos. Al final, resulta bastante monótono, y no sólo eso: el apartado técnico cuenta con una serie de fallos garrafales que no permiten que el juego dé un poco más de sí.
Apartado técnico.
La jugabilidad, definitivamente, se resiente en exceso en esta versión para la Nintendo DS. El sistema de colisiones gráficas está muy mal implementado, con lo que en ocasiones deberemos de dar vueltas y más vueltas alrededor de un objeto para lograr que nuestro personaje dé, por fin, con él. Por otra parte, si bien es cierto que el movimiento de las articulaciones de nuestro personaje está muy bien programado, y que veremos cómo éste vuela por los aires y realiza piruetas con una física muy bien realizada, el diseño tanto de los escenarios como de los personajes deja mucho que desear. Los personajes, que no dejan de ser monigotes sin demasiados rasgos característicos o definitorios, no se distinguen apenas entre sí, aunque al interactuar con ellos veremos su imagen en pantalla mientras se despliegan los cuadros de texto durante la conversación. Los escenarios, por su parte, a pesar de tener un tamaño considerable, cuentan con un campo de visión muy limitado, y al alejarse pierden la suficiente definición como para que, en muchos momentos del juego, no sepamos dónde estamos ni hacia dónde nos dirigimos.
El control del personaje, como ya hemos indicado, es pésimo, y no sólo por el sistema de colisiones del juego: la cámara del mismo tampoco ayuda. La mayoría de las veces desistiremos de conseguir los diferentes extras desperdigados por el terreno, debido a la dificultad con la que nos enfrentaremos en caso de querer realizar un movimiento o un salto con precisión.
La música del juego, por otro lado, es mala y, encima, se escucha a un volumen que resulta ridículo, dadas las posibilidades de la portátil de Nintendo. Durante el juego, escucharemos algunas expresiones de nuestro personaje (fundamentalmente de dolor después de cada caída) y algunos efectos de sonido aquí y allá, pero nada especialmente destacable. En fin, un apartado técnico bastante flojo para un juego bastante malo…
Y sí, contaremos con un modo multijugador en el que podrán competir hasta cuatro jugadores mediante la red local de nuestra portátil, en caso de que todos cuenten con la tarjeta de juego. Pero para participar en los minijuegos que nos ofrece el título en competiciones en las que primará la confusión, debido al pésimo control de los personajes, la verdad, casi no vale la pena ni siquiera intentarlo…
Conclusiones.
Es una lástima que el juego de Jackass para Nintendo DS haya acabado convirtiéndose en un fiasco de este calibre. La idea era buena, pero quizás un poco demasiado ambiciosa, dadas las características técnicas de la portátil de Nintendo. Lo que sin duda hay que echar en cara a los desarrolladores del juego es la irregularidad en el control y la jugabilidad del juego, así como la falta de calidad en los apartados sonoro y gráfico del mismo. Jackass no es una serie que dé mucho de sí, pero sin duda en esta ocasión podría habernos ofrecido más de lo que esta versión nos ha dado.